Todo pueblo necesita un libertador, esta es la tendencia de todos los tiempos a través de la historia ¿quién será el nuestro? ¿quién estará dispuesto a liderar a un pueblo cansado de engaños y despilfarro? ¿tendrá salida la problemática que ahora vivimos en nuestro país? ¡Todos queremos vivir en paz! para ello nos faltan algunos ingredientes indispensables para lograrlo.
El primer ingrediente es el PERDÓN, los errores pasados no arreglan los problemas presentes, es necesario recapacitar, pero avanzar es la clave; no nos detengamos en este capítulo de la historia ya que retrasa el proceso de sanidad para todos en general, los errores pasados son ahora solo referentes para tomar ejemplo y recalcar lo que no debemos repetir en nuestras vidas.
El segundo ingrediente es la MADUREZ, para entender que todos pensamos diferente y tenemos derecho a hacerlo, no pretendamos que todo es uniforme o igual, sería una sociedad llena de monotonía y aburrimiento, es por ello que la diversidad de pensamiento es el abanico de colores que todo país necesita; seamos maduros para poder soportar la opinión de toda oposición.
El tercer ingrediente es VISIÓN, cuando la vista es clara el esfuerzo es casi seguro, el no tener claro hacia adonde vamos es lo que nos lleva a la frustración; seamos claros en nuestras propuestas, seamos coherentes en lo que plateamos y hacemos, desarrollemos las propuestas con visión de País y no de partido o color político; para tener visión será necesario apelar al sentimiento de la ambición.
El cuarto y principal ingrediente es un CAPITÁN, alguien que tenga la capacidad, experiencia, deseo y buena voluntad de entregarse de corazón por la causa sin esperar servirse de todos los que le apoyan en su gestión, una persona desinteresada en lo suyo, una persona que ofrende su vida por la causa. Suena imposible pero esa persona ya lo hizo con anterioridad, su nombre es sobre todo nombre, su nombre es JESÚS.
Con ÉL Todos llegaremos a la meta, con Él todos podemos ser mejores, con Él todos podemos marcar la diferencia. ÉL es el Dios de lo imposible, ÉL es el ingrediente indispensable de la formula de la vida, sin ÉL cosas son imposibles. Dirás ¿qué tiene de nuevo para mí? En él toda la creación tiene esperanza y fundamento, experimenta su ayuda, presencia, y amor; hoy está al alcance de tus manos por medio de la oración, intentemos de nuevo pero tomados de la mano con Dios por medio de Jesús.