Cuando perdemos la confianza lo hemos perdido todo, lo vemos hasta en nuestro matrimonio, el demonio de los celos nos ha hecho vivir muchos desvelos, pensando en que está pasando en lugar de confrontar y conocer preguntando; la confianza nos permite el descanso como también una vida ordenada como el vuelo de los gansos quienes siguen siempre a un líder, al que está de turno ya sea en horario diurno o nocturno.
La falsedad ha llenado nuestro entorno, implantes de senos y pompas han sustituido las noches de compras, Nada tienes nada vales, cambio por si las tienes hoy si vales. La mujer ya no se jacta de su decencia ni inocencia, sino de su voluptuosidad y poca personalidad. El hombre se considera un macho si tiene las abdominales marcadas no importa a cuantos mujeres tenga abandonadas en vidas realmente desgraciadas pos los golpes y hasta las patadas.
Como sucede esta desgracia en un país que vive en democracia? Esto es sencillo preferimos las apariencias que los duras consecuencias de sus decisiones, en otras palabras han olvidado sus valores por causa de las emociones viven sin principios omitiendo que a ellos mismos estos mintiendo; volvamos a aderezar la vida con la confianza aunque esto represente en ocasiones olvidar el llenar nuestra panza. Intentémoslo de nuevo, seamos la generación que vive como un nuevo renuevo.
Para volver a creer en la gente, comportémonos todos de manera más decente no importando la crítica de la gente; cada uno de nosotros puede colaborar con este lento proceso que dura hasta que llega nuestro deceso o muerte que será el verdadero momento cuando estemos presente ante un Dios lleno de portento. Como explicaremos entonces toda la mala intensión que llevamos dentro cuando todos sabíamos que llegaría el momento de entregar cuantos a quien no cree lo que tu cuentas.
Para volver a creer a Jesús debemos de conocer quien ha sido un vivo ejemplo por fuera y por dentro, siempre caminó con humildad siendo de bendición a toda la humanidad; terminó con la enfermedad e hizo cesar la calamidad. Pon tu barba en remojo, aprendamos de nuestro entorno sembrando pureza y castidad, no importando que estemos en pasando por necesidad. Volvamos a creer en la gente, volvamos todos a ser decentes siguiendo a Cristo a quien con mis ojos reflejados en otro he visto.