Todo en la vida es negociable, menos los principios; y uno de los principios de vida en nuestro País El Salvador, es el principio de libertad; sobre ello nadie puede ni debe pretender negociar en nombre de los menos privilegiados, en la semana del 8 de Septiembre, mes de la independencia, sufrimos un ataque terrorista de parte de malacates y maleantes que andan en las calles tan frescos como turistas o caminantes. Estos Señores pretenden imponer la ley del más fuerte, sin pensar en los daños colaterales que causan a la población en general, y los estragos que casan no sólo en la capital.
Nos advirtieron que no saliéramos a las calles, nos dijeron que los buses o microbuses serían diezmados o quemados si no acataban sus comandos; de ellos ya nos estamos cansando, a muchos les tocó caminar, a otros dejar de ir a estudiar y a nosotros los religiosos evitar al pueblo convocar y por su puesto dejar de predicar. Me parece de muy mal gusto que en El Salvador triunfe el injusto. Dios dice en mi corazón esto sí que no es justo, manda fuego y consúmelos con gusto; me siento ofendido de lo que el pueblo en general y la economía ha vivido en este año de prueba.
Las calles desiertas, la gente preocupada y ellos caminando y gozando en majada, como reina la ignorancia; ella es prima de la arrogancia, esa que no permite que se les dé consejo para su propio agí¼ite, fingen ser poderosos pero en realidad se esconden en posos, matan hasta a sus madres con tal de seguir en las noticias haciendo desmadres. Creen que todo lo pueden, pero en realidad desconocen que hay muchos movimientos de purificación del pensamiento y de esto no te miento que están saliendo del closet; gente con mente enferma quienes pondrán su piel de color paterna (fruta).
NO SE DEBE NEGOCIAR CON EL DIABLO, hoy te saluda y de espaldas te siembra la duda, hoy es tiempo de reconsiderar el rol de los que quieren al pueblo informar; basta con ver la televisión para entender que estamos tocando diferente canción ¿los religiosos de la tradición dando declaraciones de las pandillas como voceros? A eso llamo yo ser groseros. No sólo con la gente, sino con Cristo que te dio el rol de regente; mi confianza ha sido violentada y en la cara a todos nos dio ese muchacho religioso una patada, no le conozco pero le he observado cuando en reuniones anteriores se ha comportado como todo un mal criado.
Vamos Señores del Gobierno, aplaquen ya este infierno, no se comprometan con Dios de quien tienen ratos de ignorar su voz, comprométanse con el pueblo y sus votantes, esos mismos que por falta de bus hoy son caminantes; cumplan sus promesas de campaña y cambien de actitud antes que este que escribe termine como muchos en un ataúd, hoy por hoy me encantaría ser presidente para sentar un precedente que la libertad se respeta o si no nos rompemos la geta (boca). Al toro bravo por los cuernos Señores, no se puede negociar con un sin vergí¼enza que no da ni para la despensa; a ustedes apelo encargados de la defensa, no nos olviden, pues pronto tendrán su recompensa.