No tengo oro ni plata, no soy de los bonitos de moda, no puedo volar a la luna aunque por ti lo haría, pero lo que tengo te comparto: mi amor, mis pensamientos, mis sueños y un cargamento de sonrisas acompañado de buenos momentos, eso y mucho más te dirá de que soy capaz.
Te imagino como una princesa a quien el mundo admira tanto por su belleza como por su nobleza, te imagino sonriendo, viviendo tu vida por un mejor camino y muy motivada por tu llegada a un mejor destino, en los personal te admiro por tu fortaleza y rara belleza.
Entiendo que es casi imposible que me veas a mí como un ser irresistible, de eso me doy cuenta especialmente cuando te rodea tanta gente que no llevo ya la cuenta, eso a mi me motiva, por ello me lleno de aliento, para terminar al menos contento.
Si supieras lo que llevo por dentro, unas ganas de vivir que te harían sonreír cada mañana compartiendo la luz del sol que entrara por nuestra ventana, te gozarías de ver las locuras que a mi lado vivirías, sonreirías y olvidarías cada golpe, cada penitencia y sentencia que esta vida te giró.
En realidad no tengo nada, pero en mi mente te tengo a ti, eso me basta para seguir soñando y así tu camino ir imaginando, cada día que pasa siento algo que me traspasa, y es un sentimiento puro de amistad y cariño que es suficiente para llenar un estanque, tan fuerte como la pisada de un elefante.
¡No tengo nada, pero me quedas tú!