Hace relativamente pocos años, la mayoría de involucrados, usuarios y conocedores de Internet, eran ingenieros, técnicos y personas interesadas en la tecnología. El mismo Internet no daba para más. Era un sistema complejo, tanto en su base tecnológica como en su interfaz y relación con el usuario. Los científicos e investigadores de otras disciplinas también eran usuarios, pero aun para ellos era un proceso complejo.
Con la creación de la interfaz llamada World Wide Web, surgida precisamente de la necesidad de la comunidad científica de hacer más accesible el uso de esta herramienta que servía mucho a los investigadores y académicos, Internet comenzó su cuasi idílica relación con las demás personas, y no solamente con profesionales o científicos, sino con todos aquellos que contaban con el poder adquisitivo suficiente para ser un blanco de mercado atractivo para las incipientes empresas proveedoras del servicio de conectividad y los fabricantes de equipos personales.
La velocidad y forma del desarrollo en cada país y región fue distinta, dependiendo de varios factores, y aun mantiene una marcada diferencia, en muchos casos reconocida como la brecha digital. El avance de la tecnología misma, sobre las bases que se crearon en el inicio, ha seguido siendo impresionante, por decir lo menos.
Así, la cantidad de personas, instituciones, empresas y actividades que utilizan la red de redes continua creciendo a diario, y sobre todo, la variedad y alcance de las aplicaciones de estas tecnologías a las diversas actividades humanas es cada vez mayor.
Un efecto masivo e integral
De esta forma, el uso de Internet ha impactado millones de vidas humanas y miles de actividades y formas de relacionamiento entre los mismos. Tan cierta es esta aseveración que son muchísimos los jóvenes, y algunos adultos, que no saben hacer las cosas sin tener acceso a la red y a su potente capacidad de apoyo, procesamiento y memoria.
Al convertirse en una forma, herramienta y canal de interrelación humana, lo natural es que a través de Internet ocurran y provoquen todas las reflexiones, pensamientos, emociones, pasiones, gestos y acciones que hacemos en la vida diaria.
Cuando muchas personas se concentran en un mismo lugar, así sea éste el amplio ciberespacio, es lógico que se generen encuentros, desacuerdos, amores, conflictos, alegrías, discusiones, festejos, peleas, halagos, insultos, y todas las demás expresiones que los seres humanos sentimos y mostramos día a día.
Así, en algunos casos ha sido necesario limitar, inhibir y hasta sancionar algunas conductas y acciones ocurridas en Internet. De aquí que cada vez más, abogados, jueces, reguladores y políticos se involucren y participen en la definición de políticas aplicables, impuestas externa o internamente, con o sin conocimiento de la distinta naturaleza original de la herramienta más popular de nuestro tiempo. Esta incidencia se puede volver peligrosa cuando se basa solamente en el ejercicio del poder y no considera las opiniones y conceptos fundamentales de este nuevo entorno.
Todos podemos participar
Una de las grandes ventajas del origen, evolución y desarrollo de Internet es su naturaleza intrínsecamente participativa e inclusiva, que hace posible y real la confluencia de los actores más variados. Como acerca del fútbol y la política, todos podemos opinar sobre Internet, pues todos somos usuarios, reales o potenciales, de la misma.
Seguimos intentando transportar las normas de convivencia que hemos tardado siglos en desarrollar en la vida física, como contrapuesta a la que mantenemos en la red de redes, a esa nueva forma de interrelación humana. Nuevas buenas y malas acciones surgen al abrir innovadoras posibilidades de comunicación, y constantemente nos sorprenden, para bien o para mal.
Y aunque esta dinámica no siempre produce los mejores resultados, aun no hemos vivido el suficiente tiempo dentro de este mundo llamado virtual como para concebir unas normas de relacionamiento aceptables y buenas para la mayoría. Esto nos permite a todos incorporarnos a la discusión y reflexión sobre los métodos y criterios de un uso aceptable.
Esta dialéctica entre los ingenieros, tanto los que originalmente construyeron esta herramienta como los que la siguen perfeccionando y haciendo avanzar, y las muchas otras disciplinas que se continúan involucrando intensamente en los usos de la misma (abogados, políticos, sociólogos, economistas, psicólogos, educadores, activistas, artistas, militares, investigadores, empresarios, creativos, etc.), continuará descubriendo y debatiendo sobre la necesidad, o no, de regular, autocontrolar o liberar las distintas formas de conducta en Internet.
Pues es logico pensar que si unis a personas de diferentes genero, trabajo, edades, religion, gustos en todo aspecto, la plataforma se vuelve exponencial y su participacion se convierte en viral, lo cual al final se obtiene un Mercado cada vez mas exigente y demandante !!
Gracias Lito por la oportunidad diste a esta nación a través de tu trabajo para que El Salvador estuviera conectado con el mundo. Hoy gran numero de usuarios no saben como tenemos inter aca, son solo un cumulo de usuarios…. los bueno que tu conocimiento, experiencia y desarrollo de muchas actividades en informatica, posicionan al pais en el amplio mundo cibernetico. Dios te bendiga!!!
Como bien se dice es un cúmulo de oportunidades, pero no todos tienen esa oportunidad y la proliferación del Internet de manera descomunada y sin un lineamiento de orden, generara caos. El Internet ha dado paso a muchos generos diversos, trabajos, personas, edades y religión, el principal problema, son las edades, no hay en el país una regla para que el Internet sea ubicado para la educación, para lo que es, para la información y conocimiento, por el contrario, los jovenes que tienen acceso, lo utilizan para perder el tiempo en chats, facebook, juegos, etc., no dando cabida al potencial que el Internet representa. Se debe restringir su uso, para que se comvierta en un medio de educación, conocimiento, nuevas tecnlogías y emprendimiento, sólo así, el país podría comenzar un desarrollo cultural si se enfoca en el camino correcto.