El Proverbio 25 nos enseñó que un hombre sin dominio es como una ciudad sin muralla. Qué difícil es ver a los mandatarios quienes reaccionan con dureza sin tener ninguna certeza de las afirmaciones que hacen por montones, estos son glotones políticos prepotentones; el pueblo ya los está conociendo y ante la realdad esta cediendo, vasta con ver sus actitudes para entender que no atienden del pueblo sus solicitudes.
Esta visita del Presidente Obama, nos dejó claros los intereses de nuestros Gobernantes están actuando como caminantes, decisiones pasajeras que nos afectan para mal, pues todo parece paranormal, plazas fantasma, gastos y viáticos de viajes como si fuéramos de linaje real cuando en verdad acabamos de conocer la Capital; pongamos los pies en el suelo a para la oposición que esto sirva de consuelo, que los que están gobernando ya nos están agotando.
Los líderes de la empresa privada están confrontados por tanta regada, actitudes confortativas para con los inversionistas extranjeros, que saben que la inseguridad no les permite invertir en el País y dar servicios de calidad, temen por sus vidas y a sus inversiones no le encuentran salida. La cámara de comercio y sus representantes tienen toda la razón, a este líder político le falta poco para perder la razón.
Una Ciudad sin muro está expuesta a los elementos, a las tribulaciones y a los escarmientos, será necesario reflexionar y enmendar los errores pasados y creer que no estamos con ellos ligados; el hecho que no sucedió en nuestro Gobierno no nos desliga de responsabilidades, pues lo que sucede no son casualidades sino los frutos de trabajar con brutos.
Levantemos hoy las murallas, detengamos y pongamos a los ampones a ralla, confrontemos a los corruptos y amorales, de esos que viven en bacanales; piensan que los impuestos fueron impuestos para su beneficio y en El Salvador están dejando un gran orificio. El hecho que sea normal no significa que lo que sucede sea Moral, busquemos a Dios mientras pueda ser hallado, busquemos su perdón y misericordia; solo así veremos la Gloria de Dios.
Hombre inteligente es aquel que construye un muro de las piedras que le tiran, es aquel que no se rinde y no se retira, hombre inteligente es el que camina con decencia y tiene del prójimo clemencia; hombre inteligente es el que se comporta decentemente, temeroso de Dios y de su País respetuoso, rinde cuentas claras y las dudas del pueblo aclara. Levantemos hoy los muros y viviremos todos seguros.