Condeno los golpes de estado y todo movimiento revolucionario que atente en contra de la Democracia a nivel mundial. No hay derecho de atropellar las decisiones tomadas por un pueblo en las urnas en momento de elecciones. En pleno siglo XXI seguimos con prácticas nocivas y dañinas para la sociedad, en general como las vividas en nuestro país hermano de Honduras. Pero no podemos cegarnos a los caprichos de un presidente que pretende convertirse en un dictador a costillas de otros matones que reinan, hoy por hoy, en el cono sur de nuestra America Latina.
Mi abuela decía «Siembra vientos y cosecharas tempestades», en mi opinión muy personal es el caso de Manuel Zelaya ante el nuevo gobierno de Honduras; sus abusos, su absurdo sombrero y su sonrisa mórbida no logran convencer mi corazón y mucho menos darle a él la absoluta razón. Son los faltantes, lujos, retiros bancarios y viajes de placer los que el pueblo rechaza al estar ya cansados de tanto abuso de las finanzas públicas, no solo en el hemisferio sino a nivel mundial, hechos verdaderamente repudiables ante países con un índice de pobreza muy alto.
El calvario de este hombre inició cuando decidió colocar una urna extra, para tener en su opinión muy personal con sabor a Chávez, una consulta popular para poco a poco perpetuarse en el poder como máximo dirigente de Honduras, error eso catapultó un movimiento de oposición muy fuerte patrocinado por los ricos de todo Honduras y algunos países enemigos de este tipo de pensamiento, con lo cual lograron colocar a Honduras en la primera plana de muchos periódicos a nivel mundial, vendiendo la idea que ese amigo país es intolerante, golpista , orgulloso , soberbio y ahora solo ante la Comunidad Internacional.
Con el pasar de los días vemos a un presidente cansado, cargado, deprimido, abusado y por muchos elogiado, a pesar que en su país es ahora odiado por su recorrido por países amigos en busca de una solución caprichosa a su problema de derrocamiento, que para serles honesto y no les miento bien merecido se lo tenia con tanta antipatía para con sus congresistas y colaboradores, hombres y mujeres que en su mayoría son solo trabajadores representantes dignos del pueblo Hondureño como los tenemos también el nuestro pueblo salvadoreño.
Mel Zelaya se pasó de la raya ahora refugiado en una embajada de la Republica de Brasil, sin agua, sin orgullo propio duerme en una silla como si eso restara a su actual pesadilla. Divide y vencerás le abran recomendado pero no creo que este sea el caso en Honduras donde el pueblo lo que pide es claridad y respeto. Basta ya de tanto show, que el Presidente sea hoy juzgado, no por sus amigos ni colaboradores sino por la Constitución Política de su país, que es la raíz de toda la legislación que está confrontando su pasado, que sea la ley y el pueblo en elecciones libres los que permitan en Honduras seguir importando comestibles, Mel Dios tarda pero no olvida.