¿CÓMO ES EL CIELO?

Todos creemos merecer la gloria de Dios, pero la realidad es que el pecado nos privó de la presencia de Dios desde los días del Génesis, fue el pecado el que arruinó y distorsionó todo aquello que Dios tenía preparado para sus fieles. Aprendamos qué dice la Biblia referente al cielo.

El cielo es mencionado más de 276 veces sólo en el Nuevo Testamento, con esto como base podemos decir que su existencia en innegable, el que niega el cielo niega la palabra de Dios y la palabra de Dios es eterna, la  Biblia describe el cielo como un lugar de luz.

El cielo es el trono de Dios, por lo tanto está lleno de alegría, entendimiento, amor, paz, gozo; es más la Biblia nos enseña que el sol y la luna no serán necesarios para iluminar el día o la noche ya que será el cordero Jesucristo quien llenará de luz todo lugar, su presencia será tal que su luz nos guiará a diario.

El cielo es un lugar de reencuentro con Dios, con Jesús, con los Santos del Antiguo testamento, con los Cristianos del Nuevo Testamento, con  nuestros amigos y familiares, con abuelos y primos, con esposos e hijos perdidos en este mundo cruel y déspota para con los hijos de Dios.

En el cielo reinará la justicia, por ello todo lo feo, todo lo malo, todo lo oscuro, todo lo siniestro, todo lo negativo no tendrá lugar en la presencia de Dios. En el cielo veremos el Jardín del Edén restaurado, la Biblia menciona que los árboles darán hojas y de ellas saldrá la medicina que su pueblo necesita para sanar heridas.

El cielo fue descrito por el apóstol en el Nuevo Testamento, Juan describe el lugar como construido con calles de oro, mar de cristal, puertas de perlas, en su lenguaje nos deja ver que es más de lo que todo hombre puede imaginar y describir en palabras naturales.

Pero de nada sirve que te lo cuente, si no estás  seguro  de llegar a conocerlo, para ello la Biblia nos habla con claridad, ella nos enseña que Jesús es el camino al cielo y quien tiene a Jesús tiene la entrada garantizada al paraíso descrito en la Biblia ¿y tú ya invitaste a Jesús  tu corazón?

El precio del cielo lo pagó Jesús en la cruz, al cielo no llegas por bueno, o dejas de ir por ser malo, al cielo se llega por gracia de Dios, a través de Jesús a quien debes aceptar como Señor y Salvador personal, no esperes más toma hoy la mejor decisión no te avergüences de llamarle a Él tu Salvador.

LAS ALFOMBRAS Y JESÚS

En El Salvador, las alfombras son parte de nuestra tradición en la Semana Mayor, en ellas los religiosos muestran su devoción al Dios vivo quien por nosotros ofreció a su hijo, con mucho esmero y dedicación elaboran dichas alfombras llenas de colores y de materiales distintos.

Los religiosos tomaron como base el Evangelio de Mateo, para despertar esta tradición del Domingo de Ramos o entrada triunfal, donde las personas cantaban y alababan con júbilo y gritos diciendo bendito el  escogido de Dios, colocando sus mantos, ramas de olivo y palmas en el camino.

Para muchos las alfombras llegan a ser un estorbo para circular por la ciudad, pero para otros es la única manera de decirle al Señor lo  mucho que aprecian su sacrifico en la cruz, para otros una oportunidad de restauración de su vida espiritual  ya que es la única manera de mostrar devoción y dedicación a Dios.

La verdad para mí las alfombras son un símbolo de respeto, las alfombras son un despertar espiritual, es el medio de intentar agradar a Dios en la Semana Mayor, pero la mejor manera de agradar a Dios es viviendo  con un corazón dispuesto no sólo para Dios, sino dispuesto para ayudar al que necesita.

La mejor alfombra para Dios es tu vida, reconoce que Él es tu Salvador, reconoce que Él es tu Señor, reconoce que Él es tu Dios. No te niegues la oportunidad de reconocer su obra salvadora, no inviertas en arroz, sal, tinta, carbón, no malgastes tu tiempo elaborando algo para una sola ocasión, entrega tu vida al Creador y entrega la mejor alfombra que es tu vida.

No pierdas la tradición, pero tampoco pierdas la pasión de entregar al Creador lo que a Él le corresponde: honor, gloria, reconocimiento y amor.

¡SI CAMBIAS PALABRAS, CAMBIAS DE RUMBO!

Muchos sentimos que la vida perdió el sentido, otros nos conformamos con seguir viviendo vidas que nos llenan de ningún tipo de satisfacción, todo por no medir la palabras que salen de nuestra boca, analiza tus palabras y entenderás tus actitudes para con la vida.

Las palabras son semillas, la ley de la siembra y la cosecha se cumple en todos, lo que siembras cosechas, por ende si estás siendo negativo distas de la realidad positiva, si eres negativo cierras puertas que puedes necesitar a lo largo del día y porque no decirlo de tu vida.

No estoy diciendo que todo lo que dices sucede, pero si afirmo que tus palabras abren o cierran oportunidades para los tuyos como para tu persona, las palabras pueden marcar la diferencia en la vida de alguien que esté cerca de ti, experimenta con palabras positivas, experimenta siendo más amable más consciente.

Cambia el rumbo de tu vida cambiando primero tus palabras, no intentes cambiar el día al terminar el mismo, cámbialo al inicio con una palabra fresca para tu vida, con palabras frescas para tus amigos y familia, cambia el tipo de semilla, cambia el tipo de actitud, esa parte negativa que te ha acompañado durante toda tu vida.

Haber, intenta decir algo positivo de ti ante un espejo, creerás que estás loco pero la realidad es que estás acostumbrado a ser tan negativo que lo positivo te asusta y retrae, intenta romper esa mala tradición, intenta salir de ese cuarto oscuro que no permite ver más allá de las cuatro paredes en las que estas voluntariamente.

Si cambias tus palabras cambiará tu destino, si cambias tus palabras cambiará tu realidad, esas fantasías que tienes hoy en tu mente se convertirán en proyectos de vida, los otros llaman sueños, y garantizo que los alcanzarás ya que por los sueños se lucha, no solamente se piensan, cambia tus palabras, cambia tu destino.

LA SOLEDAD DE MI REALIDAD

Hace más de veinte años decidí seguir a Cristo, esto representó un cambio drástico en mi manera de vivir como en mis prioridades, descubro que el agua y el aceite no se mezclan, no fue fácil renunciar a lo que la vida ofrece, pero sabía en mi interior que después de perder a mi mejor amigo en un accidente de motocicleta no podía seguir viviendo en la vía que pretendía caminar, lejos de Dios.

El vacío que quedó en mi corazón lo intenté llenar con más amigos, lo intenté llenar con más fiesta, motos, autos, viajes, salidas, pero el mal sabor de su muerte no se quitó de mi paladar por más lejos que yo pretendiera estar; cada día que pasaba recordaba los buenos momentos los proyectos de vida y nuestras múltiples salidas, al final del camino descubro que lo que en realidad me faltaba era el amor de Dios, ya que la vida en Él está basada.

Fue en ese momento que tomé ese lamento y pesadilla para recordar que con Jesús sí se podía, tu vida puede cambiar con Jesús, tu vida con Jesús sí tiene sentido, no existe razón para vivir deprimido. Esas ideas negativas por Él son transformadas en positivas y las vibras negativas se convierten en motivación al aceptar de Él su valiosa salvación.

La separación fue necesaria para ver su gloria, no puedes esperar ver a Dios en medio de la vida pecaminosa y vacía de la actual sociedad, las grandes estrellas y lumbreras de la noche no se hacen notar cuando las luces de las grandes ciudades brillan a toda intensidad, para ver esa gloria es necesaria la soledad, el aislamiento con el propósito de reencontrarte a ti mismo y entender que aunque la vida te de limones Dios te dará la capacidad para hacer limonada.

Ahora en soledad veo mi realidad, fue ahí donde descubro mi verdadero propósito el ser un portador de las buenas nuevas, que pudieron ser entregadas a otro, pero que en su misericordia me permitió ser uno de sus miles de mensajeros anunciando el evangelio de Jesús que son buenas nuevas para toda aquel que le reconoce como Señor y Salvador personal.

Permite que la soledad te muestre tu realidad, no sigas ignorando lo que estás guardando o disimulando, existe algo en tu interior que causa en tu boca ese mal sabor, existe algo en tu destino que puede cambiar tu camino, su nombre es Jesús nombre que es sobre todo nombre, Él te llenará de paz, Él te llenará de amor, El cambiará hoy el fruto de tu corazón y te dará una nueva pasión.

Esa es la realidad de mi soledad.