La crisis pandilleril de El Salvador está llegando a su fin, los líderes de diferentes pandillas optaron por el camino de la paz lo cual es honesto y correcto; los beneficios de estas acciones los disfrutamos todos, bien dijo el “profeta” Gral. Munguía Payés que a su llegada el crimen y las muertes bajarían en un 30%.
Este año 2012 llegamos a tener hasta 13 homicidios diarios, números que nos posicionaron como el país más violento de la región con ello la inversión extranjera tocó retirada, la empresa privada se declaró en rebeldía, las Fuerzas Armadas con alerta roja, la sociedad en general volvió al sentir de los años ochentas donde todos salíamos de casa pero pocos regresaban con vida; los parques y plazas en algunos municipios cerraron sus puertas a la alegría, escuelas y colegios vivieron igual tipo de pesadilla como cuando en la montaña reinaba la Guerrilla.
La tregua que ahora vivimos nos ha demostrado que todos gozamos si juntos avanzamos, la tregua que disfrutamos le devolvió la vida a cientos de jóvenes que ya la tenían perdida, el alto al fuego ha generado confianza ya ahora la empresa privada siente que el sistema avanza ¿Cuánto tiempo durará la luna de miel? Cuando se ama por conveniencia se puede caer en la demencia, a diferencia de cuando se ama de corazón, a pesar del dolor o necesidad no se pierde la razón. Debemos seguirles motivando pero esto no es sobornando no es sólo dando y dando, pues entonces nos estaríamos equivocando, volveríamos al viejo Oeste donde ganaba el más malo y no al presente donde quiere vivir la gente decente.
Mi humilde consejo de Pastor Evangélico, es que no se metan a tratar de comprar a un hombre bélico, para que un hombre verdaderamente cambie su corazón y mente tiene que tener a Cristo presente; esto no en forma de una Biblia, una Cruz o un Rosario que es lo más común en los Religiosos Cristianos cavernarios, lo que verdaderamente necesitan es una Conversión que los libere de la maldición del pecado, será entonces que cambiarán los resultados que mis amigos y hermanos pandilleros digan de corazón que Cristo les devolvió el corazón, que el confesar sus pecados a Dios los ha hecho hombres renovados y que ya no maten por beneficios, si no que haya un cambio por amor a Dios quien entregó a su hijo Jesús en sacrificio.
Sembremos pues una buena semilla, acabemos pronto con esta pesadilla y que jamás en El Salvador se diga “La bolsa o la Vida”. Te dejo un último consejo y este es que busques a Cristo aunque tus ojos jamás a Él lo hayan visto, rinde tu vida y Él te mostrará la salida; no te detengas y ven pues quien a Él encuentra, encuentra la vida.