2012 La ciencia contra el fin del mundo

Estalla supernova en galaxia M 82

Escrito por: Jorge Colorado      Publicado: 29-01-14      Comentarios: 0

Supernova en galaxia M 82, imagen por Asociación Salvadoreña de Astronomía

Supernova en galaxia M 82, imagen por Asociación Salvadoreña de Astronomía

Hace 12 millones de años en una galaxia muy lejana una vieja estrella murió.

Para entonces el astro ya llevaba a cuestas al menos 10 mil millones de años de existencia y le era imposible seguir fusionando átomos más pesados. Su núcleo dejó de realizar reacciones termonucleares y por ende se contrajo en sí mismo, generando una onda de choque interna que hizo estallar toda la atmósfera estelar. 

Ningún sonido se escuchó de la explosión, porque ocurrió en el vacío del espacio y no hubo un medio físico que generara ondas sonoras; sin embargo, la luminosidad generada por el estallido fue tan intensa que en pocas horas brilló más que el resto de estrellas de su galaxia.

La ciencia nombra a este tipo de muertes estelares con el nombre de Supernovas.

Hace 12 millones de años ningún ojo humano escrutaba los cielos, entonces apenas comenzaban a desarrollarse los primeros homínidos de donde provenimos. Pero aunque hubiera alguien viendo hacia el cielo, no hubiera detectado algo, porque la galaxia donde ocurrió la supernova es tan lejana que la luz de la explosión llegó a nuestro mundo apenas hace una semana.

Fue el astrónomo Steve Fossey y un grupo de estudiantes del University College London (UCL) que notaron que algo brillante se había encendido en uno de los bordes del disco galáctico de la galaxia que hoy conocemos como M82.

Lo de “M” es por una clasificación que realizó Charles Messier, un astrónomo francés del siglo XVIII de los objetos celestes. Aunque también conocemos a dicha galaxia según otra nueva clasificación del siglo XIX, llamado Nuevo Catálogo General NGC, en donde la numera con el 3034; No obstante, los observadores del cielo le apodan con el nombre de “Galaxia del Cigarro” pues a los ojos humanos, parece un cigarrillo encendido.

Dos días después de su descubrimiento, detectamos la supernova en el Observatorio Astronómico de San Juan Talpa de la Asociación Salvadoreña de Astronomía, la supernova es prácticamente invisible al ojo desnudo y es imposible observarla mediante binoculares, tal como afirman algunos cables internacionales.

Para encontrar la galaxia M82 es necesario alejarse de la contaminación lumínica de la ciudad y buscarla entre las estrellas de la constelación de la Osa Mayor. Solamente es visible utilizando telescopios con una apertura arriba de 4.5”.

La noche que observamos la supernova desde el San Juan Talpa tuvimos la oportunidad de fotografiarla. Antonio Borgonovo y Francisco Sansivirini miembros de la ASTRO colocaron una sensible cámara al foco primario de un telescopio Meade Schmidt–Cassegrain de 10” y tomaron 10 imágenes de 60 segundos. Fotos que luego de un procesamiento a través de varios programas se logró obtener la imagen de la Galaxia M82 con la explosión de la supernova (foto superior).

Esa noche mientras acomodaba mi ojo al ocular del telescopio y veía la prístina luz de la muerte estelar, me preguntaba sobre los sistemas solares y los mundos que probablemente arrasó la onda expansiva y si había seres ahí que murieron en la hecatombe. También me pregunté si otras formas de vida inteligente en otras partes del universo o de nuestra Vía Láctea, han visto como nosotros la explosión de la supernova en la M82.



Neandertales y diabéticos

Escrito por: Jorge Colorado      Publicado: 06-01-14      Comentarios: 0

Encuentro entre dos humanidades: los 'Homo sapiens' (izquierda), y los Neandertales (derecha) / Imagen por Kennins & Kennins, Madrid Scientific Films

Encuentro entre dos humanidades: los ‘Homo sapiens’ (izquierda), y los Neandertales (derecha) / Imagen por Kennins & Kennins, Madrid Scientific Films

La diabetes es una enfermedad que siempre ha estado presente en la historia de mi familia, mi abuela materna murió por complicaciones de la diabetes y mi padre, al igual que varios de mis tíos, la desarrollaron. Al llegar a la adolescencia me recomendaron realizarme una prueba de glucosa cada año; y ahora, en la adultez hago dos en el mismo período de tiempo. Cuando terminé mi segunda década de vida, noté mareos y malestares, entonces el médico me indicó que tenía que controlar los triglicéridos y el colesterol, porque mi estilo de vida, entre varias sodas al día, una buena cantidad de estrés y frituras podían eventualmente pasarme factura y desarrollar esa terrible enfermedad.

Lo que en algún tiempo se consideró como una maldición familiar, hoy lo entendemos como una predisposición genética que logra que ciertos individuos desarrollen la diabetes. El último estudio sobre la diabetes que la revista Nature publicó en diciembre de 2013, consistió en una investigación a 8,214 latinoamericanos en donde se analizaron 9,2 millones de variaciones en la secuencia de ADN que afectan a una sola base nitrogenada. Lo que se descubrió fue que la diabetes tipo 2 está asociada a un gen llamado SLC16A11 y del cual la mitad de la población latinoamericana con ascendencia nativa lo posee.

Lo interesante es que dicho gen recientemente se encontró en un estudio genético elaborado a partir de los restos de Hombre de Neandertal de la cueva Denisova en Siberia. Los neandertal eran una especie –hoy extinta- del género homo, los cuales habitaron Europa, Medio oriente y Asia hace entre unos 230 mil años y que desaparecieron hace tan solo 28 mil años.

Siempre fue un misterio antropológico definir cuales fueron la causas que los neandertal se hayan extinto, al parecer la presión del hábitat por otra especie, el homo sapiens (nosotros), fue una de las causas de su desaparición.

Hasta hace muy pocos años, hemos considerado que los neandertales no fueron extintos a la fuerza, sino que los absorbimos a nuestra especie, es decir antiguos humanos formaron pareja con neandertales y generaron linajes mixtos, donde a la vuelta de los milenios y por una mayor cantidad de homo sapiens, la genética neandertal quedó prácticamente diluida en nuestra humanidad.

Hoy el estudio publicado en Nature refiere que un gen neandertal predispone de cierta forma a muchas familias latinoamericanas para desarrollar la diabetes tipo 2, probablemente y sin saberlo, desde la distancia de la prehistoria he combatido con mi antepasado neandertal para que su gen no se active y desarrolle este trastorno metabólico.

Hoy me pregunto, ¿Ganaré la batalla?