Esta semana visité con un grupo de amigos el lugar más seguro sobre la faz de la tierra, no es un bunker (lugar antibombas), eran las oficinas de las Naciones Unidas, ubicadas a una cuadra de una de las Torres de Donald Trump, llamada Trump Tower. Con sus características de siempre, los excesos, lujo y derroche como jardines llenos de tulipanes en pleno verano, ballet parking, con su propio restaurante en la planta baja de dicho edificio, sus empleados todos uniformados como buenos esclavos del capitalismo en pleno siglo XXI.
El mundo está llegando a 7 billones de habitantes, de los cuales el 51% vive en necesidad, cada 20 segundos una persona se infecta de VIH, de los cuales el 52% son mujeres y posibles madres quienes sin lugar a duda concebirán hijos, muchos de ellos nacerán infectados con el mismo problema.
¿Naciones Unidas? En el mundo, más de la mitad de la población vive con menos de dos dólares diarios, siendo estos los más privilegiados, quienes por estos grandes capitales extranjeros viven como esclavos en sus propios países de origen.
Dentro de estos edificios observamos las reuniones en curso del día 10 de Abril del presente año, las cuales se realizan a diario con temas de interés mundial, contando los ciento noventa y dos países que conforman las Naciones Unidas hasta el momento, el punto es que la reunión de temas de salud y prevención de la pobreza contaba con seis países representados en una sala, preparada con más de ciento noventa y dos curules que representan sus países; pero la reunión que se realizaba simultáneamente en el salón principal con el tema “Comercio Mundial†contaba con más del 60% de los curules ocupados por sus representantes . Qué me dice esto, simplemente que el edificio existe, que los piases que conforman esta Organización están “representados†pero no están realmente “interesados†en trabajar “Unidos†por una buena causa Mundial, ¿por qué? La respuesta es sencilla, por los intereses mezquinos que cada país aporta a estas mesas de trabajo, producto de los grandes capitales que empujan este macabro mounstro del consumismo mundial, que nos ha alienado del amor predicado por Nuestro Señor Jesús, quien colgado de una cruz nos llama hoy a una reflexión, que si cada corazón dona aunque sea un poquito o un montón ya sea en dólares o en el olvidado colón, le encontraremos solución a este tremendo problemón, que nuestro mundo vive por montones permitiendo que los matones (capitalistas) terminen con los pueblos con sus aluviones de inversiones, las cuales nos encierran en cajones, sacándonos los ojos y secando nuestros corazones.
¿Naciones Unidas? Nunca lo lograremos hasta que nos amemos y tomemos en cuenta a todo aquel que vemos de menos.