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15 Feb 2010 Dolor de viuda

Durante las dos últimas semanas tuve la oportunidad de convivir con dos luchadoras.  Y no han ganado ningún premio, ni son reconocidas figuras públicas o deportistas. Pero con lo que les ha tocado vivir a estas dos mujeres tienen bien ganado ese apelativo.

Ellas son Ana y Verónica. Su historia es una de tantas que se repiten en este país, que el año pasado rompió récord como el más violento de la última década.  Son el rostro de ese drama escondido que genera un homicidio: el dolor de los familiares, los que de la noche a la mañana ven desbaratado un hogar.  

Ellas perdieron a sus esposos. Asesinados con arma de fuego, como se comete el 80% de los homicidios en El Salvador. Para estas viudas, la vida  ya no ha vuelto a ser la misma. Ana, por ejemplo, lucha por sacar adelante a sus hijos, por lo que ha recurrido a terapias psicológicas para superar el trauma. En eso está, más de un año después de la muerte de su esposo, pero aún no lo ha conseguido. Sigue llorando por las noches. Y Verónica es viuda desde hace dos meses. El recuerdo de su marido la tiene atrapada en la costumbre.

‘Las otras víctimas’ es el título del artículo que se publicará el domingo 14 de febrero en la revista Séptimo Sentido. Este explora la vida cotidiana de Ana y Verónica y su lucha por superar las secuelas de un asesinato. Es, en suma, una aproximación a ese drama que muchas veces no se ve, pero que toca y sangra a una familia entera.

Pero más allá de buscar justicia, estas víctimas de la violencia hacen todo lo que está a su alcance para sanar primero las heridas del alma, aunque les lleve tiempo.  También porque hace tiempo perdieron la confianza en las autoridades encargadas de la seguridad en el país. ‘¿De qué sirve, si nada me va a devolver a mi esposo?’, dijo Ana en repetidas ocasiones.

¿Está tan deteriorada la imagen de la Policía y demás entidades de seguridad? ¿Qué le diría usted a mujeres como Ana y Verónica? ¿Qué pasa cuando el dolor de un asesinato es tan fuerte que termina por sepultar el  deseo de buscar justicia?

13 Nov 2009 Días de luto, balas y banderitas blancas

Sábado 11 de noviembre de 1989. La guerrilla lanzaba la ofensiva ‘hasta el tope’, acción militar que buscaba la toma del poder y obligar a una negociación para el fin de la guerra civil. La población, atrapada en aquellas trincheras, sufrió de cerca el estruendo de las balas y el temor a salir de sus casas. El resultado: un país desangrado, asesinato de intelectuales y centenares de muertos y heridos. Demasiados.  

Veinte años hace desde aquello. Este domingo 15 de noviembre, en Séptimo Sentido encontrará una cita con el pasado, una reconstrucción histórica de ese capítulo violento que marcó al país.

‘Pasábamos durante semanas encerrados en la casa. Un día mi mamá y hermano salieron con su banderita blanca porque escucharon disparos en la vivienda de una tía. No lograron llegar muy lejos. Yo solo escuché un estallido y el tiroteo. Una granada los mató.’

El testimonio es de José Melara, un empleado de maquila con quien hablé a propósito de este reportaje. José tiene 34 años, y era un adolescente para aquellos días de noviembre dos décadas atrás. ‘No importa el bando, perdimos a alguien’, dice. Es cierto. Más allá de los motivos que originaron la ofensiva, muchos como José quedaron en medio de las balas, perdieron a un padre, una madre, un hermano, un hijo. Muchos como él ruegan hoy, en tiempos de paz, no tener que vivir de nuevo algo parecido.

¿Y cuál es la trascendencia de recordar un hecho como este 20 años después? Pues, como dicen por ahí: vale la pena recordar para no olvidar aquello que no debemos repetir. En lo personal, aún no olvido esas columnas de gente huyendo con sus banderitas blancas de los edificios de la Zacamil, donde vivía con mi familia. Recuerdo haber pensado: ¿será que esta señal de paz evitará que nos maten? Pero en esos momentos, no había más por hacer. Muchos, como la mamá y hermano de José, no salieron vivos. Sin duda cada vida apagada fue y sigue siendo un precio demasiado alto a cambio de los ideales de algunos personajes de la esfera política.

Y usted, ¿qué recuerda usted de la ofensiva de 1989? ¿Dónde estaba? ¿Cómo ve al país dos décadas después de ese suceso? Le invitamos a compartir su experiencia.

06 Jul 2009 Sobre la edición del 5 de julio

En un país tan violento como El Salvador la muerte parece tener múltiples rostros. A diario, miles de  personas se enfrentan a ella desde su trabajo, desde una oficina o desde su propia experiencia. En esta edición, la periodista Rossy Tejada intenta dar una visión diferente del tema, adentrándose en las  instalaciones de Medicina Legal de San Salvador. Se trata de un relato sincero y profundo sobre las autopsias que allí se realizan y que permiten dimensionar no solo la violencia, dibuja a la sociedad en sí misma, con todo y su crisis social. Esa misma crisis es la que describe el mexicano Epigmenio Ibarra en la entrevista concedida a Séptimo Sentido, tras su breve paso por el país.  Ibarra fue corresponsal en El Salvador durante la década de los ochenta y por eso habla con propiedad sobre la guerra que vivió el país. Además de asumir la experiencia que esta le dejó, admite que ella  ha impactado en sus proyectos. En la última época, lo ha hecho en í¢â‚¬Å“Capadociaí¢â‚¬Â, serie  de HBO que se ha convertido en una de las más exitosas.
Pero como en toda buena historia de héroes y villanos, la revista también incluye una amplia crónica sobre la unidad canina del Cuerpo de Bomberos. Se intenta plasmar la importancia de su trabajo. En el pasado, estos perros han apoyado tareas de rescate, que fueron imposibles de hacerse a tiempo en tragedias como la de las Colinas, cuando no existía la unidad. Y si de recordar se trata, no se pierda nuestro reportaje gráfico, que hace un recorrido por las principales fotos de portadas de la revista Séptimo Sentido, en este su primer aniversario.
Esperamos que la disfrute, es para lectores como usted.

21 Jun 2009 Sobre la edición del 21 de junio

De espectacular a ruinoso. El Parque Infantil de Diversiones ha visto decrecer tanto su nombre, que ahora se usa más para hacer referencia a una caótica parada de buses que como sinónimo de juegos.

Atrás, muy atrás, quedaron los días en que ese lugar era el centro de la diversión para capitalinos chicos y grandes. Karla Argueta, en su primera publicación en esta revista, nos presenta una crónica en la que el deplorable estado actual del parque contrasta con los pomposos recuerdos que guardan quienes lo visitaron en mejores épocas.

En esta edición incluimos también un reportaje de Pablo Ordaz, del periódico El País, de España. En esta pieza, el periodista nos revela de forma inteligente cómo es que un cartel de drogas ha impuesto su poder al de las autoridades estatales en Michoacán, México. En este lugar í¢â‚¬â€œque es cuna del ahora presidente de ese país, Felipe Calderóní¢â‚¬â€œ fueron detenidos 28 funcionarios públicos acusados de recibir sobornos de narcotraficantes.

Siempre relacionado con México, pero más al sur, les presentamos el relato de algunas de las tantas historias que se tejen en la ribera del río Suchiate, ubicado en la frontera entre Guatemala y México. El periodista Víctor Núñez nos hunde en retazos de las vidas de hombres y mujeres que están envueltos en cualquier clase de tráfico í¢â‚¬â€œdesde víveres, hasta personasí¢â‚¬â€œ que se da en las aguas de este río. Les entregamos también una colección de imágenes impresionantes del Gran Cañón de Colorado, sitio que compite para ser declarado como una de las siete maravillas naturales del mundo.

Esperamos que la disfrute. Es para lectores como usted.

06 Mar 2009 Un cementerio que vive

En las últimas semanas me la he pasado entre vivos y muertos. Platicando con unos, merodeando cerca de los otros. Y todo en una misma comunidad, en un mismo camposanto. Esta es la comunidad Colinas, la que habita al interior del cementerio general de Antiguo Cuscatlán, y tema principal de una de las crónicas que saldrán publicadas en la edición de este domingo.

La comunidad lleva años ahí. Su caso no es nuevo; al contrario, ha sido materia prima de notas periodísticas y un documental en los últimos años. En mi primera visita me encontré con Alejandra Sánchez, una octogenaria que fundó la comunidad junto a su suegra Arcadia Valdez hace unas seis décadas. Otros fundadores también siguen ahí.

Comunidad Colinas de Cuscatlán

Alejandra es uno de los personajes destacados de la crónica y con ella se recrean escenarios que forman parte de la dinámica de la comunidad. Escenas que resultaron clave para el relato, como cuando Alejandra me pidió que la acompañara a visitar a su esposo Jesús. Esa escena dejó al descubierto el arraigo que sus habitantes sienten por este lugar y descubrí que ese es un sentimiento que une a estas familias, además de las carencias. Aquí se tiene más temor al vivo que al muerto. Luego de un reporteo intenso, me atrevo a afirmar que la crónica redescubre la comunidad del cementerio. 

¿Había oído hablar antes de la comunidad que vive en el cementerio de Antiguo Cuscatlán?