La robótica como herramienta didáctica

Enseñar para aprender. Aprender haciendo. Desarrollar la capacidad de imaginar diversas soluciones para los problemas. Mantener abierta la mente de los niños y niñas.

Estos son algunos de los objetivos generales y transversales de la educación. Al mismo tiempo, los educandos deben conocer y comprender conocimientos en diversas áreas del saber, desarrollar competencias y habilidades, y asimilar valores y normas de comportamiento, además de integrarse a la cultura en la que se desenvolverán en el futuro.

Las herramientas didácticas que los maestros utilizan, muchas de ellas creadas por ellos mismos, adaptadas, aprendidas y probadas como eficaces, son muy variadas.

Y debe ser así, cada vez más. En los niveles iniciales de la formación escolar, las actividades y utensilios utilizados por los docentes de parvularia están muy cerca de la fase lúdica en que se encuentran los educandos en esas edades. A medida el niño y la niña van creciendo, es necesario comenzar, por un lado, a sistematizar un poco más la transmisión de conocimientos y habilidades y, por otro, a hacer más partícipes de su propia formación a los jóvenes y adolescentes.

Las tecnologías desarrolladas para propósitos industriales o productivos, como las computadoras, los dispositivos miniaturizados, la digitalización de la información, la robótica, y otras, también han ido siendo integradas en el proceso de enseñanza aprendizaje, con resultados variados. Los educadores y estudiosos del tema continúan analizando y evaluando los efectos de la inclusión de tecnologías en la educación, sobre todo las más recientes, e intentando concebir aproximaciones más apropiadas para obtener los mejores resultados.

¿Para qué diseñar y construir robots?

Al mencionar la palabra “robot”, mucha gente puede traer a su memoria desde las películas de ciencia ficción, recordar las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov, hasta la utilización de brazos mecánicos en la industria de fabricación de una gran cantidad de productos.

De acuerdo a la wikipedia, “no hay un consenso sobre qué máquinas pueden ser consideradas robots, pero sí existe un acuerdo general entre los expertos y el público sobre que los robots tienden a hacer parte o todo lo que sigue: moverse, hacer funcionar un brazo mecánico, sentir y manipular su entorno y mostrar un comportamiento inteligente, especialmente si ese comportamiento imita al de los humanos o a otros animales”.

En la aplicación de la robótica como herramienta didáctica, lo que se busca es transmitir a los y las estudiantes conocimientos de matemáticas, física, mecánica, lógica, y desarrollar competencias y habilidades que incluyen el pensamiento abstracto, la visualización creativa, la manipulación gruesa y fina, entre otras.

El proceso de plantear un problema o una tarea que debe ser resuelta por medio del diseño y la construcción de un artefacto robótico conlleva una serie de principios de conducta que pueden resultar beneficiosos para la formación de los niños y niñas. Entre ellos se encuentran:

– Colaboración y trabajo en equipo

– Trabajo ordenado y sistemático

– Documentación de los procesos

– Experimentación y utilización de prueba y error

– Tolerancia a la frustración y al fracaso

– Búsqueda imaginativa de componentes

– Comprensión de la interacción de instrucciones de software y acciones de hardware

– Desarrollo de habilidades motrices

– Capacidad analítica

– Observación al detalle

– Diversión al aprender

Es decir, y esto es muy importante, el objetivo de la robótica educativa NO es preparar a los jóvenes para que construyan robots como forma de ganarse la vida. Tampoco es prepararlos para trabajar en una fábrica que utilice robots. Se trata de una metodología y una serie de herramientas didácticas para formar y transmitir de una forma práctica algunos aspectos actitudinales, como los enumerados arriba.

Trabajo conjunto con un propósito

Nuestro país ha contado con algunas experiencias en el uso de la robótica educativa, y más recientemente, ha dado un paso adicional en esta línea.

Colegio Bautista, apoyado por Edge
Colegio Bautista, apoyado por Edge

En 2004, la empresa Futurekids, ahora Edge, fue uno de los pioneros en utilizar la robótica en los procesos de aprendizaje en niños y niñas. Amparados en el programa de Microsoft “Alianza por la Educación”, a partir de 2005, tanto Edge como Fusalmo, y más recientemente la empresa Edulego, han incursionado en brindar apoyo a los centros escolares del sector público para que sirvan a sus estudiantes la robótica educativa como parte de su plan de estudios.

Después de las primeras experiencias en el sector público de la educación básica y media, la semana pasada fue inaugurado el Proyecto Piloto de Robótica Educativa, en el Centro Escolar “Comunidad San Francisco” del Valle de Zapotitán, dentro del programa “Alianza por la Educación” (“Partners in Learning”) de la empresa Microsoft.

Cenro Escolar San Francisco
Cenro Escolar Comunidad San Francisco

Esta primera entrega de los equipos de robótica educativa abarcó a 28 centros en todo el país, 2 por departamento, muchos de ellos en el sector rural. Se espera beneficiar a 224 alumnos en estos centros, y la meta es equipar al menos a 200 centros escolar en todo el país.

El Ministerio de Educación, a través del Viceministerio de Ciencia y Tecnología, espera dar seguimiento y evaluación a los resultados de la inclusión de esta herramienta didáctica, y socializar parte de los resultados al final de 2010, en un congreso de robótica educativa.

A favor de las Redes Nacionales de Investigación y Educación

Existe una correlación significativa entre los países que muestran altos niveles de desarrollo humano, económico y social, y aquéllos que mantienen y ejecutan, en forma sistemática, agendas nacionales de investigación, sobre todo en áreas científicas y tecnológicas.

Está claro que la secuencia ‘apoyo político-financiero – agenda de investigación – resultados innovadores – producción exportable – generación de riqueza – apoyo político-financiero’ se convierte en un círculo virtuoso. Una vez demostrados los resultados y el aporte relevante que el trabajo científico y tecnológico tiene en el desarrollo de las naciones, cualquiera puede pensar que el apoyo a las agendas nacionales de investigación está asegurado.

Se trata de una apuesta a largo plazo y con cierto nivel de incertidumbre, pues no todos los trabajos de investigación culminan con productos exitosos y generadores de riqueza. Para los líderes políticos esta reflexión se convierte en el dilema de invertir fondos públicos en sembrar las semillas de infraestructura y sistemas para la promoción de la investigación, frente a utilizar esos mismos fondos para intentar reducir los problemas más inmediatos y visibles como salud, pobreza, seguridad, educación, etc.

En general, nuestros países en América Latina han sido más propensos a intentar resolver los problemas que se perciben en forma cercana y en el corto plazo, y ese trabajo orienta el destino de los fondos públicos. El ciclo político eleccionario, que obliga a que el partido en el poder muestre resultados tangibles e inmediatos ante la población, si es que pretende obtener la re-elección, lamentablemente induce a alejar la inversión pública de estas visiones de más largo plazo, como son las agendas de investigación.

Una propuesta innovadora

Por otro lado, es usual que las instituciones de educación superior, universidades, institutos tecnológicos y centros de investigación establezcan y sostengan programas de investigación, aunque sea en forma incipiente. También es innegable que la mayor parte de países cuentan con el talento y capacidad humana para realizar trabajos de investigación que pueden dar resultados de gran valor.

Sin embargo, como otros temas de interés nacional, un esfuerzo coordinado entre los sectores académico, público y privado sería deseable y conveniente. Este no es un esquema nuevo para afrontar proyectos de investigación científica. El trabajo conjunto y coordinado es un requisito tácito para el desarrollo de la ciencia y la tecnología en la actualidad, y la búsqueda de la eficiencia en el uso de los recursos no es una necesidad solamente de los países en vías de desarrollo.

En este sentido, en un documento titulado The Case for NRENs, miembros y organizaciones de la comunidad científica de Europa expresan las ventajas y aspectos positivos de la organización de las Redes Académicas en cada país, conocidas como Redes Nacionales de Investigación y Educación (RNIE o NREN, por sus siglas en inglés).

Por ejemplo, el modelo de organización de todas las entidades de investigación de un país en una sola red nacional, la NREN, que a su vez está organizada en una red supranacional, ha probado ser exitosa, tanto en el uso eficiente de recursos, la negociación con proveedores, y la cooperación entre los miembros. Para el caso de Europa, la red supranacional que asocia y coordina a las redes nacionales, se llama en la actualidad GEANT2, y es la sucesora de GEANT, la primera versión de esta red.

El esquema anterior muestra cómo la NREN puede administrar y conectar a las instituciones de educación superior y de investigación de un país, a través de una red LAN (Local Area Network), o una red MAN (Metropolitan Area Network), o redes regionales (en caso de países de vastos territorios). A su vez, la NREN se conecta a la infraestructura de la red GEANT2 y a Internet.

El tráfico de datos científicos y académicos viaja en forma privilegiada a través de los enlaces de GEANT2, comunicando fácil y rápidamente a las comunidades de investigación de un país europeo con sus similares en otro país europeo, o con sus colegas en otras partes del planeta.

¿Se necesitan las Redes Nacionales?

Siguiendo el modelo de interconexión, operación y colaboración delineado antes, las universidades y centros de investigación son responsables por la operación de su propia red, atendiendo a sus profesores, investigadores y estudiantes, y su interconexión con el siguiente nivel en la red. Si lo amerita, las instituciones se conectan a una red regional, que es administrada por sus encargados. A escala nacional, la NREN es la entidad a cargo de mantener la operación de sus propios enlaces, y con la red que los conecta a la red supranacional. Esta es una distribución del trabajo muy eficiente, y permite a cada institución (universidades y centros de investigación), así como a cada organización del siguiente nivel (redes regionales, nacionales y supranacionales), focalizar mejor sus esfuerzos y recursos.

Si este modelo de capas es propagado a todo el mundo, como de hecho se está intentando lograr, los esfuerzos de investigación mundial estarán mejor servidos, puesto que se logran economías de escala importantes, y se mejora mucho la eficiencia y velocidad con la que se almacenan y transfieren grandes cantidades de datos, se utilizan equipos de laboratorio en forma remota y compartida, y se comunican los científicos de varias partes del mundo.

En este mapa se muestran las redes supranacionales en las regiones en las que existen; entre ellas, GEANT2 en Europa y CLARA (Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas) en América Latina. Se está trabajando en crear las redes en el Caribe (CaribNet) y en África (AfricaConnect), en una importante medida gracias al apoyo de la Comisión Europea.

El referido documento responde a interrogantes como las siguientes:

¿Por qué se necesitan Redes Nacionales de Investigación y Educación (RNIE) cuando ya existe un mercado competitivo de proveedores de Servicio de Internet?

¿Por qué las RNIE deben recibir fondos de fuentes públicas?

¿La existencia de RNIE distorsiona el mercado de Internet a través de competencia desleal?

¿Cuál debe ser el estatus regulatorio de una RNIE?

Aunque el análisis está hecho para el entorno europeo, también se puede intentar extrapolar los argumentos a favor de las RNIE para Latinoamérica y sus redes nacionales.

En América Latina y El Salvador

Desde 2003, Latinoamérica fue convocada por la Unión Europea, e invitada a desarrollar el modelo de cooperación que a Europa le ha reportado tantos beneficios. Para ello, se creó el primer proyecto ALICE (América Latina Interconectada con Europa), por un valor de 12.5 millones de Euros. A partir del éxito y buenos resultados de esa gestión, se aprobó a finales de 2008 la continuación, ALICE2, por un monto de 18 millones de Euros (6 de los cuáles deben aportar las RNIE de América Latina que son socios). La red supranacional es RedCLARA, y es administrada por la organización CLARA.

Topología RedCLARA a marzo 2010
Topología RedCLARA a marzo 2010

El Salvador está conectado desde 2005 a RedCLARA, y es miembro fundador de CLARA. La RNIE de El Salvador es RAICES (Red Avanzada de Investigación, Ciencia y Educación Salvadoreña), y como todas las RNIE, administra la red nacional, sus enlaces hacia RedCLARA y el mundo, y la conectividad con cada uno de sus miembros.

En la actualidad, RAICES está conformada por siete instituciones de educación superior e investigación en el país: Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, Universidad Don Bosco, Universidad Tecnológica, Universidad Francisco Gavidia, Escuela Especializada en Ingeniería ITCA-FEPADE, Universidad Católica de El Salvador y Universidad de El Salvador.

¿Qué significa el último sufijo en las direcciones web?

Además del amplio mundo de conocimientos, oportunidades y adelantos tecnológicos que Internet ha traído consigo, también hizo poner más atención a una codificación que ya existía, pero era poco utilizada, de los países y territorios que conviven en el planeta.

Al empezar a conectar entre sí computadores que se encontraban en diferentes ubicaciones geográficas, pronto fue necesario encontrar o crear algún sistema de nomenclatura para las cada vez más direcciones únicas en Internet que fuera claro, normalizado y que permitiera su ampliación sin demasiados problemas. La solución fue acudir a un estándar internacional, el ISO 3166-1, que lista los códigos de 2 y 3 letras del alfabeto latino para todos los países y territorios del mundo, y es universalmente aceptado.

El razonamiento para tomar esta decisión fue establecido claramente por el padre de los nombres de dominio y el direccionamiento en Internet, Jon Postel, cuando escribió: “La IANA (Autoridad Internet de Números Asignados) no está en el negocio de decidir qué es y qué no es un país. La selección de la lista de la norma ISO 3166 como base relativa a los nombres de dominio de nivel superior se hizo con conocimiento de que la ISO tiene un procedimiento para determinar qué entidades deben y no deben estar en esa lista”.

Jon Postel (1943-1998), Foto de Irene Fertik, USC News Service. Copyright 1994, USC

Así, el sufijo de dos letras que aparece al final de millones de nombres en direcciones web y correo electrónico, normalmente está asociado a un territorio o país en el mundo. La lista completa de estos sufijos aparece en la base de datos que IANA (hoy una dependencia de ICANN) mantiene actualizada en su sitio web, en http://www.iana.org/domains/root/db/. Así confirmamos que las 2 letras asignadas para El Salvador son SV.

Adicionalmente al grupo de dominios de 2 letras, sabemos que también existen otros sufijos finales en Internet, tales como “.com”, “.net”, “.org”, “.edu”, “.aero”, “.travel” y “.museum”, por ejemplo. En esta entrada no hablaremos de esos otros tipos de nombres de dominio, llamados “genéricos”, limitándonos a los llamados “código de país” (country code).

Sufijos de 2 letras en el mapa mundi

La distribución en el mundo de estos nombres de dominio y su terminación ha sido representada en varios mapas del planeta, para ubicar fácilmente en que lugar del planeta se encuentra un sitio web o una persona cuya dirección electrónica termina en 2 letras específicas.

A continuación dos ejemplos de mapas. En el primero, al acceder al sitio en que se encuentra, es posible ampliar o reducir su tamaño para identificar más claramente dónde se ubica un sufijo específico.

El segundo ejemplo es un poco más creativo, ya que se muestran los sufijos en la ubicación de cada territorio según su localización en el mapa, pero con un tamaño proporcional a la cantidad de población de cada país. De ahí que .in (India) y .cn (China) se vean de mayor tamaño.

Otros usos creativos, comerciales o inesperados

Pero algunos de estos sufijos de 2 letras, destinados originalmente a identificar países y territorios, son utilizados en la actualidad para propósitos distintos, parcial o totalmente. Algunos casos emblemáticos son .tv (Tuvalú, un conjunto de islas en el Pacífico) usado para identificar nombres vinculados a la televisión; .tm (Turkmenistán) usado para representar “trademark”; .fm (Estado Federado de Micronesia) utilizado para registrar radios en Internet, por alegoría a la frecuencia modulada.

A continuación una lista no exhaustiva de estos usos diferentes:

.ac es el sufijo para Isla Ascensión, pero se usa en Suecia, como “AC”, la abreviación de un condado sueco.

.ad es el sufijo para Andorra, pero se usa para agencies de publicidad o avisos clasificados.

.ag es el sufijo para Antigua y Barbuda y se usa para sitios agrícolas. En Alemania, AG es la terminación para empresas basadas en acciones, como Inc. en Estados Unidos.

.am es el sufijo para Armenia, pero se usa para estaciones de radio AM o para usos especiales como i.am.

.ar es el sufijo para Argentina, y a veces se usa como terminación verbal (educ.ar).

.as es el sufijo para Samoa Americana. En Dinamarca, Noruega y República Checa es la terminación para empresas basadas en acciones, como Inc. en Estados Unidos.

.at es el sufijo para Austria y se usa en palabras en inglés terminadas en at (e.at).

.be es el sufijo para Bélgica, pero se usa como el literal “be” y para la ciudad suiza de Bern.

.by es el sufijo para Belarus, y se usa como la abreviatura oficial del estado de Bayern.

.bz es el sufijo para Belice, y se usa como una versión corta de “biz”, es decir, “business”.

.cc es el sufijo para Islas Cocos (Keeling) pero se usa para varios tipos de sitios, como “community colleges”.

.cd es el sufijo para República Democrática del Congo pero se usa para comerciantes de CD y sitios para compartir archivos.

.ch es el sufijo para Suiza, pero lo usan también varios sitios de iglesias (por “church”).

.co es el sufijo para Colombia pero ha sido comercializado como abreviatura de comercial, corporación o compañía.

.dj es el sufijo para Djibouti pero se usa para comerciantes de CD y para disc jockeys.

.fm es el sufijo para los Estados Federados de Micronesia pero se usa para estaciones de radio FM (y estaciones de radio Internet).

.gg es el sufijo para Guernsey pero se usa para la industria de juegos y apuestas (“gaming and gambling”).

.im es el sufijo para la Isla de Man pero se usa para programas y servicios de mensajería instantánea.

.in es el sufijo para India pero se usa ampliamente en la industria de Internet.

.io es el sufijo para el Territorio de British Indian Ocean, pero se usa para sitios de almacenamiento en línea y otros, como Drop.io y Done.io.

.is es el sufijo para Islandia, pero se usa como la conjugación en ingles del verbo ser.

.it es el sufijo para Italia, pero se usa en casos especiales como .has.it.

.la es el sufijo para Laos, pero se comercializa como la abreviatura de Los Angeles.

.li es el sufijo para Liechtenstein, pero se comercializa como la abreviatura de Long Island.

.lv es el sufijo para Latvia, pero se comercializa como la abreviatura de Las Vegas, o a veces “love”.

.md es el sufijo para Moldavia, pero se comercializa dentro de la industria de la medicina.

.me es el sufijo para Montenegro, y se comercializa para individuos (por el inglés “me”).

.mn es el sufijo para Mongolia, pero se comercializa como la abreviatura de Minnesota.

.ms es el sufijo para Montserrat, pero ha sido usado también por Microsoft.

.mu es el sufijo para Mauricio, pero también se usa en la industria musical.

.ni es el sufijo para Nicaragua, pero a veces se usa como abreviatura de Northern Ireland.

.nu es el sufijo para Niue, pero se comercializa como “new” en ingles, “ahora” en escandinavo y “desnudo” en francés y portugués.

.pr es el sufijo para Puerto Rico, pero puede significar «Public Relations»

.sc es el sufijo para Seychelles pero también se usa como .Source

.si es el sufijo para Eslovenia, pero se ha usado como la afirmación “sí”, como en el sitio del candidato a alcalde mexicano www.jorgearana.si.

.sr es el sufijo para Surinam, pero se comercializa para ancianidad, como en «seniors».

.tm es el sufijo para Turkmenistán, pero se usa como «Trade Mark»

.to es el sufijo para Tonga, pero se usa como la palabra “to” en inglés, la abreviatura de Toronto y la de Turín (Torino en italiano).

.tv es el sufijo para Tuvalu, pero se usa en la industria de la Televisión y en la provincia de Treviso (Italia).

.us es el sufijo para Estados Unidos (United States), pero se usa en sitios como “delicio.us”.

.vg es el sufijo para Islas Vírgenes Británicas, pero se usa para abreviar juegos de video (“video games”).

.vu es el sufijo para Vanuatu, pero significa “visto” en francés o “vista” en inglés.

.ws es el sufijo para Samoa, pero se comercializa como “website”.

¿Papel o pantalla? Del papiro a la tinta electrónica

No está claro que sea un tema generacional. Tampoco está motivado por la protección a los árboles que se usan para producir papel, aunque está claro que podría tener un efecto en la tasa de deforestación mundial. Ni siquiera el atractivo tan contemporáneo de la miniaturización de dispositivos es un factor realmente decisivo. Se trata más bien de hábitos, cultura y gusto personal lo que incide en el medio que se selecciona para desarrollar la lectura.

Con los avances en el diseño y tecnología empleada en los lectores electrónicos más recientes, la alternativa digital a los libros, revistas y publicaciones en papel comienza a ser un contendiente más digno de consideración que hace unos pocos años atrás.

A partir de la necesidad de los humanos de almacenar registros y anotaciones que perduraran en el tiempo, primero los egipcios con sus papiros, y posteriormente los chinos con la invención del papel en el año 105 de nuestra era, la humanidad logró desarrollar y perfeccionar la tecnología para contar con un medio físico en el que fuera posible escribir, guardar, transportar, y leer todo tipo de mensajes, frases, pensamientos, descubrimientos, experimentos, fantasías e historias.

Papiro egipcio: planta y proceso de elaboración
Papiro egipcio: planta y proceso de elaboración. Foto del autor.

La importancia del papel para el avance de la humanidad se vio incrementada exponencialmente gracias a la invención de la imprenta, que además de hacer crecer la demanda por el papel, difundió aun más el uso de los libros y los documentos impresos. Paulatinamente, muchas más personas en el mundo se encontraron con la posibilidad de conocer y aprender más, por medio de la lectura. La habilidad de leer y escribir, al menos en el idioma materno de cualquier ser humano, es considerada hoy en día como un derecho y una fortaleza fundamental para cualquier nación que busque mejorar sus niveles de vida.

Percepciones, ventajas y desventajas

Con el surgimiento de la computadora, y sobre todo con el desarrollo de la computadora personal y los sistemas de almacenamiento masivo y despliegue en pantallas, grandes y pequeñas, mono y multicromáticas, se planteó la facilidad de contar con grandes cantidades de información en formato digital. Esta cantidad y variedad de información escrita podría ser presentada para la lectura del ser humano por medio de la iluminación selectiva de pequeños elementos visuales, llamados pixeles, en los monitores convencionales.

Al principio en forma silenciosa y sin mayor aspaviento, empezó a presentarse la disyuntiva de leer en papel o en pantallas digitalizadas, una creciente variedad de piezas de información. Desde los programas de computadora, los manuales de usuario y de instrucciones para dispositivos, hasta las lecturas tradicionales de novelas, cuentos, y publicaciones periódicas, todas fueron trasladadas, con mayor o menor éxito, a un formato digital.

Hasta hace relativamente poco, sin embargo, y aun en la actualidad, hay argumentos a favor y en contra de los dispositivos electrónicos como medios de lectura, alternativos al tan querido papel.

“La pantalla brilla mucho, y me cansa los ojos al pasar mucho tiempo frente a ella”

“No puedo llevar cómodamente la pantalla a cualquier lado”

“No puedo marcar mi lectura, subrayar pasajes o hacer anotaciones al margen”

“Me gusta el olor del papel, sobre todo cuando el libro está nuevo”

“El libro cabe en cualquier pequeño espacio para transportarlo”

La respuesta: los “e-readers” y la tinta electrónica

Después de algunos intentos iniciales infructuosos, parece ser que los recientes desarrollos tecnológicos están logrando dar respuestas satisfactorias a un buen número de usuarios, de forma que los libros electrónicos (“e-books”) han incrementado sus ventas, así como las alternativas de proveedores, y la cantidad de seguidores de los mismos.

La batalla de los “e-readers”, los dispositivos electrónicos diseñados expresamente para contener y presentar para su lectura los títulos de libros y otras publicaciones, tradicionalmente impresos solamente en papel, está arreciando cada vez más.

Uno de los factores más importantes en esta nueva “batalla” es la invención de la tinta electrónica. Usando una analogía sencilla, la tinta electrónica consiste en unas pelotitas que son blancas de un lado y negras del otro. Según sea la letra que se desea presentar en la pantalla del lector electrónico, unas pelotitas estarán del lado blanco y otras del lado negro. Cuáles están de un lado y cuáles del otro es una configuración que es determinada por la carga electromagnética que se envía a los electrodos que rodean y controlan cada pelotita.

Algunas ventajas señaladas por usuarios y fabricantes son:

– La pantalla no presenta brillo propio que cansa la vista. De hecho, los lectores electrónicos necesitan una fuente de luz externa para ser visualizados, de igual forma que un libro de papel.

– El consumo de energía es muy bajo, pues prácticamente lo requieren solamente para “pasar la página”.

– Pueden contener cientos o miles de libros, simultáneamente.

– Se pueden hacer anotaciones, marcas y señales en cualquier parte del texto.

– El tamaño de la letra puede ser ajustado a la necesidad de cada persona (por si se olvidaron los lentes).

– El peso es menor que muchos libros tradicionales.

– No se consumen árboles para fabricar el papel en que son impresos.

– Los títulos de libros pueden ser descargados de Internet u otras fuentes digitales. Algunos títulos son gratuitos.

– No se rompe el papel ni se deteriora ni se mancha. Por supuesto, el aparato puede dañarse eventualmente y en ese caso, se perderán todos los títulos contenidos en ese dispositivo.

Quizá lo que hará falta es embotellar el aroma del papel, y acompañar un frasco de este aroma en la venta de cada lector electrónico.

Versatilidad de uso

La tecnología de la tinta electrónica y los lectores electrónicos puede tener más fanáticos y muchos más usos en el futuro cercano.

Por ejemplo, así como ya se está probando en el país los computadores de OLPC, también podría ser posible contar con unos lectores electrónicos, precargados con todos los títulos de libros que los niños y niñas requieren para su educación, desde primer grado hasta su último nivel de bachillerato, además de las lecturas recomendadas y establecidas en el currículo, de autores nacionales y extranjeros, así como acerca de valores y otros temas importantes para su formación.

A los maestros y directores de centros educativos tampoco les vendría mal poder contar con un “e-reader” que contenga todos los libros de texto que pueden utilizar, así como títulos en pedagogía y en algunos otros temas que el Ministerio de Educación podría establecer como parte del acervo que todo docente debe conocer.

Los precios actuales y los ahorros por compra de volumen, harían sumamente interesante un planteamiento como el anterior, una vez salvados los temas de derechos de autor, además de empezar a acostumbrar a nuestros jóvenes y a nuestros profesores y profesoras a estos dispositivos, sin mencionar los ahorros en papel y árboles talados que podríamos tener.