Que alegría fue ver salir del mismo infierno de las profundidades del Atacama, a más de 33 hombres después de 39 días en el centro de la atención publica mundial, cuando más de ciento quince mil espectadores concentraron sus ojos en dicha situación; nadie podía ocultar el gozo de ver a la tierra sacar a estos fieles mineros hombres de valor, hombres de historia, que murieron por 17 días sin nadie expresar por ellos simpatía.
Qué formula más maravillosa, cientos de conciudadanos Chilenos se reunieron en vigilias de oración y esperanza; llenaron el Atacama hasta con danza, para seguir en la lucha de ver a sus familiares celebrar con los millares que esperaban minuto a minuto para ver quines los rescataban. No paso mucho tiempo para que el mundo se uniera en tan precioso evento pues las noticias en la actualidad nos las lleva el viento.
Cuando se frustraron los primeros intentos de rescate, el corazón se le paralizo hasta al más magnate; creyeron que todo estaba perdido, pero subestimaron la oración y el poder de la Palabra de Dios, la Biblia, ya que esta les dio esperanza y vida cuando en medio de muros no encontraban la salida, inspiró sus corazones a no hacerse locos en medio de cuatro paredones, a no perder la visión de la vida, conocedores que estaban muy lejos de la salida.
El mundo necesitaba un medio de transporte que pudiera dar a ellos soporte, algo excepcional que pudiera sacar del fondo de la tierra a este grupo tan esforzado y que el Gobierno de Chile no quedara avergonzado; algo que sólo Hollywood habría mostrado en su películas de animación o ficción, su nombre fue el Fénix 2. Diseñada dicha cápsula por la misma NASA, tenía la capacidad de sostener a un minero a la vez, evitando así algún revés en el proceso y un severo retroceso en el rescate divino.
Pocos minutos tomo el Fénix 2 para alcanzar su objetivo, sacar del pozo a todo minero vivo; esto fue el mayor motivo del esfuerzo que nos hizo a todos orar hasta con refuerzo perdiendo algunos hasta la hora de su almuerzo, fue Dios quien nos dio el milagro de sacar hasta al ultimo minero y rescatistas aunque el tiempo de espera fue un poco largo. Muchos celebraban con lágrimas, otros con calurosos saludos, pero todos están concientes que Dios la vida les devolvió hasta a los menos creyentes.
Este rescate puede ser hecho en tu vida hoy por medio de Jesús el Hijo de Dios, no esperes más atrévete a creer en el unigénito y único camino al Padre; abre tu corazón y veraz que el tiene la razón, ignora su invitación y sufrirás solo la condenación. Si yo fuera tu en él hoy confiaría, y mis pecados el olvidaría. Atrévete a salir de condenación, ahora que estás en buena condición, ora conmigo y tendrás en Él salvación.