El Libro Blanco de las Redes Académicas latinoamericanas

La investigación científica ya no se hace en solitario. Ya no puede hacerse en forma aislada. Por una gran cantidad de razones: distribución del trabajo, especialización, condiciones de prueba y experimentación distintas, recolección de datos variados, elementos naturales y climáticos diversos según el sitio en el planeta, facilidades y recursos para desarrollar el método científico, equipos altamente especializados y de alto costo, etc.

Afortunadamente, los investigadores, científicos, docentes y tecnólogos de todo el mundo cuentan con herramientas actuales, eficientes y cada vez más poderosas, para comunicarse entre sí y establecer esos vínculos que permiten desarrollar investigaciones conjuntas que desembocan en resultados favorables para la humanidad.

La Cooperación LatinoAmericana de Redes Avanzadas (CLARA), organización que reúne a las redes académicas de América Latina, ha producido un Libro Blanco llamado “Redes Avanzadas en América Latina: Infraestructuras para el desarrollo regional en ciencia, tecnología e innovación”, y pronto será publicado en papel y en versión digital.

Las reflexiones, conclusiones e información contenida en este breve documento (un poco más de 60 páginas) proveen un insumo y un sólido argumento para el diseño de políticas públicas que apoyen este esfuerzo nacional y regional, como la manifestación de una apuesta a la ciencia, tecnología y la innovación.

Por ejemplo, los autores del libro blanco, Alberto Cabezas y Soledad Bravo, afirman que “desde el punto de vista del diseño de las políticas públicas, y del financiamiento a las infraestructuras habilitantes para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI de aquí en adelante), es benéfico apoyar el despliegue y fortalecimiento de estas redes avanzadas, así como el uso cada vez más masivo de Internet entre la población. Estos dos objetivos políticos poseen igual importancia, ya que son infraestructuras complementarias y no sustitutas”.

Las redes avanzadas

También se establece que las redes avanzadas son clave para la investigación y el avance de la ciencia y tecnología, porque:

§ Sobre ellas se desarrollan nuevos servicios y aplicaciones que permiten sostener el crecimiento y fortalecimiento de Internet.

§ La comunidad científica más amplia requiere una infraestructura para la colaboración, educación y acceso a instrumental que el sector privado no puede ofrecerle.

§ La red en sí misma es un laboratorio para probar nuevos protocolos, mejorar la calidad de servicio y velocidades que no existen en Internet comercial.

§ La infraestructura permite un espacio de colaboración para afrontar temas que son desafíos mundiales y requieren de muchos grupos de investigadores trabajando sobre ingentes volúmenes de datos.

§ La negociación en conjunto permite rebajas considerables de los costos de conexión a las instituciones de investigación.

En particular, la RedCLARA ofrece un verdadero ejemplo de solidaridad y trabajo colaborativo latinoamericano. Su personal directo, unas 10 personas, se encuentra distribuido en varios países de Latinoamérica, laborando desde sus lugares de residencia, con objetivos y planes de trabajo comunes y coordinados. Las redes nacionales que son miembros representan más de 1,000 instituciones de educación superior y de investigación en América Latina.

La estrategia es clara: en vez de que cada país deba realizar su propia inversión y esfuerzo para conectar a su red académica a las redes avanzadas, se construye un “backbone” entre los países miembros, de forma que sea propio, sostenible, escalable, eficiente y de uso privado, solamente para las instituciones miembros de las redes nacionales. Hay importantes ahorros financieros en este esquema, además de que puede ser un catalizador para los países más rezagados.

Pero además, y esto es lo más importante, este acuerdo de instituciones de educación superior y de investigación de la mayoría de países en Latinoamérica ha probado ser el vehículo gracias al que países pequeños y menos desarrollados, como El Salvador, puedan integrarse, si así lo desean, a estas redes académicas avanzadas en el mundo, con el propósito de realizar investigaciones conjuntas, impartir clases en forma remota, o coordinar proyectos de mutuo beneficio.

El rol de las políticas públicas

Algo que se vuelve tangible en cualquier país, es que si existen políticas públicas, del Estado y no sólo del gobierno de turno, que realmente favorezcan el desarrollo de las actividades científicas, es posible que los demás actores se alineen y que, en efecto, se logre identificar nichos, motores de la economía e industrias que puedan traer riqueza a esos países, por medio de la aplicación de la ciencia y la tecnología a los procesos de producción, a la generación de nuevas ofertas, y a la innovación en general.

En América Latina, no obstante, -de acuerdo al Libro Blanco- la política pública explícita sobre las redes avanzadas como elementos centrales para el sistema nacional de innovación es casi inexistente, con la excepción de Brasil y, en menor medida, de México y Colombia; además, ellas suelen tener más apoyo desde el punto de vista económico. Si bien, otras redes reciben un tibio soporte financiero desde los gobiernos, lo cierto es que ningún organismo regional exhibe hoy un discurso constante y de largo plazo que apunte a la integración de sus comunidades de investigación a través de las redes avanzadas.

A ello se suma la concentración de la masa crítica en un solo país, Brasil, que reúne casi al 50% de los investigadores de la región. Luego se agregan Argentina y México. Si se añade a la lista a Chile, Colombia y Venezuela, se configura un cuadro que involucra a más de 80% de la masa crítica de los usuarios naturales de las redes avanzadas.

La conclusión es obvia, al mirar la experiencia europea. Las políticas públicas explícitas sí pueden hacer una diferencia en el crecimiento incremental de las redes y su sostenibilidad.

Desafíos de las redes académicas

De acuerdo al Libro Blanco, después de hacer una relación de las redes en Europa y otros países económicamente desarrollados, y revisar la situación de nuestros países, algunos de las lecciones y los desafíos más importantes que las redes académicas se enumeran a continuación:

§ El solo llamado a concursos o fondos sin una visión y exigencias de colaboración que produzcan sinergias, no conduce a esfuerzos sostenidos en el tiempo y con los impactos requeridos, o a infraestructuras nacionales.

§ Una red que no produce externalidades de redes; es decir, que no cuenta con la membresía completa de su comunidad, tiene problemas de legitimación para acceder al financiamiento nacional.

§ Desde el sector universitario la presión la colocan los usuarios más activos y que requieren estas facilidades. Si bien es parte de las prioridades de las universidades, es probable que sus promotores sean las instituciones más dedicadas a la investigación. A la vez, el simple hecho de una globalización de la enseñanza las coloca en el escenario del uso masivo de videoconferencias y sistemas colaborativos para la educación.

§ El sector privado es un motor de la I&D en países desarrollados. Por ello, las redes han flexibilizado sus políticas de uso para que ingresen otros actores.

§ Los hospitales públicos crecientemente, y con ayuda de los gobiernos, serán actores claves, dadas las necesidades en todos los países de la telemedicina en sus diversas manifestaciones.

§ Por último, en la educación la tendencia que se avizora indicaría que los modelos y enseñanzas de esta red se trasladen a ese sector. Dependerá fuertemente de la políticas educacionales de cada gobierno o Estado el nivel de conectividad y grado de colaboración con las redes avanzadas.

Incubando empresas en El Salvador

El momento de la vida en que todos los seres vivos somos más vulnerables e indefensos es en el nacimiento. La razón, dicho muy sencillamente, es que pasamos de un entorno a otro completamente distinto, y aun no contamos con los recursos propios para desenvolvernos en este “nuevo” ambiente.

Natural y normalmente, cada ser individual va desarrollando esas nuevas habilidades de supervivencia con el tiempo, por su propia cuenta y, en el caso de los seres humanos y animales, con la ayuda y cuidados de los padres y/o los demás miembros de la comunidad.

No obstante, con alguna frecuencia, el nuevo ser no está completamente listo para esa primera fase de adaptación y aprendizaje en el nuevo ambiente. En ese caso, dentro de los avances de la raza humana, se utiliza el proceso de incubación para completar ese proceso.

Etimológicamente, “incubar” proviene del vocablo latín que significa “estar acostado sobre algo” y, en muchas clínicas maternales se cuenta con más de una instalación adecuada para realizar este proceso. En estos casos, la incubadora funciona como una especie de útero artificial.

El principio es que el bebé ya no depende de su madre para desarrollarse, pero tampoco es capaz de evolucionar por sí mismo, y por eso necesita permanecer allí, seguro y asilado de gérmenes y ruidos, el tiempo que los médicos determinen dependiendo de las semanas que tenga el bebé, el nivel de desarrollo de sus sistemas vitales y de acuerdo a cómo el recién nacido vaya evolucionando.

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La encíclica “Caritas in Veritate” y la técnica

Como parte importante de nuestra vida y nuestro mundo, es de esperar que Su Santidad el Papa, como máximo portavoz de la iglesia católica, y tal como algunos de sus predecesores, se refiera en sus reflexiones al papel de la técnica y los avances en la ciencia en el desarrollo y la evolución de la humanidad, desde su propia perspectiva.

La tercera Carta Encíclica del Sumo Pontífice Benedicto XVI, publicada en junio del año 2009, recuerda la importancia de conjugar los preceptos de “caridad” y “verdad”, y de mantenerlos en la base de las nuestras acciones, sobre todo en la relación que éstas pueden guardar con el desarrollo de nuestros pueblos y nuestros conciudadanos.

La relación íntima entre caridad y verdad que se devela en esta encíclica es resumida por el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, en la disertación que realizó en nuestro país acerca de esta encíclica, como parte de la conmemoración del XXV aniversario de la Universidad Don Bosco, en dos frases complementarias:

“La verdad sin caridad es estéril”

“La caridad sin verdad es ciega”

Para ampliar estos conceptos, la Carta contiene en toda su extensión una cantidad importante de ideas fuerza, abordando varios temas contemporáneos de gran interés general, dentro de los cuales dedica un capítulo completo, el sexto, al tema del “Desarrollo de los pueblos y la técnica”.

Reflexiones interesantes

Como hemos dicho, Benedicto XVI no es el primer Papa que se refiere a estos temas. En esta encíclica, y basándose en palabras de Pablo VI, el Santo Padre establece la ambivalencia de la técnica, que en esencia nos recuerda que la aplicación de casi cualquier tecnología, decidida y realizada por una persona humana, es la que va a tener un efecto positivo o negativo en el desarrollo de la humanidad y de los pueblos. Un descubrimiento científico o una aplicación tecnológica, per se, no es bueno ni malo. El efecto de su utilización sí lo puede ser, y ésta es una decisión del ser humano que la descubre, inventa, o de todo aquél que la aprende a usar, por lo que la enseñanza de la ética, aun en versiones abreviadas, debe acompañar siempre la transmisión del conocimiento tecnológico.

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En sí misma considerada, la técnica es ambivalente. Si de un lado hay actualmente quien es propenso a confiar completamente a ella el proceso de desarrollo, de otro, se advierte el surgir de ideologías que niegan in toto la utilidad misma del desarrollo, considerándolo radicalmente antihumano y que sólo comporta degradación. Así, se acaba a veces por condenar, no sólo el modo erróneo e injusto en que los hombres orientan el progreso, sino también los descubrimientos científicos mismos que, por el contrario, son una oportunidad de crecimiento para todos si se usan bien.

—– Fin de cita ——

Otra de las muchas piezas de reflexión dentro de este documento habla del desarrollo y de los peligros de las ideologías que, llevadas a posiciones límite, pueden convertirse en un elemento de freno y distorsión en el uso apropiado de la tecnología y otras creaciones humanas.

—– Inicio de cita de la encíclica ——

Hoy, el cuadro del desarrollo se despliega en múltiples ámbitos. Los actores y las causas, tanto del subdesarrollo como del desarrollo, son múltiples, las culpas y los méritos son muchos y diferentes. Esto debería llevar a liberarse de las ideologías, que con frecuencia simplifican de manera artificiosa la realidad, y a examinar con objetividad la dimensión humana de los problemas.

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“Desarrollo de los pueblos y la técnica”

En el capítulo dedicado a la técnica y, por extensión, a la ciencia y la tecnología, el Papa enfatiza la responsabilidad que los seres humanos tenemos sobre los efectos de la aplicación de las técnicas y las tecnologías en cualquier aspecto de nuestra vida.

El Cardenal Rodríguez Maradiaga ilustró este aspecto recordando, con desacuerdo e indignación, cuando el ex presidente de los Estados Unidos, George Bush, buscaba explicar y justificar la crisis económica que aun vivimos, tipificándola como “una falla de los mercados”, como si los mercados fueran una entidad concreta y real, y no una herramienta creada, dirigida y manipulada por los hombres.

—– Inicio de cita de la encíclica ——

La clave del desarrollo está en una inteligencia capaz de entender la técnica y de captar el significado plenamente humano del quehacer del hombre, según el horizonte de sentido de la persona considerada en la globalidad de su ser. Incluso cuando el hombre opera a través de un satélite o de un impulso electrónico a distancia, su actuar permanece siempre humano, expresión de una libertad responsable. La técnica atrae fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le amplía el horizonte. Pero la libertad humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con decisiones que son fruto de la responsabilidad moral.

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La encíclica también nos advierte ante la posible absolutización de la técnica, y la pérdida del horizonte respecto a “para qué” hacemos los descubrimientos, las investigaciones y los adelantos tecnológicos y científicos. Es importante mantener el balance entre nuestro dominio, a través del estudio y el conocimiento, sobre lo material, y los objetivos, fundamentalmente espirituales, para los que se llevan a cabo tales acciones. Esto es, básicamente, el predominio y el ejercicio de la ética.

—– Inicio de cita de la encíclica ——

El desarrollo nunca estará plenamente garantizado por fuerzas que en gran medida son automáticas e impersonales, ya provengan de las leyes de mercado o de políticas de carácter internacional. El desarrollo es imposible sin hombres rectos, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al bien común. Se necesita tanto la preparación profesional como la coherencia moral. Cuando predomina la absolutización de la técnica se produce una confusión entre los fines y los medios, el empresario considera como único criterio de acción el máximo beneficio en la producción; el político, la consolidación del poder; el científico, el resultado de sus descubrimientos.

—– Fin de cita ——

Los medios de comunicación y el conocimiento

El Sumo Pontífice también tiene unas palabras acerca del papel de los medios de comunicación, que cuentan hoy en día con grandes dosis de infraestructura y tecnología moderna y de inmenso poder, pues el adjetivo “masivo”, que anteriormente se adjuntaba a la denominación de los medios de comunicación, ahora adquiere una dimensión verdaderamente planetaria, cuando gracias a esos medios podemos ser testigos de los sucesos en cualquier parte del mundo en forma inmediata.

El cardenal Rodríguez Maradiaga lo dice de una forma más sucinta: “estamos más cercanos, pero no somos más hermanos”.

—– Inicio de cita de la encíclica ——

Al igual que ocurre con la correcta gestión de la globalización y el desarrollo, el sentido y la finalidad de los medios de comunicación debe buscarse en su fundamento antropológico. Esto quiere decir que pueden ser ocasión de humanización no sólo cuando, gracias al desarrollo tecnológico, ofrecen mayores posibilidades para la comunicación y la información, sino sobre todo cuando se organizan y se orientan bajo la luz de una imagen de la persona y el bien común que refleje sus valores universales. El mero hecho de que los medios de comunicación social multipliquen las posibilidades de interconexión y de circulación de ideas, no favorece la libertad ni globaliza el desarrollo y la democracia para todos. Para alcanzar estos objetivos se necesita que los medios de comunicación estén centrados en la promoción de la dignidad de las personas y de los pueblos, que estén expresamente animados por la caridad y se pongan al servicio de la verdad, del bien y de la fraternidad natural y sobrenatural.

—– Fin de cita ——

La encíclica no deja de lado el tema del conocimiento, y la importancia que tiene el contenido multifacético de toda pieza de conocimiento que adquirimos, calificando de “don recibido” a ese saber. Como todo bien que se recibe, debe cuidarse, hacerlo evolucionar y, de acuerdo a los principios de caridad, ponerlo al servicio de los demás.

—– Inicio de cita de la encíclica ——

Todo conocimiento, hasta el más simple, es siempre un pequeño prodigio, porque nunca se explica completamente con los elementos materiales que empleamos. En toda verdad hay siempre algo más de lo que cabía esperar, en el amor que recibimos hay siempre algo que nos sorprende. Jamás deberíamos dejar de sorprendernos ante estos prodigios. En todo conocimiento y acto de amor, el alma del hombre experimenta un «más» que se asemeja mucho a un don recibido, a una altura a la que se nos lleva.

—– Fin de cita ——

El trabajo es personal, pero al mismo tiempo comunitario. Ojos nuevos y corazón nuevo. La tecnología puede y debe ser puesta al servicio del bien común. De otra forma, deja de tener sentido.

—– Inicio de cita de la encíclica ——

Para ello se necesitan unos ojos nuevos y un corazón nuevo, que superen la visión materialista de los acontecimientos humanos y que vislumbren en el desarrollo ese «algo más» que la técnica no puede ofrecer. Por este camino se podrá conseguir aquel desarrollo humano e integral, cuyo criterio orientador se halla en la fuerza impulsora de la caridad en la verdad.

—– Fin de cita ——

Por supuesto, acorde con los tiempos, ésta y otras encíclicas papales se encuentran en el sitio web del Vaticano, en español, en la siguiente dirección: Encíclica Caritas in Veritate.

¿A qué lugar desea ir hoy en El Salvador?

Por siglos, una de las formas más efectivas que los seres humanos utilizamos para identificar, localizar y llegar a un lugar es por medio de la representación bidimensional de la geografía y topología de la superficie terrestre, conocida como mapa.

El término proviene del latín “mappa”, que significa pañuelo, y esto fue debido a que los primeros mapas fueron trazados en pedazos de lienzo, o pañuelos. La habilidad prácticamente innata de la mayoría de humanos para comprender la representación en dos dimensiones de una serie de símbolos y dibujos de caminos, vegetación, edificaciones, accidentes naturales, y otros puntos de referencia, han hecho de los mapas una valiosa herramienta para movilizarse de un sitio a otro, ya sea por tierra, agua o aire, utilizando cualquier tipo de medio de transporte.

Implícitamente, la construcción de un mapa supone una colaboración entre desconocidos. Debió existir una persona que levantara y dibujara un mapa, para que posteriormente, las personas que desean hacer el mismo recorrido, sepan de antemano las orientaciones, las direcciones y los movimientos que deben realizar para llegar al punto deseado. Lo más usual es que el usuario de un mapa desconozca quién o quiénes levantaron originalmente la información que tanta utilidad le está prestando en un momento dado.

Esta ha sido la historia de tantos exploradores, navegantes, conquistadores que, posteriormente complementados con matemáticos, cartógrafos y dibujantes, ha construido los mapas que han orientado por siglos a millones de viajeros. Obviamente, las herramientas, métodos y niveles de precisión han ido cambiando y mejorando con el tiempo, y en la actualidad contamos con mapas mucho más exactos y confiables que los primeros mapas que se trazaron.

Los mapas digitales

Con el desarrollo de las posibilidades que las tecnologías de digitalización ofrecen, el campo de la elaboración y uso de mapas no podía quedar fuera, y en la actualidad existen las versiones digitales de los mapas, con todas las ventajas que esta digitalización puede ofrecer.

La facilidad y amplias posibilidades de la manipulación de información digital que nos permiten las computadoras y demás dispositivos que trabajan con datos en formato digital, además de su velocidad y miniaturización, han abierto las puertas a una cantidad prácticamente ilimitada de aplicaciones posibles, y solamente sujeta a la necesidad y creatividad de los entusiastas.

Entre otras funciones, los mapas digitales nos permiten alejar y acercar vistas, establecer rutas óptimas, calcular distancias, ubicar puntos específicos, y recordar ubicaciones específicas, así como seleccionar y concentrarnos en áreas particulares. Pero también cuentan con la posibilidad de asociar otros tipos de información a los datos georeferenciados, por lo que un mapa originalmente bidimensional, se convierte en un poderoso instrumento para una gran cantidad de aplicaciones.

Google Maps, así como otras opciones (MapQuest , VirtualEarth y A9 Maps, por ejemplo), al ser transferidas al dominio público, han permitido que la imaginación de muchos innovadores haya trabajado y logrado cualquier cantidad de funciones y aplicaciones. Existe incluso un blog en Internet que, aunque se declara no oficial, es una guía para dar seguimiento a las aplicaciones que cualquier persona ha realizado utilizando Google Maps. Se trata de Google Maps Mania.

La aplicación de El Salvador Digital, que La Prensa Gráfica ha puesto a disposición en forma libre para que cualquier persona se registre y pueda identificar en el mapa digital su negocio, comercio, industria, restaurante, y hacerlo fácilmente identificable y ubicable para cualquier persona que busque consultarlo, es otro ejemplo de esta explosión de aplicaciones en el web para ubicación geo-referenciada.

Satélites + Mapas = tecnología GPS para rastreo y ubicación

Por su parte, el avance de la tecnología espacial ha abierto las posibilidades para que también el público general pueda hacer uso de las señales satelitales que provienen de los cientos de dispositivos que acompañan el movimiento rotacional de nuestro planeta. De esta forma, en la actualidad existen cientos de tipos de dispositivos que reciben y envían señales a varios satélites, de forma que pueden utilizar sistemas geodésicos de referencia.

El GPS (Sistema de Posicionamiento Global, por sus siglas en inglés) se ha vuelto una característica bastante fácil de obtener y utilizar, por ejemplo en los modernos aparatos de telefonía celular, rastreadores de vehículos, y otros artefactos de fácil adquisición y operación. El GPS funciona mediante una red de 27 satélites en órbita sobre el globo, con trayectorias sincronizadas para cubrir toda la superficie de la Tierra. Cuando se desea determinar la posición, el receptor localiza automáticamente como mínimo tres satélites de la red, de los que recibe unas señales indicando la posición y el reloj de cada uno de ellos. Con base en estas señales, el aparato sincroniza el reloj del GPS y calcula el retraso de las señales; es decir, la distancia al satélite. Por el método de triangulación calcula la posición en que el objeto en cuestión se encuentra.

Una de las aplicaciones de la combinación de los mapas con la determinación de la ubicación por medio de satélites, o GPS, lo constituyen los sistemas de navegación y orientación, disponibles en varios países, como dispositivo estándar u opcional en los automóviles, embarcaciones y otros tipos de vehículos de consumo público.

Navegador GPS con mapas de El Salvador

Una buena noticia es que en El Salvador ya es posible contar con navegadores que, apoyados en los satélites del sistema GPS, y conteniendo los mapas completos del país, hacen posible establecer rutas, conocer y conducir sobre las calles y avenidas de nuestro país, dirigirse a destinos remotos en el interior, y obtener otra serie de información útil, como las direcciones para llegar a las estaciones de gasolina, cajeros automáticos, hospitales, restaurantes, sitios de esparcimiento y otros lugares, cercanos a nuestra ubicación presente.

Las orientaciones e indicaciones son proporcionadas por una voz sintetizada que, en español, es capaz de avisar las desviaciones y cruces que debe ejecutar el conductor de un automóvil para llegar a su destino de una forma eficiente. También advierte y se ajusta cuando el conductor toma una ruta distinta a la que el navegador ha sugerido (sin protestar por el equívoco o la desobediencia cometida).

Estos dispositivos son distribuidos en el país por Q-Soft, quienes han desarrollado también los mapas salvadoreños que están cargados en los navegadores, y por la cadena de almacenes Radio Shack, y resultan de gran utilidad, no sólo por la precisión con la que reflejan el mapa digital de El Salvador, sino también por la información adicional que proporcionan.

Una nueva década

¿La década de los dieces? ¿Los años diez? ¿Los diez años diez? Independientemente de cómo se le llame, una vez concluida, es seguro que la decena de años que estamos comenzando estos días estará repleta de innovaciones, descubrimientos, logros y más cambios en nuestras vidas, tal como nos hemos venido acostumbrando en los tiempos recientes.

Aun así, considerando las velocidades y los ritmos de cambio de los que hemos sido testigos en los años recientes, la cantidad de transformaciones, nuevos paradigmas, artefactos y formas de vida que la humanidad experimentará en estos próximos 10 años, será equivalente a una cantidad de años “pasados” mucho mayor. En otras palabras, la evolución de la tecnología sigue un trazo exponencial, pues los mismos avances tecnológicos apoyan a la ciencia, a la ingeniería, al mercadeo, a la producción, y demás procesos involucrados en la invención, creación, difusión y distribución de nuevos productos.

Viene a la mente la “Ley de Moore”, basada en una observación empírica hecha por Gordon Moore, cuando era director de los laboratorios de Fairchild Semiconductors (y antes de co-fundar Intel), en 1965, que establecía, en pocas palabras, que aproximadamente cada 18 meses se duplica la cantidad de transistores en un circuito integrado, con lo que esto implica, por ejemplo, en la capacidad, tamaño y velocidad de procesamiento de los microprocesadores de nuestras computadoras personales y todos los dispositivos que utilizan dichos procesadores.

Ley de Moore
Ley de Moore

Aun más, el mismo Moore ha predicho más tarde, en 2007, que su ley dejará de cumplirse en 10 a 15 años más, a partir de esa fecha, pero que otras tecnologías vendrán a reemplazar lo conocido, estableciendo implícitamente que otra formulación de esa observación tendrá que ser desarrollada (más o menos agresiva, está por verse). Esta nueva predicción, de cumplirse, podría suceder en la década que estamos iniciando actualmente.

Más leyes futuristas

Otra ley empírica y epónima, al igual que la de Moore, es la “Ley de Gilder”. Formulada por George Gilder, tecnólogo y futurista, director del Media Lab, en Massachussets, establece que La capacidad de las comunicaciones que poseemos como individuos, pero también como empresas o instituciones, se triplica cada doce meses”. En esta ley, también conocida como la “Ley de la Banda Ancha”, se involucra la potencia de las telecomunicaciones que nos permite enviar documentos, conversar en tiempo real o vernos en cámaras web, entre dos puntos del planeta a altas velocidades y a precios relativamente bajos.

Por su parte, la “Ley de Metcalfe” establece que el valor de una red de comunicaciones aumenta proporcionalmente al cuadrado del número de usuarios del sistema. Aunque posteriormente han existidos revisiones de esta ley, tanto argumentando que Metcalfe sobreestima la importancia de la cantidad de usuarios de una red (Andrew Odlyzko y Benjamin Tilly), como discutiendo que la ley original subvalora el potencial de las redes (Ley de Reed), la esencia de dicha ley se mantiene.

Al margen de los argumentos empleados para definir y afinar la fórmula para establecer la proporcionalidad del valor de una red, lo cierto es que todos comprendemos el alto potencial que la cantidad de usuarios de un servicio para darle valor al mismo. De hecho, este principio es uno de los valores clave de la Wikinomía y el Web 2.0: El servicio mejora automáticamente mientras más personas lo usan; es decir, los usuarios agregan valor.

Adopción de tecnologías

El comportamiento de la cantidad de usuarios de un servicio y/o una tecnología también ha evolucionado, desde las formas de conseguir los adeptos, hasta la velocidad en que éstos se adhieren (o abandonan su uso, lo que también es interesante y digno de estudio aparte). El siguiente gráfico nos muestra esta realidad:

Adopción de tecnologías
Adopción de tecnologías

El ciclo de adopción de tecnologías se divide habitualmente en 5 grupos de personas: 1) Innovadores, 2) Visionarios (Early adopters), 3) Pragmáticos (Early majority), 4) Conservadores (Late majority) y 5) Escépticos (Laggards).

Tal como muestra la siguiente gráfica, los innovadores son apenas el 2.5% de la población, y junto con los visionarios, constituyen apenas el 16% del total de la población. El siguiente grupo, los pragmáticos o la “mayoría temprana” es el que, al sumarse a los dos grupos iniciales, hace llegar el total de usuarios de una tecnología, servicio o producto a la mitad de la población que tenía posibilidad de adquirir dicha tecnología, servicio o producto.

Ciclo de adopción de tecnologías
Ciclo de adopción de tecnologías

Nuevas ofertas en la nueva década ¿dónde estaremos?

De acuerdo al ciclo de adopción de tecnologías, y la gráfica del tiempo real de adopción que han mostrado algunos servicios basados en tecnología, se puede pensar que hay cada vez más usuarios visionarios y pragmáticos, y probablemente hay una aproximación por parte de los conservadores y algunos escépticos hacia la “mayoría temprana”.

Es válido considerar que los consumidores en una buena parte del planeta, con relativo poder adquisitivo, estarán más dispuestos a usar y probar una nueva oferta en esta nueva década en forma temprana, pero también hay que saber que igualmente estarán dispuestos a dejarla por una nueva oferta con relativa facilidad. Además de la innovación en el producto o servicio mismo, es preciso ser innovadores en las estrategias de fidelización.

Considerando los distintos planteamientos vertidos hasta el momento, es bueno preguntarse “¿dónde estaremos, como país, como empresas, como industrias, como usuarios, a lo largo de esta década incipiente, dentro del ciclo de adopción de tecnologías?”.

Y una vez resuelta esa primera interrogante, atendamos a la segunda: “¿qué debemos hacer desde ya, para estar donde queremos estar, en esta década de los dieces?”.