2012 La ciencia contra el fin del mundo

Las señales en el cielo NO son desgracias en la tierra

Escrito por: Jorge Colorado      Publicado: 03-11-14      Comentarios: 0

Estela que dejó el bólido observado la noche del 2 de noviembre de 2014, imagen por Sr. Mario Galán

Estela que dejó el bólido observado la noche del 2 de noviembre de 2014, imagen por Sr. Mario Galán

La noche del 2 de noviembre de 2014 muchos salvadoreños fueron sorprendidos cuando un brillante meteoro; mejor dicho, un bólido, entró a nuestra atmósfera y se desintegró frente a sus ojos. Algunos testigos reportan haber escuchado un fuerte sonido, parecido a una explosión, algo que se conoce como “boom sónico”, que ocurre cuando un objeto rompe la velocidad del sonido; y los bólidos generalmente lo hacen, pues estos llegan a alcanzar los 70 km/seg.

Es normal que se observen meteoros en el cielo, en mi vida he visto muchísimos meteoros surcando el cielo nocturno y es seguro que muchos observadores del cielo atestiguarán que noche a noche, siempre hay uno o dos meteoros apareciendo en el cielo.

Lo que sucede muy pocas veces en la vida es que un bólido surque los cielos, y como el que se observó en el cielo de El Salvador y Guatemala ocurre quizás una vez cada 30 años. Así que si usted lo vio, siéntase afortunado.

Pero cuando estos eventos naturales ocurren, siempre aparecen agoreros que nos recuerdan que el fin del mundo está próximo, lo dicen con cierta certeza malsana “Señales en el cielo son desgracias en la tierra”.

En primer lugar el fin del mundo no está cerca, en todo caso si ocurriera alguna enfermedad o un evento que devastara la vida humana, el mundo seguiría aquí, nosotros, los humanos no somos el mundo, apenas somos un organismo más que vive en su superficie.

Es seguro que el mundo continuará por lo menos en los siguientes 5 mil millones de años y se acabará cuando nuestra estrella, el Sol , crezca como una gigante roja y lo engulla, ese será el fin del mundo.

Pero tampoco crea que el fin de la humanidad está cerca, los agoreros apocalípticos tienen casi 2 mil años repitiendo que el fin está cerca, pero aquí seguimos y con seguridad seguiremos por un buen tiempo.

Para las desgracias de la vida nos hacen falta eventos astronómicos, si por cada muerte, guerra o desastre tendría que ocurrir un evento astronómico, tendríamos eclipses, cometas y bólidos casi todos los días.

Así que no crea que el bólido que se observó en el cielo es un aviso que algo malo va a ocurrir, las cosas malas muchas son responsabilidad nuestra y los desastres naturales, como los terremotos, ya han ocurrido sin que tuviera que pasar un bólido en el cielo.

Los eclipses, las conjunciones y las alineaciones planetarias son fenómenos astronómicos que siempre han llamado nuestra atención. Debemos de considerar que aunque los planetas se vean cercanos en el cielo es solamente una perspectiva que se logra desde la superficie de la Tierra. Si vemos a Júpiter y Venus brillando juntos en el cielo de la tarde, nos podrían parecer cercanos, pero en realidad están separados por millones de kilómetros.

En la antigüedad la gente le temía a los cometas, principalmente porque desde la Tierra se observan con un movimiento diferente al de los planetas, noche a noche se trasladan de un lugar en el cielo hacia otro de forma muy lenta y con un movimiento diferente al Sol, la Luna, los planetas y las estrellas, por esta particularidad los antiguos astrónomos los categorizaron como objetos de mala suerte.

Otras razones por las cuales los cometas siempre se asociaron a desgracias es debido a su apariencia, las colas cometarias tienen un gran parecido con las espadas, garrotes o cuchillos y verlas brillar en los cielos nocturnos debió de haber producido una enorme ansiedad.

A pesar del conocimiento científico actual, la gente continúa vinculando sus destinos a fenómenos astronómicos o atmosféricos, ante la incertidumbre o el desconocimiento nace el miedo. Mucha gente no tiene explicaciones sobre el bólido que surcó el cielo salvadoreño y ante ello algunos reaccionan con miedo ante el fenómeno de la naturaleza.

Otros necesitan el miedo para darle sentido a sus creencias religiosas, y otros lo usan para atraer creyentes a sus filas.

Poco tienen las alineaciones, cometas, eclipses o bólidos con las desgracias en nuestro mundo, los terremotos suceden por causas que no son astronómicas, ni siquiera vinculadas con fases lunares o solares y aunque pueden ser destructivos, en realidad los sismos son fenómenos naturales que han ocurrido desde la formación del planeta, nuestros continentes son de tal forma justamente por cambios geológicos que han ocurrido los últimos millones de años.

La mejor medicina contra el miedo es el conocimiento.