NO TODOS LLEGARÁN

Dios llamó a su siervo Moisés para guiar a su pueblo escogido hacia la tierra prometida, pasando por alto las cosas que notoriamente sucedieron en su vida como el ser  Egipcio; El propósito de Dios en su pueblo era el de infundir pasión y sería Moisés el encargado de guiar al pueblo conforme a las ordenanzas descritas por Dios, para su cuido y preservación en dicha trayectoria.

Los conocedores del tema alegan y afirman que el viaje de todo el pueblo escogido de Dios desde Egipto hacia la tierra prometida tomaría unos cuantos meses, pero este trayecto les tomó cuarenta largos años, tiempo en el cual la fe de muchos desfalleció y otros perdieron hasta la vida por no obedecer las ordenes directas de Dios para con cada uno de ellos; no es fácil obedecer a alguien que no puedes ver, no es fácil mantener la fe cuando no se ve un horizonte claro.

La confianza en el siervo Moisés llegó a perderse en muchas oportunidades, el pueblo cansado de caminar y sólo obedecer pidió muchas veces volver al punto de partida; ellos recordaban las verduras, las frutas,  las espigas y las tradiciones que aprendieron en sus tiempos de esclavitud, a tal grado que marcaron tanto su corazón, que les hacía falta el maltrato de sus superiores o dueños, extrañaban los gritos y los golpes de sus opresores, extrañaron tanto que ni la misma presencia de Dios les era atractiva en la columna de fuego, o columna de humo que les guiaba.

No todos llegarán, no te entristezcas, en el camino perderás familiares, amigos, compañeros de trabajo, colegas, pero lo que jamás debes perder  es la confianza en Dios, si Dios prometió cumplirá; Él es fiel a sus promesas y palabras, lo garantiza cuando jura por sí mismo en su palabra la Biblia y nos recuerda que los cielos y la misma tierra pueden pasar pero sus palabras no pasarán hasta que se cumpla todo lo que en ella esta escrita para sus escogidos.

Las amarguras y los cambios son sólo simbolismo que estamos avanzando, el dolor pasará mañana pero la victoria permanecerá para siempre la necesidad es momentánea pero la alegría de haber llegado será eterna; al final de la historia Moisés no entró en la tierra prometida no por ser malo o incapaz, no entró porque su rol como líder había llegado a su final, el propósito de Dios en él ya se había cumplido y Dios no comparte su gloria con nadie. 

Si hoy recibiste una noticia desalentadora no te rindas, NO TODOS LLEGARÁN pero ¡Dios siempre se glorificará!

Dedicado a todos y todas aquellas que sufrimos por el abandono de los que nos juraron lealtad.

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