Cuando los datos hablan en los mapas

La integración de información en distintos formatos y proveniente de diversas fuentes es otra de las grandes ventajas que nos ha concedido la era digital. Esta característica, que a primera vista podría ser subestimada como algo “bonito” o interesante, tiene importantes repercusiones en el proceso cognitivo, de asimilación de información y de creación de conocimiento en los seres humanos.

Los ejemplos abundan. Los materiales didácticos que se pueden utilizar en el proceso enseñanza aprendizaje hoy en día están cada vez más dotados de combinaciones de texto, fotos, gráficos, música, sonido, animaciones, vídeos, y esto facilita grandemente la comprensión de lo que se busca enseñar. Los medios de comunicación masivos integran cada vez más las formas en que la información, las noticias y los reportajes llegan a su audiencia. Los resultados de la gestión administrativa, o de un proceso de consultoría en cualquier área, son presentados a los accionistas, directores o clientes, utilizando formas multimediáticas. Lo mismo se puede decir de la publicidad, la investigación científica, las redes sociales, etc.

La concepción y realización del apareamiento de coordenadas geográficas a los distintos lugares dentro de ciudades, poblados y países, haciendo referencia a un sistema generalizado de ubicación espacial dentro de nuestro planeta, ha dado paso a la construcción, en formato digital, de los «mapas georeferenciados».

El Salvador en coordenadas

Desde hace algunos años, algunas instituciones públicas han desarrollado y depurado mapas georeferenciados de nuestro territorio, haciendo uso de técnicas y tecnologías, procesos y procedimientos, acuerdos y alianzas con entidades externas, mucho tiempo de trabajo y dedicación, así como exitosas gestiones de coordinación entre instancias nacionales e internacionales.

Una importante labor en este sentido ha sido realizada por el Ministerio de Economía, a través de su Gerencia de Tecnologías de Información y Datos Espaciales. El dominio de las tecnologías subyacentes, la posibilidad de contar con información proveniente de distintas fuentes, y la visión de lo que se puede hacer con esta información puesta sobre un mapa de los múltiples territorios de nuestro país, han producido, y pueden aportar aun más, una gestión administrativa y política mucho más eficiente, efectiva y focalizada.

Contando con el apoyo y trabajo del Centro Nacional de Registros, la Gerencia de TI y DE del MINEC ha coordinado y desarrollado la actualización digital de coberturas, ingresando los mapas y los datos contenidos en las fichas censales a una “Geo Base de Datos” que, con la tecnología adecuada, integra en forma inmediata datos alfanuméricos y coordenadas geográficas, haciendo posible todo un amplio rango de posibilidades.

Lo que pueden decir los datos dentro de un mapa

El paso adelante que los funcionarios a cargo han dado al combinar estas dos fuentes y formas de almacenar, procesar y mostrar los datos es aplicarles Inteligencia de Negocios, entendiendo ésta como el “conjunto de estrategias y herramientas enfocadas a la administración y creación de conocimiento mediante el análisis de datos existentes en una organización o empresa” (Wikipedia).

Así, en el sitio web de Censos Nacionales del Ministerio de Economía, se puede encontrar un espacio donde se han combinado los datos del VI Censo de Población y el V Censo de Vivienda, con los datos georeferenciados de los mapas de Google, y cualquier persona puede “jugar” con esta información, seleccionando un área geográfica sobre el mapa del país, ampliando o reduciendo el alcance de la vista en forma interactiva.

Una vez definida el área, el sistema de Inteligencia de Negocios calcula en forma inmediata, con excelentes tiempos de respuesta en un servicio web, los datos de población (hombres, mujeres, sabe leer o no, etc.), vivienda (cantidad, paredes de adobe, de concreto, etc.) y hogares (cantidad, agua, alumbrado, etc.) para esa área específica, abriendo grandes posibilidades de estudio y análisis para sociólogos, políticos, estadísticos, y cualquier persona interesada en visualizar gráficamente los datos acumulados de esta manera en cierta zona de El Salvador.

Otras aplicaciones de los mapas con datos

Habiendo abierto esta puerta, otras aplicaciones han sido imaginadas y realizadas, y se ilustran a continuación, a través de los ejemplos y las imágenes siguientes, las que han sido facilitadas por la Gerencia de TI y DE del MINEC.

Por ejemplo, las estaciones de servicio de combustible para automotores pueden ser ubicadas en el mapa de la ciudad en la que se encuentra el interesado, y se puede consultar su nombre, su dirección y, más importante, el precio del galón de gasolina, especial o regular, y el diesel.

A partir del censo agropecuario, se puede visualizar la densidad de productores agropecuarios en una zona geográfica específica, grande o pequeña.

También ha sido concebido y desarrollado un mapa de pobreza urbana, en un trabajo conjunto entre el MINEC, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO. Este mapa permite diseñar políticas públicas para focalizar y brindar una atención integral a la población beneficiada.

Aplicaciones de gran trascendencia nacional, como el voto residencial, cuya aprobación tiene un carácter eminentemente político, y deberá ventilarse en un foro de esa naturaleza, encuentra que su implementación está resuelta desde el punto de vista técnico utilizando estas tecnologías.

Aun las necesidades más urgentes en la actualidad, como es el combate al crimen y la comisión de delitos, puede recibir un gran apoyo a través de lo que los datos dicen cuando se vierten sobre mapas. La focalización geográfica de los esfuerzos de prevención son ciertamente una forma eficiente de utilizar las terribles estadísticas que nos agobian a todos los salvadoreños.

Los siguientes pasos

La mayor parte de la solución técnica no sólo está propuesta, sino también ejecutada y conocida por el grupo de trabajo que se encuentra en las dependencias públicas que han realizado todos estas tareas y desarrollado estas aplicaciones tan útiles, combinando los miles de datos en forma de números y textos, con las coordenadas geográficas, produciendo las imágenes que pueden facultar a los tomadores de decisión y gestores de políticas públicas de nuestro país en todas las áreas, para implementar mejores medidas.

Es importante, por ejemplo, el respaldo legal, institucional y político de las entidades que pueden y deben brindar este apoyo. También es necesario contar con estándares, reglamentos y normativas de uso de la información, para que ésta sea utilizada solamente con propósitos legítimos, éticos y de beneficio para la comunidad.

Los autores de esta solución tecnológica, funcionarios del Ministerio de Economía, tienen también ya una propuesta para crear un Sistema Nacional de Estadísticas e Indicadores que culmine con un Sistema de Información Geoespacial y Estadístico.

¿Necesitaremos de un mapa para ver con claridad la importancia y necesidad de desarrollar el entorno legal, institucional y ciudadano que dé vida a este Sistema? Ojalá que no.

Ciudad del Saber: Visión, Acción y Apoyo

El nombre de nuestro vecino, Panamá, está asociado para la mayoría de nosotros con el famoso Canal interoceánico, esa maravilla del siglo XX que permitió unir las aguas de los dos océanos que abrazan el continente americano, y que hace posible en la actualidad que diariamente más de 30 embarcaciones de todo tamaño vayan del Pacífico al Atlántico o en el otro sentido, dejando a la economía de Panamá un flujo mensual de varios millones de dólares.

Un número menor de nosotros sabe que, justo frente a la primera de las esclusas del Canal del lado Pacífico, llamada Miraflores, se encuentra otra obra del intelecto y la prospectiva humana, que también une otros tipos de grandes fuerzas y energías. Se trata de la Ciudad del Saber, el parque empresarial, científico y tecnológico de Panamá que opera y administra toda la propiedad, edificios e infraestructura revertida, donde hasta diciembre de 1999 funcionó la base militar del Comando Sur de los Estados Unidos.

En lo que durante la mayor parte del siglo XX fueron instalaciones militares, almacenes de  municiones, polígonos de tiro y barracas para la tropa, en la actualidad el campus de la Ciudad del Saber aloja empresas, instituciones científicas y organismos internacionales que, en conjunto, promueven el desarrollo de la ciencia, el emprendedurismo y la convivencia armónica entre todos, y son un ejemplo de realización de la Sociedad del Conocimiento.

La idea de convertir las armas en libros, los blancos de tiro en laboratorios de investigación, los edificios en sedes de empresas, y las salas de inteligencia militar en espacios de construcción del conocimiento, además de ser humanísticamente convincente, ha llegado a ser un concepto sustentable y aglutinador de voluntades.

El  logo representa con tres flechas las áreas empresarial, científica e internacional que, apuntando a un mismo propósito, pueden ver hacia el futuro y contribuir a hacerlo mejor para Panamá y la región centroamericana. Ese futuro es representado por la flecha punteada, que va hacia arriba y requiere que se defina a medida avanza.

Visión de futuro

Los tratados Carter – Torrijos establecieron en 1977 que el Canal de Panamá y todas las instalaciones de la base militar serían entregados al pueblo de Panamá al terminar el siglo XX. En 1995, después de reflexionar sobre lo que se podría hacer con las áreas revertidas, se creó la Fundación Ciudad del Saber, con una visión integral de desarrollo basado en el conocimiento, pero materializada por medio de empresas productivas y competitivas.

Esta visión, afortunadamente compartida por muchos, fue materializada inicialmente por unas pocas personas a las que les confiaron terrenos y edificios, y que al principio no tenían dinero ni para mandar a cortar la grama de los jardines, debiendo convivir con los venados y otros animales que, dado que la base fue vaciada unos meses antes de la entrega, habían adoptado ésta como su hábitat.

Como toda obra, la Ciudad del Saber fue construida paso a paso, con tropiezos y aciertos, y habiendo cumplido ya diez años de estar operando, cuenta hoy con un 92% de ocupación de las instalaciones, y continua pensando en el futuro, para lo que existe un plan maestro que incluye la remodelación de varios de los edificios, la reforestación de algunas áreas y el desarrollo de dos lagos artificiales en medio del campus, entre otras muchas ideas.

Acción coordinada y tesonera

Para administrar eficientemente las 120 hectáreas de tierra que conforman todo el complejo, manteniendo la concepción de un parque tecnológico, la autonomía política y económica y la posibilidad de continuar creciendo y mejorando, ha sido clave el trabajo coordinado y dedicado del personal de la Fundación Ciudad del Saber, y una dirección común en el esfuerzo.

Es interesante que, al igual que para los ingenieros que construyeron el Canal de Panamá, no hay demasiadas referencias en el mundo para definir políticas y formas específicas de convivencia en este tipo de organizaciones. Ha sido necesario aprender en el camino, equivocarse, rectificar y volver lo andado. No es azaroso que ésa sea una de las características de la investigación y la experimentación científica.

La dirección de académicos que comprenden el mundo científico, el sector empresarial, y la relación que puede existir entre ambos ha resultado clave en el progreso de esta Ciudad especial.

Apoyo de propios y extraños

Desde el principio, entidades y personas que compartían la visión brindaron su apoyo al proyecto. Además del importante apoyo financiero otorgado por la Unión Europea desde el inicio de las operaciones, es relevante el espaldarazo que el Estado Panameño ha extendido a la Ciudad del Saber, sobre todo al aprobar en febrero de 1998 el “contrato entre el Estado y la Fundación Ciudad del Saber para el establecimiento y desarrollo de la Ciudad del Saber”.

Por medio de esa ley, por ejemplo, el Estado traslada a título gratuito y libre de gravámenes todos los bienes que se ubican en la zona revertida, conocida anteriormente como el “Fuerte Clayton”. Entre otras cosas, esto significa que una propiedad cuya tierra podría estar valorada en más de $ 18 millones, más el valor de las construcciones y mejoras que contiene, ha sido confiada por el Estado, en forma permanente, a una Fundación privada, sin fines de lucro. Está claro que de esta forma se logró conseguir la autonomía de los vaivenes políticos y otros posibles intereses menos comunitarios.

Pero además la ley exime del pago de ciertos impuestos a la Fundación, y facilita una serie de prestaciones a las empresas que se instalen en este parque tecnológico, entre las que se encuentran la exención de algunos impuestos, y la concesión de visas especiales a los extranjeros, y su familia inmediata, siempre y cuando vengan a desarrollar algunas labores en y a beneficio del Tecnoparque. Coloquialmente, se conoce a estos permisos como “visas Ciudad del Saber”.

Proyección hacia la región

“Si la oferta es solamente para Panamá, su institución no tiene cabida en la Ciudad del Saber”. Aunque quizá no está escrito de esta forma, es una premisa que los potenciales afiliados deben conocer al considerar convertirse en parte de este complejo. Esto significa que muchas de las ventajas que han desarrollado y logrado en este complejo podrían ser aprovechadas por el resto de personas, científicos, empresarios e instituciones de nuestros países.

Para nosotros, los países vecinos en la región Centroamericana, la Ciudad del Saber debería ser una fuente de esperanza e inspiración, pero más inmediatamente, un potencial aliado para afiliar a nuestras universidades y centros de investigación, y una especie de “hermano mayor” para aprovechar sus continuas ofertas de apoyo, transferencia de tecnología, capacitación de personal y compartición de experiencias y buenas prácticas.

El desarrollo de la ciencia, la tecnología, la investigación y la innovación, con la combinación de los ingredientes provenientes del espíritu empresarial, la productividad y la competitividad, tantas veces pregonados como una de las vías para mejorar nuestro nivel de vida, encuentran un caldo de cultivo idóneo en un ambiente como el que prevalece en la Ciudad del Saber, en Panamá.

Si nuestros hermanos panameños nos abren la puerta y nos extienden sus manos colaboradoras, lo menos que deberíamos hacer es conocer sus experiencias, aprender de lo que han hecho bien, e intentar aplicarlo en nuestro país.

Crowdsourcing: otra novedad de la época Wiki

Dos de los aspectos de la naturaleza humana que han resultado beneficiados y potenciados con el desarrollo y difusión de la interconexión de las redes a nivel mundial, son la comunicación y la colaboración. Estas necesidades humanas han traspasado fronteras y husos horarios, y hoy es más común establecer equipos de trabajo multinacionales, multidisciplinarios y multilingües que desarrollan proyectos, productos, servicios, documentos y hasta obras de arte en forma colectiva, cooperando unos con otros por medio de la tecnología.

Este cúmulo de energía agregada puede ser utilizado para realizar procesos de una variada naturaleza, desde organismos colegiados que toman decisiones a través de reuniones celebradas en línea, por audio, tele o videoconferencias, hasta complejos procesos de diseño y producción, ejecutados también en forma remota.

Derivado de esta tendencia, hay empresas que han ido más allá, y han promovido esta idea de colaboración remota más allá de las cuatro paredes de su propio entorno controlado. Estas empresas e iniciativas más aventureras han extendido la solicitud de cooperación fuera de sus dominios, convidando al público en general o a un grupo de personas con cierto perfil, pero fuera de sus planillas de empleados, para que aporten ideas, sugerencias y diseños para resolver cuestiones específicas, en marcos de tiempo definidos y con recompensas también variadas y definidas.

La posibilidad de contar con los talentos y las competencias de muchas personas a lo largo de todo el mundo, en forma temporal y puntual, o para resolver un problema muy específico, y pagar o recompensar por este servicio, es lo que en resumidas cuentas se conoce como “crowdsourcing” o tercerización masiva.

Aprovechamiento del talento mundial

El término, creado por los editores de la revista Wired, proviene de una analogía con el concepto de “Outsourcing”, “Tercerización” o “Externalización”, en el que se busca “la fuente del trabajo fuera de la organización”. Entonces, el concepto detrás de “crowdsourcing” es buscar la fuente del trabajo en la multitud de personas, que se encuentran no sólo en el exterior inmediato de la organización, sino en cualquier parte del mundo.

Por supuesto, las empresas que utilizan esta forma de distribuir el trabajo han desarrollado un modelo de negocios que les permite recibir las ideas y recompensar a sus autores de forma honesta, ética y puntualmente. Para las empresas y los trabajadores remotos, parte del crowdsourcing, esta forma solamente es una extensión de sus posibilidades de obtener ideas frescas por un lado, y remuneración atractiva, por el otro.

Todas estas empresas crecieron en la era de Internet y fueron diseñadas para aprovechar el mundo en red. Pero ahora el potencial productivo de millones de aficionados “conectados” también está atrayendo la atención de las empresas de la vieja guardia. Durante la última década o más, las empresas han estado buscando en el extranjero, en la India o China, por ejemplo, mano de obra barata. Pero ahora no importa donde están los trabajadores, en la misma cuadra o en el otro extremo del planeta, siempre y cuando estén conectados a la red.

Los avances tecnológicos en todo lo que nos rodea, desde productos de software de diseño hasta cámaras de vídeo digitales están rompiendo las barreras de costo que alguna vez separaron los aficionados de los profesionales. Los aficionados, trabajadores a tiempo parcial, y diletantes o primerizos, ahora tienen un mercado para sus esfuerzos, ya que las empresas inteligentes en industrias tan dispares como el sector farmacéutico y la industria de la televisión están descubriendo maneras de aprovechar el talento latente de la multitud. El trabajo no es siempre gratis, pero cuesta mucho menos que pagar a los empleados tradicionales.

Redes de personas ad hoc por un período

Bajo ese esquema, una compañía o institución traspasa una función que antes cumplían los empleados o subcontratados hacia una amplia red de personas anónimas que no se conocen entre ellas y han sido contactadas públicamente, muchas veces a través de Internet.

En esa red pueden participar, por ejemplo, científicos ‘de garaje’, trabajadores independientes o vídeoaficionados que utilizan su tiempo libre para resolver problemas, diseñar nuevos productos o crear un contenido nuevo.

Uno de los centros de ‘crowdsourcing’ más conocidos en el mundo científico es InnoCentive.com, que publica los ‘desafíos’ de grandes empresas en busca de soluciones, entre ellas su fundadora, la farmacéutica Eli Lilly, y el gigante Procter & Gamble.

Por la solución de cada problema, por lo general en el área de investigación y desarrollo, la empresa ofrece un premio que oscila entre los 5 mil y los 100 mil dólares. Procter & Gamble también trabaja con empresas que ofrecen servicios similares, como NineSigma, YourEncore y Yet2.

Otra fuente de ‘crowdsourcing’ es iStockphoto.com, un archivo fotográfico compuesto por unas 885 mil imágenes de bajo costo, confeccionado con la colaboración de miles de fotógrafos aficionados.

Hay quienes consideramos que la Wikipedia es un ejemplo muy claro de ‘crowdsourcing’, aunque en este caso su uso es gratuito. En general, todos los esquemas “Wiki” de documentos de ayuda que se configuran como abiertos al público, para que cualquiera aporte comentarios, mejores prácticas, consejos y recomendaciones para que las usen los demás, podría ser considerado una versión incipiente de crowdsourcing.

La evolución de CONACYT

Después de más de 17 años de su creación, la máxima autoridad nacional en temas de ciencia, tecnología y calidad productiva, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), se encuentra a las puertas del proceso de auto transformación más importante que haya experimentado en su relativa corta vida.

La capacidad de adaptación de las instituciones ante los retos que los cambios, las circunstancias y los nuevos entornos presentan es igualmente clave para la propia sostenibilidad, como esa misma flexibilidad y adaptabilidad es para los seres humanos.

Los cambios planteados para el CONACYT responden a las circunstancias actuales mundiales, y buscan retomar lo bueno que se ha logrado hasta hoy, y desarrollar las medidas que permitan mejorar y ampliar todo lo que siempre es posible cambiar positivamente.

Las 2 grandes tareas del CONACYT

Por razones históricas, y a pesar de lo específico del nombre, nuestro CONACYT fue creado con dos grandes áreas en las que debería trabajar: 1. La ciencia y tecnología (como se desprende del nombre), y 2. La calidad en la producción.

Esto significa que, con los recursos asignados a esta entidad, que más bien han sido bastante limitados, han debido ser atendidos los temas relativos a la conducción estratégica y el apoyo al desarrollo de la ciencia y tecnología, así como las numerosas necesidades que se presentan en los temas relacionados con el aseguramiento de la calidad en los procesos vinculados a la producción y distribución de bienes y servicios, tanto nacionales como importados.

El área de la calidad abarca, a su vez, las áreas de normalización, reglamentación técnica, acreditación y metrología, como diferentes aspectos que deben ser satisfechos para cumplir el gran objetivo de la verificación y certificación de la calidad, y buscan cuidar el bienestar de la población salvadoreña que consume y utiliza los productos y servicios desarrollados por la industria nacional o comercializados por las empresas que los importan.

El CONACYT es, desde la perspectiva legal, una entidad autónoma, adscrita al Ministerio de Economía, y su junta directiva, que es su máxima autoridad, reúne a representantes de los sectores público, privado, académico y profesional, presididos por el Ministro de Economía.

El personal de CONACYT, reducido para la cantidad de tareas asignadas a la institución, ha sido formado a lo largo de estos años, y ha acumulado una gran experiencia, siendo éste un activo en extremo importante en este tipo de actividades que son tan especializadas y poco comunes en cualquier sociedad.

De una entidad integral a cinco instituciones especializadas

Desde hace algún tiempo, se viene discutiendo y formulando, en forma de propuestas de ley, un paso importante en el camino de la evolución de nuestra autoridad en estas áreas: la creación, a partir de lo ganado y realizado hasta la fecha, de cinco instituciones especializadas que, con el apoyo político, sectorial, humano y financiero, puedan dar continuidad y ampliar la misión que hasta la fecha realiza el actual CONACYT.

La propuesta es que cuatro de estas instituciones, dentro del área de calidad, sean creadas como parte del Sistema Salvadoreño para la Calidad y Productividad. La definición de estas cuatro instituciones se encuentra en la propuesta de ley presentada recientemente por el Ministerio de Economía a la Asamblea Legislativa.

Estas instituciones serán independientes y dedicadas cada una a sus propias tareas, pero coordinadas bajo un Consejo Salvadoreño para la Calidad y Productividad (CONCALIDAD), que a su vez seguirá adscrito al Ministerio de Economía:

1. Instituto Salvadoreño de Normalización (ISANOR)

2. Instituto de Reglamentación Técnica (IRTEC)

3. Instituto Salvadoreño de Acreditación (ISAC)

4. Instituto Salvadoreño de Metrología (ISAMET)

La quinta institución que saldrá de esta evolución se quedará con el nombre de CONACYT, y atenderá específica y únicamente los temas relativos a la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Su perfil legal será diferente al que tiene en la actualidad, pues estará adscrita al Viceministerio de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación, y su personal ejecutivo será parte de la planilla del Ministerio de Educación. Existirá también un Consejo Técnico Consultivo, externo al Ministerio, que hará posible la relación del CONACYT con los demás sectores de la sociedad.

Una evolución positiva

El actual CONACYT se puede sentir satisfecho. Ha cumplido los objetivos que le fueron encomendados al final de 1992, cuando se aprobó la ley de su creación.

La cantidad de normas, obligatorias y recomendadas, que se han revisado, formulado, analizado, discutido a través de comités técnicos constituidos, ad honorem, gracias a la convocatoria y coordinación del personal de CONACYT; la cantidad de laboratorios, procesos y métodos de análisis de diversos materiales, componentes y elementos naturales, que han sido acreditados después de la verificación por parte de expertos contratados y coordinados por CONACYT; y el número y variedad de instrumentos de medición que se mantienen adecuadamente calibrados gracias a la verificación del personal técnico de CONACYT; todos estos resultados, y muchos más, han abonado el camino para dar el paso que se busca dar en este momento en el área de aseguramiento de la calidad.

La formulación, basados en la discusión abierta y pública, de la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, así como el apoyo a innumerables procesos nacionales de desarrollo de capacidades nacionales en la investigación, prospectiva tecnológica, difusión de la Ciencia y Tecnología, áreas específicas de la ciencia, y la realización de una gran cantidad de foros, encuentros, reuniones, presentaciones y eventos con personalidades relevantes del quehacer científico mundial, son la base para que la institución por ser creada amplíe los alcances de esta labor.

El Ministerio de Economía, a través de CONCALIDAD y sus cuatro institutos; el Viceministerio de Ciencia y Tecnología, por medio del replanteado CONACYT; el personal ejecutivo del actual CONACYT y los que se integrarán a las nuevas entidades; los sectores privado, público, académico y profesional; así como los ciudadanos salvadoreños en general, tenemos oportunidades, retos, deudas y demandas ante esta evolución de CONACYT:

Apoyados en lo que ya hemos hecho, y aprovechando toda esa experiencia acumulada; debemos ampliar la cantidad, variedad y calidad de los resultados obtenidos, desarrollar más las sinergias entre los actores y los sectores, dentro y fuera del país; y colocar el aseguramiento de calidad, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, y la promoción de la innovación en el lugar estratégico privilegiado que deben estar para que nuestro país mejore su posición competitiva y su nivel de vida.