El precio de la indiferencia ante los ojos de Dios es alto para todos, la indiferencia nos empuja a la soledad ya que por creer que somos autosuficientes o necesarios para el bienestar de otros olvidamos el valor de la solidaridad el cual es necesario para el buen funcionamiento de la sociedad en general, ya que el Creador dijo "No es bueno que el hombre esté solo". No seamos indiferentes ante las necesidades de otros; amor, compañerismo, son solo algunas de las cosas que todo hombre necesita.
La indiferencia nos dice indirectamente que eres superior a todos, cuando la Biblia nos motiva a amar al prójimo como a nosotros mismos pues es la muestra de un nuevo nacimiento, la indiferencia es sinónimo de menosprecio y esto tiene un precio muy elevado en el diario vivir; causa dolor, causa duda, causa rencor, y estos frutos son de carácter nocivo para ti y para los que te rodean. Hay una ley que dice "Todo lo que el hombre sembrare eso también segará", preocúpate en no estar sembrando este tipo de semillas.
La superioridad es un complejo peligroso, hace ver a Dios como innecesario en tu diario vivir, lo cual te expone al dolor de corazón como a la misma muerte; está dividida en varias áreas tales como la espiritual, área financiera sin olvidar el área familiar; en esta vida todos necesitamos de todos. Como la abeja necesita de una flor, todo hombre necesita de la ayuda y la presencia de Dios en sus decisiones personales ¿cómo sobrevivir sin la ayuda del Todopoderoso?
La arrogancia es otro de los temas que debemos abordar en este escrito, la arrogancia esta a la orden del día, desde los reporteros hasta los religiosos creemos que estamos por encima de la ley de Dios y de los hombres, no hay humildad de corazón, no hay intención de cambio; y ellos nos están diezmando congregaciones pues con nuestro diario vivir dañamos corazones. Para volver al buen camino necesitamos una reflexión concienzuda para que en nuestra vida no quede duda que somos seguidores no de Buda sino de Jesús.
El precio de estos factores nos pasará la factura a todos señores, no esperemos demasiado y no pongamos los ojos del otro lado, seamos realistas y no tratemos esto como un simple comentario, pongamos pues empeño en un verdadero cambio; retomemos el buen camino para mejorar nuestro destino, no vivamos con indiferencia antes de comenzar a pagar las consecuencias. No olvides que la indiferencia, denota de Dios una gran ausencia, sin su bendición y su presencia no queda más que pagar la consecuencia tanto de la Arrogancia como de la Superioridad y por supuesto de tu Indiferencia.