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LA OPINION – Visita de Barack Obama es una oportunidad para el cambio

 LA OPINION

  • 2011-02-13 

Randy Jurado Ertll

 

El presidente Barack Obama pronto visitará Chile, Brasil y El Salvador, ¿ podrá llevar algo más que un mensaje de esperanza?

Los ciudadanos de estos tres países deben exigir que se realice una mayor inversión en la educación y la generación de puestos de trabajos como algo esencial para reducir el flujo de inmigración forzada a los Estados Unidos.

En particular, los salvadoreños deben exigirle a su propio gobierno que invierta en programas sociales que son fundamentales para combatir las pandillas y los altos índices de violencia en El Salvador.

El Salvador cuenta con uno de los índices más altos de inmigración y sus ciudadanos deben abandonar su país y poner en riesgo sus vidas al cruzar Guatemala y México.

Los Estados Unidos no pueden comprometerse a invertir miles de millones de dólares en asistencia hasta que se garantice que el dinero sea usado para implementar programas que beneficien a los más necesitados, y no a aquellos en el poder.

El Salvador debe implementar con urgencia derechos laborales para todos los trabajadores. Las maquilas en El Salvador no están realmente generando puestos de trabajo saludables y sostenibles. Los propietarios de las maquilas dan prioridad a la mano de obra barata, y los trabajadores no reciben ninguna protección.

El presidente Obama y el presidente de El Salvador, Mauricio Funes, también deben considerar otros asuntos, como los temas relacionados con la protección ambiental. La tierra en El Salvador continúa siendo saqueada, y continuamente se destruyen árboles y zonas verdes, lo que genera una situación caótica y peligrosa debido a la falta de buenos abastecimientos de agua potable. Muchos países desarrollados se deshacen de sus desechos contaminados en países pobres como El Salvador.

Además, El Salvador debe crear puestos de trabajo que protejan el medio ambiente, y el gobierno debe asumir esta prioridad para poder estabilizar la economía. Se deben construir «escuelas verdes» , escuelas para la sustentabilidad del mundo y del medio ambiente) en todo El Salvador, especialmente en las áreas rurales pobres y marginadas. Los niños deben aprender a leer y escribir, en vez de trabajar la tierra o brindar mano de obra infantil.

Se debe capacitar y contratar a un plantel de miles de maestros salvadoreños para que estas escuelas se conviertan en un modelo exitoso a replicar en el resto de Latinoamérica. La educación es la clave para prevenir la participación en las pandillas.

Los temas laborales y ambientales están interconectados en El Salvador. Si el gobierno salvadoreño es capaz de implementar eficazmente protecciones laborales y ambientales – a través de la generación de puestos de trabajo- – de esta forma se reducirá el flujo de emigración hacia los Estados Unidos.

Los inmigrantes salvadoreños se enfrentan a un sinnúmero de atrocidades y abusos a los derechos humanos al viajar en autobuses o trenes e incluso caminar por zonas peligrosas de Guatemala y México, donde los cárteles de la droga son muy activos y participan en la actualidad en otros rubros además de las drogas, como el tráfico humano. Las Naciones Unidas han asumido una mayor participación para controlar esta cuestión de gran importancia.

Ciertamente, el tema de la atención médica puede abordarse capacitando a más médicos salvadoreños y preparándolos para ayudar a los niños y a los ancianos, ofreciendo servicios de bajo costo o gratuitos en zonas rurales o áreas urbanas pobres.

Se pueden ofrecer visas provisorias a cierta cantidad de estudiantes de programas doctorales, ingenieros y arquitectos salvadoreños, que estarán obligados a regresar para trabajar en su país como profesionales gracias a la capacitación profesional que recibieron en los Estados Unidos. Esta sería una forma de retribuir a su país los conocimientos y oportunidades recibidas.

Estos estudiantes pueden devolver el dinero al gobierno de El Salvador o de EE.UU., a través de préstamos estudiantiles de bajo interés, y también mediante contratos de trabajo durante un año en los que ofrezcan servicios de bajo costo o gratuitos para ayudar a los enfermos.

En términos generales, El Salvador tiene el potencial de convertirse en un Hong Kong o Taiwan, si cuenta con el énfasis y el apoyo adecuado de los Estados Unidos. La clase obrera está comprometida y es muy trabajadora, solo necesitan oportunidades y puestos de trabajo que garanticen la protección a los trabajadores.

Los bancos y las demás entidades empresariales continúan dando la prioridad a las ganancias provenientes de las remesas, pero no destinan una parte de ellas a crear proyectos sociales que beneficien a los pobres. Esto debe cambiar en forma inmediata.

Los bancos deben comprometerse a establecer programas sociales que ayuden a los más necesitados, a fin de lograr una estabilidad económica a largo plazo. Conocemos algunos excelentes modelos de incubadoras de pequeñas empresas, como los de Pakistán e India. Pero el compromiso debe ser real y el gobierno de El Salvador debe ser vigilado y hacerse responsable para poder evitar el uso indebido de fondos de ayuda económica.

La ayuda humanitaria y económica debe alcanzar a la clase obrera y no las cuentas bancarias personales o privadas de los políticos o de los ricos.

La soberanía y la promoción de la autonomía en Latinoamérica son ingredientes clave para poder plantar las semillas de la estabilidad económica, social y política para sus propios pueblos. Los latinoamericanos no merecen menos de los líderes electos por el pueblo.

Los habitantes de El Salvador necesitan trabajo y un entorno seguro libre del crimen, para que no verse forzados a emigrar a los Estados Unidos.

No hay dudas de que el presidente Barack Obama llevará un mensaje de esperanza a El Salvador. Pero lo que el pueblo de El Salvador realmente necesita es un verdadero cambio y oportunidades laborales, que deben ser creadas por su propio gobierno y por los líderes empresariales. Sin duda, la ayuda económica de los Estados Unidos sería un apoyo invalorable. De esta manera, el presidente Obama podría decir, «¡Sí, podemos!».

Randy Jurado Ertll. autor del libro «Hope en Times of Darkness: A Salvadoran American Experience». www.randyjuradoertll.com

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