«EN LOS ZAPATOS DE UN PANDILLERO»

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Esta semana visité, por sexta vez en este año, un centro penitenciario de máxima seguridad; conmigo llegó también un tremendo equipo de trabajo. Montamos una actividad simultánea en tres sectores diferentes, con más de ochocientos reos presentes, y todos con un común denominador, Jesús. Te parecerá raro que ellos estén atentos a un mensaje que para muchos es aburrido o religioso, pero te sorprenderí­a ver el poder que hay en la bendita palabra de Dios, y en todos aquellos que la conocen y hasta predican. Sus rostros tatuados hasta los labios, sus cuerpos mutilados por armas blancas o armas de fuego, sus espí­ritus agotados de la lucha interna que tienen a diario en su soledad.

El lugar es de pelí­cula, es como estar en una pelí­cula de Hollywood; lleno de guardias armados hasta los dientes, creyendo ser mayormente inteligentes son también ví­ctimas de los regentes o encargados, esos señores que a todos nos tienen cansados, esos que en otro tiempo tení­an los cascos sudados; militares retirados viviendo de pasadas glorias que hoy canalizan cuando canibalizan a sus internos, quienes son hombres enfermos del alma como del corazón. A estas alturas no espero aún que me des la razón, pero por favor, sólo dispón tu corazón y verás que este problema de las pandillas es de todos y no sólo de los del mesón; basta con ver sus sonrisas forzadas y las viejas frazadas para entender que están en el olvido, como un árbol de madera podrido.

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El clima interno es insoportable, ni hablar de lo poco saludable; no cuentan con recursos ni con presupuesto, pues esto se lo clavó el que ahora ostenta el puesto, ese mismo señor que al juramentar dijo que a todo estarí­a dispuesto, es el mismo que no piensa en los supuestos. El calor, la humedad, y la mezquindad de los gobernantes hacen sus vidas mayormente agobiantes, similar al olor de los zapatos de los caminantes. La dieta alimenticia ya no es noticia pues el rancho está garantizado con yodo y muy medicado para evitar el contagio, las enfermedades y las pandemias, como la que vivimos en la actualidad; los libres en la sociedad H1N1, esta gripe producto de la ignorancia, pues el color del partido les produce a ellos jactancia. Estos muchachos no son tan malos, algunos de ellos son sólo chavales.

Sus actividades son muy limitadas, pues caminan con cadenas cumpliendo verdaderas condenas, mientras los criminales de cuello blanco siguen rodando de hospital en hospital hasta que se les termine lo que guardaron en el banco producto de sus desfalcos como de sus buenos contactos en el órgano judicial; consiguen permisos hasta para abandonar el hospital, visitan familiares y cuentan billetes por millares; en su casa de campo despliegan sus alijos y los miles los despilfarran sus propios hijos viviendo como prí­ncipes en los mejores bares del paí­s, pero con el corazón como el de una lombriz, pequeño y mezquino como el de sus padres o mentores, esos que hoy se creen grandes señores del crimen organizado; es por el simple hecho que aún no les han procesado y su orgullo los ha segado. Dios tarda, pero no olvida; busca en Él hoy una salida.

Estando en los zapatos de un pandillero comprendí­ lo difí­cil, Señor, que es la vida lejos de ti. Sin claridad mental ni sentimental, tomaron el mal camino que los llevó a hacer el mal; una vez que lo probaron, sus corazones encallaron y nunca más se recuperaron, llevando consigo hasta al más chico de su casa cautivo, pagando todos el precio del menosprecio por sus acciones, esas que no cesan, esas que producen sus mentes por montones, esas acciones que rompen tradiciones.

Estando en los zapatos de un pandillero, hoy comprendo que sin Dios el hombre puede ser tremendo. Y hoy cierro mi blog diciendo: “NO JUZGUÉIS PARA NO SER JUZGADOS; TODO LO QUE EL HOMBRE SEMBRARE, ESO TAMBIÉN COSECHARíâ€.

«TUS PECADOS TE ALCANZARíN»

tealcanzaran.jpgLa Biblia nos enseña que todo lo que el hombre sembrare, eso también segará; y es algo que todos debemos tomar muy en cuenta en nuestro accionar diario.

Recuerdo que a temprana edad tení­a por costumbre relacionarme con compañeros de no muy buen conducta en el colegio; en una oportunidad, partimos en billete de diez colones y por separado nos presentamos a la tienda del colegio en la hora pico del recreo, pidiendo el equivalente a dos colones para que la señora, que por mucho tiempo nos atendió con pedanterí­a, perdiera algo de lo mucho que, a nuestro criterio, vendí­a con tremendo sobreprecio. Para nuestra sorpresa, todo salió como lo planeado, la señora fue ví­ctima de su premier robo a mano armada por dos pillos de séptimo grado; y no sólo comimos, sino también nos quedamos con el cambio del billete partido, que se convirtió en el botí­n.

Pasados algunos años, estaba su servidor trabajando como cajero en una gasolinera en el sur de la Florida, cuando en el momento menos esperado, un cliente en altas horas de la noche se detuvo en la gasolinera sin tener combustible en su vehí­culo, y me dijo si le prestaba veinte dólares americanos para poder llegar a casa. “No” – le contesté – “No tenemos permiso para prestar en base a las polí­ticas de esta empresa”; luego, se quitó una pulsera que aparentaba ser de oro y me dijo: “Te la doy si me das cincuenta dólares de combustible o lo que mi vehí­culo agarre en el tanque”. Sin pensarlo mucho, tomé, según mi criterio propio, la determinación de hacer este negocio, e inmediatamente tomé la pulsera y la coloqué en mi mano. Abrí­ la bomba de gasolina, tomó veintidós dólares de combustible, y luego le entregué el cambio en efectivo, una cajetilla de cigarrillos.

Para sorpresa mí­a, al dí­a siguiente la pulsera de oro, ya estando en mi posesión, comenzó a decolorarse de tal manera que el cobre manchaba mi brazo, mi desilusión fue tal que mis compañeros de trabajo se burlan de mí­ hasta la fecha. Fue en ese momento que recordé las palabras de Jesús: “Todo lo que hombre sembrare, eso también segará”, palabras sabias. Todo lo que de joven habí­a hecho en contra de la humanidad, lo estaba cosechando a granel; todo lo vivido, todo lo realizado, todo lo sembrado.

Entonces, ¿cómo terminar con esta maldición? ¿Cómo terminar con esta etapa de mi vida? ¿Cómo finalizar este capí­tulo de amargura? La respuesta es igual de sencilla, la Biblia nos dice: “El que confiesa sus pecados y se aparta alcanzará misericordia”. La única manera de consolidar el asado y terminar con ello es a través de la confesión y el cambio real en cada una de las áreas afectadas por nuestro pasado.

Tus pecados te alcanzarán si no reaccionas a tiempo; es tiempo de cambiar nuestra manera de ser para con los demás, para con Dios, para con nosotros mismos; sólo así­ veremos la gloria y la misericordia de Dios en nuestra vida, a través de nuestros amigos y familiares. En lo personal, recomiendo que tomes en cuenta la Palabra de Dios, que es la Biblia, ella nos recuerda que amar al prójimo como a nosotros mismos es básico como el hecho de amar a Dios por sobre todas las cosas. En esto se resume toda la ley, y con esto logramos estar en paz con Dios, quien es nuestro Salvador. Es por ello que a partir de hoy al hablar, al hacer negocios al contratar personal, al despedir personal, al iniciar una relación amorosa, piensa bien cómo actúas, piensa bien cómo caminas, piensa bien cómo tratas a tus semejantes, pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará; entonces, dirás lo que hoy te recuerdo, “Tus pecados te alcanzarán”.

«LOS VERDADEROS AMIGOS»

vamigos.jpgTengo año y medio de estar sembrando cariño en un nuevo grupo de amigos, con ellos han llegado alegrí­as, tristezas, ilusiones y desilusiones; con ellos compartimos muchas horas por semana como en una verdadera relación de hermanos, cuando platicamos cuestionamos al Gobierno, hablamos del duro invierno y cuando se puede mandamos a mas de alguno al mismo infierno. Todo por mantener lo que todo ser humano debe tener Amor los unos por los otros; interés en el bien ajeno antes de anteponer el orgullo o el mismo poder.

También con el paso del tiempo he aprendido que en lo personal aun no he aprendido a ser por ellos comprendido, esto pretendí­a tenerlo escondido pero hoy lo saco a la luz, aunque después de esto en lugar de tener carro tenga que salir en bus, ya sea por el abandono de mis amigos y colegas a quienes hoy confronto por sus acciones; quizá hoy tenga que sufrir de nuevo su abandono pero al final de todo valió la pena pasar de nuevo esta pena; te has preguntado porque sufrimos los humanos, la respuesta es fácil, para tener claro que el único amigo en la vida es Jesús.

Algún dí­a comprenderán que mi alegrí­a llega cada dí­a cuando en mi agenda apretada hago tiempo para compartir con los que me hacen volver a vivir, que a pesar de ser Pastor a ellos me considero deudor; no solo por su cariño sino por el tiempo de alegrí­a que me dan cada dí­a. Con esto pretendo decir que muy pronto tendré que decidir, si seguimos el camino de la paz o cambiamos el destino, alejando de ellos mi camino, para no sufrir como hijo de vecino (bobo). ¿Te has sentido alguna vez abandonado, traicionado o golpeado? Todo esto sucede cuando no entiendes que es lo que te mueve el piso, las cóleras y fracasos que son la mayorí­a de los casos.

Analiza este blog hoy y decide, si vale la pena lo que esta mara te pide; tiempo, cariño y dinero, no se comparan con el esmero, que tu necesitas para comprobarles que eres excepcional, fiel e inteligente, que realmente no eres lo que comenta la gente. No te desanimo sino te reto a que tomes una inteligente decisión, ya no te comportes como el montón, cierra y termina esta obra, baja de una vez el telón y cambia ya de función, busca entretenimiento y saca de tu vida el aburrimiento, conoce a nuevas personas, esas que cuando salen toman café con Donuts y no de los que agua no toman por no tener barriga. Sé de aquellos que celebran aun cuando están panza arriba, con dinero o también cuando están a la deriva.

Concluyo diciendo que los verdaderos amigos son pocos, no los encontraras tan fácil sino con dificultad, si es que queremos hablar de la realidad, te recuerdo que verdaderos amigos son los que te defienden de tus enemigos, los que pelean por tu honor y lo hacen con valor y no solo como un favor; los verdaderos amigos pasan mas tiempo hablando de tonterí­as que reclamando hasta contarte todas tus costillas; sembrando desánimo cuando en realidad lo que necesitas es ánimo. Toma nota y reflexiona para que ya no sufras como la leona a quien quitan sus cachorros, buscando sin encontrar satisfacción en ninguna acción, aprende a valorar a quienes tienes a tu alrededor y sobre todo no te olvides que no hay amigo como tu Creador Dios Todopoderoso, Él siempre te dará los buenos dí­as con gozo y amor, de ese amor que no te pueden dar los del montón.

«HONDURAS, LA MANZANA DE LA DISCORDIA»

golpehonduras.jpgDe nadie es ajeno que Honduras está pasando por una de las peores etapas de su historia, volviendo al pasado por el duro golpe de estado que le dieron al ex Presidente; y a pesar que a él lo eligió democráticamente la mayorí­a de la gente. Campesinos y empresarios votaron a pesar de los temerarios; gente que se vio amenazada, gente que aún vive amedrentada por los colores de su partido o por el salario no recibido, ya que sus jefes juegan de matones, pues de esos hay por montones, no sólo en el Salvador sino en el mundo entero, de esos que viven en Wall Street con condominios de millones y carros por montones.

Hoy todo mundo opina, y el que no lo hace es porque a los hondureños discrimina; todos creen tener la razón, pero nadie se anima a compartirla, ya sea por temor o por falta de valor. La cuestión es la siguiente, no hay que ser hondureño para entender a la gente, basta con estudiar la historia para saber cómo termina; en el campo colocan a la tropa, y en la ciudad, más cantinas. Esto no se arregla ignorándolo sino confrontándolo con sabidurí­a y amor, de ese que tenemos en abundancia en nuestro Salvador; el problema es que a él nadie le consulta, sólo le pasan la factura cuando la vida ya la ha puesto la multa. No serán las lágrimas de Mel las que cambien al pueblo, sino la confesión de su pecado de querer cambiar su paí­s de lado.

Una simple encuesta es la que nos cuesta entender para saber que Mel perpetrarse querí­a en el poder. Dentro de la constitución polí­tica de cada paí­s encontramos leyes pétreas, lo cual significa que son de carácter no negociable, como por ejemplo el soberano, que es el pueblo; el sistema de gobierno, que en este caso es de carácter democrático; y muchas otras cosas que no terminarí­a de citar para mis pensamientos aclarar. Pero lo importante es que una cuarta urna no es la respuesta, una consulta no resulta, sino la constitución; está más que claro que ese tipo de movimiento está vetado, no sólo por la historia, sino también por nuestra memoria de origen, que es la constitución polí­tica de cada paí­s de América Latina.

El nuevo presidente interino está renuente a escuchar a mucha de la gente, lo cual no es correcto, pues este es el principal defecto de todo soberbio gobernante, que al poder lo corrompe de manera tajante; apenas lleva tres dí­as y ya tiene el agua hasta las rodillas. Su nombre es muy conocido en la ONU como en el mundo; se le tilda de usurpador, de dictador y corrupto, desde Europa hasta el bajo mundo. Dice este señor que a él esto lo tiene sin cuidado, pero en realidad ha de estar muy preocupado, pues sin comercio no hay divisa, y es posible que los gringos le quiten hasta la misma visa y tendrá que usar por largos dí­as la misma camisa. ¡Qué matado de la risa!, estos polí­ticos sólo son pantalla, pues cuentan con el ejército y con la metralla.

Honduras hoy por hoy es la manzana de la discordia, dentro de la asamblea de mi paí­s como del que panza tiene llena, no de comida y alimento, sino de una gran lombriz. La solución es sencilla, corrijan y enmienden sus errores; dejemos atrás los colores y pidamos ayuda, no de los cascos azules, sino del rey de todos estos gandules y polí­ticos, que son los que permiten que estemos viviendo estos momentos tan crí­ticos. Busquemos ayuda de Dios, él siempre estará con vos en las buenas y las malas, en los golpes militares y en los centros penales, donde posiblemente termine aquel que su corazón endurezca al llamado del las naciones Unidas, o del mismo pueblo. Señores, no repitan las mismas locuras que mataron el liderazgo de Noriega, presidentes tí­teres que dieron lo que tení­an y ahora viven tras rejillas en cárceles americanas, esas cárceles que a muchos de nuestros familiares les sacaron canas.