¿Quién puede olvidar el crimen y la masacre de las torres gemelas en NY, Estados Unidos de Norte América? Han pasado más de 9 años y las heridas no sanan, aun las familias lamentan la partida de sus seres queridos de una manera insólita y violenta en nombre de la fe; me parece increíble que el Presidente de USA esté ahora construyendo una mezquita en el mismo lugar donde estos hechos ocurrieron, esto es una burla a la dignidad humana, esto le costará caro a su imagen de Presidente.
Era muy temprano por la mañana, cuando me preparaba para salir de viaje hacia Brasil en una visita de trabajo a Sociedad Bíblica unida de Brasil; con el televisor encendido sintonizaba CNN INTERNACIONAL, una torre estaba en el proceso de ataque y todos creían que se trataba de un avión de prácticas que colisionó con el edificio por mero accidente. Minutos más tarde, mientras platicaba por el teléfono con mi jefe recomendándole que sintonizara el canal en mención, el segundo avión frente a nuestros propios ojos colisionó contra la segunda torre.
En ese momento nos dimos cuenta que USA estaba bajo un ataque terrorista como nunca lo imaginó ni el más malo de las historias de vaqueros, los aeropuertos locales cerraron todos sus vuelos, los Salvadoreños no fueron la acepción y nuestro viaje quedó frustrado en el momento; pero lo grave es que estaban aún identificando los vuelos involucrados en dicho atentando, a todo esto mi familia estaba volando en American Airlines sobre los Estados Unidos; mi esposa, mis dos hijos y embarazada del tercero. Ella también volaba en American en ese momento, minutos más tarde nos informan que otro vuelo atentó contra el Pentágono; fue allí donde mi corazón se paralizo.
Horas más tarde la comunicación con ellos fue imposible, solo quedaba orar. Qué duro es saber que la vida cambia en cuestión de segundos; qué duro saber lo frágiles que somos en realidad, al llamar a la aerolínea me dijeron que no podían dar información al momento pero que mantuviera la televisión encendida y que ellos nos darían la noticia en su momento. Mi corazón estaba frustrado, adolorido, angustiado, pero no tenía respuesta a mi problema; minutos más tarde ante la mirada atónita de millones de personas las torres cayeron una a una como una pluma de ganso, las cenizas de las edificaciones volaron por montones ¿Dónde está mi mujer, dónde están mis hijos?
Me tomó dos días poder saber si estaban con vida, mi hijo tenía un ataque de asma que nunca comprendí, mi esposa estaba en un hotel en Atlanta Georgia hospedada sin un dolar para pagar la cuenta; pero Dios es fiel y de manera milagrosa le facilitaron alimento, fórmula para los bebes, y hasta la cuenta del hotel de los 5 días que pasó en total encierro y abandono.
Hoy estoy volando el mismo día 9-11 del año 2010 y puedo dar fe que después de toda crisis siempre viene la calma, estoy a cuatro mil pies de altura y puedo ver el cielo nublado pero arriba de todo y de todos he visto la mano de Dios, tú podrás decir lo mismo si hoy escuchas su voz.