Balance 2008 de nuestra Sociedad de la Información

No es extraño que al ir concluyendo un año calendario, las empresas, las instituciones y las personas hagamos un balance de lo que hemos logrado realizar y lo que dejamos pendiente en ese período.

Siguiendo esa tradición, y dado que este espacio intenta dar seguimiento al desarrollo, avances y frenos, de nuestra salvadoreña Sociedad de la información, del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación, intentemos hacer un pequeño recuento de algunas acciones positivas y tareas inconclusas en este ámbito.

Sin ningún orden particular

Reunión eLAC en febrero 2008 en El Salvador, generando el “Compromiso de San Salvador”, firmado por la mayoría de países latinoamericanos, y debiendo El Salvador darle seguimiento, con el apoyo de CEPAL, a las 86 metas que serán revisadas en Perú en 2010.

III Encuentro Iberoamericano de los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas y las TIC, celebrado en Sonsonate, en septiembre, bajo el lema de “TICs, Juventud y Desarrollo”, produciendo la “Declaración de El Salvador”.

Celebración de Campus Party Iberoamérica, en el marco de la XVIII Cumbre Iberoamericana. Por tercera vez en América Latina, pero la primera como un evento oficial y paralelo a la Cumbre de jefes de estado, reunió a 531 entusiastas “campuseros” de 22 países de la región.

XVIII Cumbre Iberoamericana de jefes de estado, en octubre, bajo el tema “Juventud y Desarrollo”. Entre sus compromisos, enumerados en la “Declaración de San Salvador”, estableció aprobar la puesta en marcha del proyecto “Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC) y Cohesión Social”.

Aprobación del proyecto ALICE2, para dar seguimiento al avance de la conectividad de Redes Avanzadas en América Latina, a través de CLARA en la región y RAICES en El Salvador.

Lanzamiento del Fondo de Investigación en Educación Superior (FIES). Un total inicial de $ 1.8 millones para que las universidades nacionales concursen con proyectos de investigación, siguiendo la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, del CONACYT. El Ministerio de Educación, su impulsor, ha lanzado dos convocatorias a la fecha.

Lanzamiento del sistema nacional de innovación, por parte del Ministerio de Economía.

Lanzamiento de premio Innovatium Praemium, del programa PROInnova, de FUSADES. En esta primera edición, los premios fueron otorgados a René Núñez, por la Turbo cocina, y a Félix Lazo, por su proyecto “Plantando América”.

Obtención del primer lugar en el premio mundial Microsoft a la innovación docente, por parte Mariella Paz, una maestra salvadoreña, conferido y entregado en el Foro Mundial de Maestros Innovadores, en Hong Kong. Se trata de un simulador empresarial, desarrollado con el objetivo de enseñar estrategia y comportamiento en las clases de la Escuela Superior de Economía y Negocios, ESEN.

Continuación de iniciativas de inserción de la tecnología en la educación pública, a través del programa Conéctate, del Ministerio de Educación, que comprende las Aulas Informáticas, el portal educativo MiPortal, Computadoras para mi escuela, y Grado digital, así como proyectos como Operación Red, en alianza con la empresa privada, y el impulso a los centros Megatec del país.

Lanzamiento de T-Box Planet, por la empresa Futurekids, introduciendo, no sólo en El Salvador, sino en la región, los conceptos de Web 2.0 en la educación de una forma innovadora, estructurada y supervisada.

Presentación del anteproyecto de la Ley de Comunicación y Firma Electrónica, para revisión y consulta pública. Se espera que sea introducido a la Asamblea Legislativa a principios de 2009.

También se encuentra en revisión una propuesta de modificaciones al Código Penal para tener en consideración la comisión de delitos informáticos.

Lanzamiento y/o renovación de varios sitios web y portales, entre ellos guanacos.com, eVivienda, etc.

En general, han aumentado las experiencias de Web 2.0 en nuestro país: blogs, podcasts, video, wikis, redes sociales, periodismo ciudadano, mercadeo por el consumidor, etc.

En la conectividad, nuevos y mejores servicios, entre ellos el Internet inalámbrico accesible a través de las redes de antenas celulares, y mayores anchos de banda disponibles a las casas.

Tanto la cantidad total de nombres de dominio SV, como su distribución en los subdominios disponibles se mantuvieron en niveles similares a los años recientes, como se aprecia en la siguiente gráfica y tabla.

Nombres de dominio bajo SV
Nombres de dominio bajo SV

Fuente: SVNet

Distribución de nombres de dominio
Distribución de nombres de dominio

Fuente: SVNet

Algunos aspectos no avanzaron como hubiésemos deseado

Cumplimos 2 años en noviembre de contar con un plan estratégico ePaís, sin realmente haber logrado o al menos apoyado realmente ninguno de sus proyectos. Este planteamiento estratégico fue desarrollado con el consenso y trabajo de las aproximadamente 35 organizaciones de los sectores público, privado, académico y profesional que conforman la Comisión Nacional para la Sociedad de la Información de El Salvador.

También en noviembre se cumplieron 2 años de haber recibido por parte de la cooperación japonesa el estudio de factibilidad para el gobierno electrónico en El Salvador y, al igual que la propuesta de ePaís, aun espera su ejecución.

Uno de los proyectos y organizaciones más emblemáticas y elogiadas a nivel mundial de nuestro país, Infocentros, tuvo que tomar decisiones difíciles. Se mantiene una red de 18 infocentros en todo el país, pero lamentablemente fue necesario cerrar algunos de los otros locales que esta red mantenía.

El apoyo político y financiero a la entidad encargada de la ciencia y tecnología en el país sigue siendo tanto o más pequeño que cuando se creó, lo que limita mucho lo que se puede hacer en esas áreas.

Los precios de conectividad aun continúan altos, comparados a los que se logran en otros países de la región latinoamericana, y a veces el servicio provisto no es de la mejor calidad.

No hay una estructura organizativa, que debería estar en la Secretaría Técnica de la Presidencia, para dar apoyo y seguimiento real, con recursos reales, a los planes y proyectos de nuestra Sociedad de la Información, como los contenidos en el programa ePaís y/o las metas firmadas en el “Compromiso de San Salvador”.

Más elementos del balance

Seguramente nos han quedado en el teclado (no sería propio seguir usando la expresión “han quedado en el tintero”) algunos elementos adicionales que pueden considerarse avances, frenos o incluso retrocesos en este camino, y que tal vez los amables visitantes de este espacio querrán agregar. Bienvenidas las adiciones.

FIES y Jóvenes Talentos: Dos aportes al desarrollo científico

A fines de mayo de 2008, el Ministerio de Educación de El Salvador publicó la primera convocatoria para presentar proyectos de investigación en áreas científicas, con el nombre de Fondo de Investigación de Educación Superior (FIES).

Este fondo tomó su capital base del remanente de la liquidación del Fondo de Garantía para el Crédito “Educrédito”, y ha iniciado con 1.8 millones de dólares, que podrán ser incrementados con donaciones y aportes de empresas privadas y cooperantes internacionales, además del ingreso de una partida presupuestaria anual por parte del Ministerio de Educación.

Las entidades que pueden presentar propuestas son las instituciones de educación superior que se hallan acreditadas por la Comisión de Acreditación de la Calidad en Educación Superior y las instituciones de educación superior públicas. Los investigadores involucrados en los proyectos deben estar registrados en la base de datos REDISAL, la red de investigadores de CONACYT, y los proyectos presentados deben ser catalogados dentro de las áreas del conocimiento enunciadas en la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, publicada en diciembre de 2006 por el CONACYT y el Ministerio de Economía.

En la primera convocatoria se ofreció un aporte máximo del FIES de $50 mil por propuesta, que debía ser acompañado de un aporte institucional equivalente como mínimo al 25% del total. Se recibieron 12 propuestas, de las que fueron aprobadas 7, después de una revisión cuidadosa, tanto técnica, como jurídica y financiera. Estos siete proyectos se adjudicaron en agosto, y su desarrollo se halla en marcha. Su nombre, institución ejecutora, y los valores de los aportes se presentan a continuación:

Proyectos FIES
Proyectos FIES

Los resultados se esperan, como máximo, un año después de iniciado el proyecto. No obstante, ya dio inicio la segunda convocatoria, y se han entregado los documentos que explican los términos a las instituciones interesadas en participar. En este caso, el aporte máximo del FIES ha subido a los $100 mil, y se espera que el 25% que asumen las instituciones sea apoyado por alguna empresa o institución privada, lo que busca incentivar la participación conjunta del sector privado y el académico de nuestro país.

Formando a los líderes científicos de mañana

Otra buena noticia, que tiene más tiempo de existir en nuestro país, es el Programa Jóvenes Talentos, desarrollado por la Universidad de El Salvador y el Ministerio de Educación. Este programa comprende la Academia Sabatina y el internado de Futuros Dirigentes Técnico Científicos (FDCT), actualmente en funcionamiento en la Villa Centroamericana. Dentro del programa FDCT, se trabaja aproximadamente con 150 jóvenes de los niveles educativos de básica y media.

Divididos en ocho niveles, se les imparten materias en las áreas de Matemática, Biología, Química, Informática, Bioquímica y Física, entre otras, apoyados por otros jóvenes estudiantes de nivel universitario, denominados Educadores Modelo, que aportan sus conocimientos y entusiasmo para que estos muchachos y muchachas aprendan, pero sobre todo desarrollen el amor y la pasión por la ciencia.

La importancia de esta iniciativa radica en la población que atiende. Se trata de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que “sacrifican” sus períodos de vacaciones, y algunos de los momentos que muchos de sus amigos y compañeros usan para divertirse, para participar en esta iniciativa. Lo que se aprende haciendo, o mejor aun, viviendo la experiencia, se convierte en un valor y una consigna que puede dar frutos más adelante.

Tanto los alumnos como los educadores modelo (estudiantes universitarios) comparten y conviven su pasión por el área de las ciencias de su predilección. Comprenden las dificultades, la disciplina, la posibilidad del fracaso, la paciencia, la sistematización y el método que los investigadores deben aplicar en sus proyectos, sembrando la semilla para cultivar en unos años a este grupo de científicos salvadoreños y centroamericanos.

Más allá de los efectos inmediatos

Toda acción que el gobierno de un país emprende debe buscar el bienestar de toda o la mayoría de la población de ese país. Es aun mejor cuando, como este caso, hay interés y compromiso por parte de otras instancias, como las instituciones de educación superior. Los fondos concursables para fomentar la investigación y el apoyo a los viveros de científicos han existido por varios años en otros países. Tampoco es extraña la práctica de que las empresas privadas encarguen, acompañen o participen en los procesos de investigación.

El fomento de la investigación científica y tecnológica debería ser una de las actividades prioritarias de los organismos de Ciencia y Tecnología. En nuestro país, el presupuesto que se asigna desde el fondo general a todas las actividades del CONACYT es, por ejemplo para 2008, de $475,840, de acuerdo a la publicación oficial del Ministerio de Hacienda. Es fácil imaginar que la mayoría de este presupuesto se invierte en sueldos y los demás gastos corrientes de operación, dejando nada para hacer posible el impulso a la investigación.

De ahí la gran importancia de la iniciativa del FIES, que ha despertado el interés de las instituciones académicas para desarrollar este tipo de investigaciones. De ahí lo estratégico de Jóvenes Talentos, que está desarrollando las aptitudes y actitudes que los investigadores del futuro necesitarán para aplicar a los fondos de FIES, y otros que puedan existir.

En latitudes cercanas, el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, nombró recientemente a sus principales consejeros científicos, ampliando las razones y el enfoque de tales designaciones: “Va siendo hora de que demos a la ciencia un lugar prioritario”. La ciencia, la tecnología, y la investigación en esos campos son apuestas políticas a mediano y largo plazo, por lo que son poco mencionadas o apoyadas en los niveles políticos.

Esto puede y debe mejorar en nuestros países, y los planteamientos en los planes de gobierno que estamos conociendo deberían incluir tratamientos serios y sostenibles para estos temas.

¿Qué sabemos de nuestras actividades científicas y tecnológicas?

Parece existir coincidencia plena en los más variados foros y grupos sobre el papel que el grado de avance tecnológico y científico de un país juega en el desarrollo y bienestar de su población. Abundantes ejemplos registrados en investigaciones a nivel mundial apuntan a establecer una alta correlación entre las fortalezas en los ámbitos de la investigación, innovación e inventiva y la posición económica y la calidad de las prestaciones sociales de un país.

Al respecto, alguien puede argumentar que los países con mayor desarrollo económico y social tienen mayor solvencia financiera para realizar investigaciones, mejor ambiente para propiciar la innovación y una cultura extendida a favor de la invención, y por eso es que esos países realizan más y mejor investigación. El eterno dilema del huevo y la gallina.

Otra persona puede insistir en que las prioridades y serias deficiencias en países como el nuestro nos impiden dedicar atención a temas de menor impacto inmediato, como los dedicados a la creación de infraestructura y cultura científica, cuyos efectos se aprecian en después de varios años, y aun eso, sólo si son apoyados por políticas y estrategias nacionales sostenidas y sostenibles.

Sin negar ninguna de las anteriores aseveraciones, también es verdad que es importante realizar apuestas e inversiones estratégicas, a largo plazo, tales como las que son demandadas en el área de la educación y en el avance de la ciencia y la tecnología, como ejes transversales a todos los sectores productivos de cualquier país. La cosecha de esa siembra se puede obtener solamente muchos años adelante, pero puede incidir positivamente en la sostenibilidad de una nación.

Y aunque los esfuerzos para fomentar las actividades científicas y tecnológicas en nuestro país existen, aun son descoordinados y con muy poco apoyo político y financiero por parte del estado. Un ejemplo positivo destacado en esta área, digno de imitación, pero aun aislado, lo constituye el Fondo de Investigación de Educación Superior (FIES), convocado en su segunda edición por el Ministerio de Educación, del que conversaremos en próxima oportunidad.

Un buen comienzo: Indicadores de Ciencia y Tecnología en Educación Superior

En este sentido y contexto, una excelente noticia es que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) de El Salvador, atendiendo a sus funciones de ley, y habiendo gestionado el apoyo de algunas instituciones y organizaciones, hizo público el 10 de diciembre un documento con las estadísticas sobre actividades científicas y tecnológicas en El Salvador, durante 2007, en el sector de Educación Superior.

El estudio fue realizado por el CONACYT, y los resultados se han publicado en un documento de 57 páginas, impreso a colores, conciso y bien estructurado. Presenta, tanto en forma tabular como gráfica, la información de cinco grandes áreas del quehacer científico en las instituciones de Educación Superior salvadoreñas: 1. Inversión en actividades científicas y tecnológicas (ACT), 2. Recursos humanos dedicados a investigación, 3. Proyectos de Investigación y Desarrollo, 4. Producción científica y tecnológica, y 5. Tecnologías de información.

El estudio recopila la información de 22 universidades y 3 institutos tecnológicos, lo que representa la mayor parte del universo de instituciones de educación superior (IES) autorizadas y activas en El Salvador. Parte de la metodología empleada constituye la presentación agregada de la información, evitando individualizar los datos obtenidos de cada institución, de manera que las IES se sientan cómodas proveyendo la información solicitada. Adicionalmente, se han seguido los estándares y definiciones del Manual de Frascati y de la Red Iberoamericana de Indicadores en Ciencia y Tecnología RICYT.

Algunas de las gráficas y tablas que resumen parte de la información se presentan a continuación, con la autorización de CONACYT y la intención de provocar la lectura atenta del interesante estudio “Indicadores de Ciencia y Tecnología: Estadísticas sobre Actividades Científicas y Tecnológicas. El Salvador 2007”, publicado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de El Salvador.

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Inversión en Actividades Cient´´ificas y Tecnológicas
Inversión en Actividades Científicas y Tecnológicas

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Fuentes de financiamiento
Fuentes de financiamiento

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Áreas de investigación
Áreas de investigación

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Investigadores y docentes
Investigadores y docentes

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Producción de revistas y boletines
Producción de revistas y boletines

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El CONACYT ha manifestado su intención de continuar e ir mejorando cada año la recolección de estos datos, tanto en el sector de la Educación Superior, como en las empresas privadas y el sector público. Al hacerlo, podremos ir teniendo un panorama más claro y sistemáticamente observado, acerca de lo que hacemos en el país en el área de la investigación científica y tecnológica, y servir como instrumento para la definición focalizada de políticas públicas que realmente favorezcan y estimulen el desarrollo de la investigación, el desarrollo y la innovación salvadoreña.

¡Así sea!

Una visión CLARA para la ciencia y la investigación latinoamericana

Después de una primera etapa exitosa, el proyecto ALICE2 (América Latina Interconectada Con Europa, fase 2), acaba de iniciar oficialmente, este recién pasado 1 de diciembre, después de la aprobación y firma del contrato entre la Comisión Europea y su socio latinoamericano, la Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas (CLARA).

CLARA preparó y presentó ante la Comisión Europea la propuesta para darle continuidad a uno de los emprendimientos latinoamericanos más prominentes de los años recientes en materia de investigación y e-ciencia en la región Latinoamericana.

CLARA, como organización, fue fundada en 2003, y está conformada por las redes nacionales de investigación y educación de América Latina. Uno de sus objetivos principales es desarrollar y mantener la conectividad entre las redes nacionales de investigación de la región, y entre ellas y las demás redes nacionales de los países desarrollados, en Europa, Norteamérica y Asia.

Se trata de un canal de comunicación de alta velocidad, con calidad y alta disponibilidad, para que los científicos, investigadores y docentes del mundo puedan intercambiar fácilmente y, sobre todo, en forma eficiente y transparente, los avances y resultados de sus trabajos, de forma que pueda existir la colaboración entre ellos, y los desarrollos científicos y tecnológicos se obtengan más pronto y en una cantidad mayor de países.

Topología Red CLARA
Topología Red CLARA

A partir de 2002, y a raíz de la preparación y posterior desarrollo del proyecto ALICE, se generó en la región latinoamericana una interesante corriente y especial momentum, que llevó a varios países a formar o reforzar sus propias redes nacionales de investigación, dado que no existían previamente, o no tenían la presencia y fortaleza necesaria. Entre estos países están Perú, Colombia, Venezuela, Uruguay, Ecuador, Nicaragua, Guatemala y El Salvador.

Adicionalmente, otros países de la región que ya contaban con sus redes nacionales, como Chile, Argentina, México y Brasil, y además contaban con sus propias conexiones a las redes de otros países más desarrollados (por ejemplo, Internet2, la red nacional de investigación de Estados Unidos), decidieron modificar su forma de trabajo a una más solidaria y cooperativa.

Todos estos países, los que ya contaban con una red y una conexión a Redes Avanzadas, y aquéllos que se motivaron para crear sus propias redes nacionales, en conjunto, acordaron crear CLARA, acrónimo y símbolo de la Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas, en 2003, en un simbólico acto en Valle de Bravo, en México.

Las redes nacionales, a su vez, están conformadas por centros e instituciones de educación superior y de investigación que en cada país buscan impulsar y favorecer la investigación, la ciencia y la educación, por medio de las herramientas que la e-ciencia y las redes avanzadas pueden poner al servicio de la colaboración científica.

En otras palabras, las instituciones de educación superior y los centros de investigación de un país de América Latina pueden ser miembros de su red nacional respectiva, la que a su vez puede ser miembro de la Red CLARA, y lograr así estar conectados, física y socialmente, con las demás redes, instituciones y centros de los demás países de Latinoamérica, Europa, y el resto del mundo.

Por supuesto, si bien la conexión física y de cooperación es una prioridad funcional de CLARA, también es de gran importancia para este grupo promover el desarrollo de aplicaciones y servicios sobre la red avanzada, y encontrar las formas en que los docentes e investigadores de nuestros países hagan uso sistemático de esta vía de colaboración para proponer proyectos conjuntos de investigación, desarrollo y educación, con sus homólogos de los países conectados, en el mundo, a las redes avanzadas.

En El Salvador, por ejemplo, la red nacional es RAICES, la Red Avanzada de Investigación, Ciencia y Educación Salvadoreña, y está conformada en la actualidad por siete instituciones de educación superior: UCA, UDB, UTEC, ITCA, UNICAES, UFG y UES. En diciembre de 2005, hace 3 años, nuestro país logró su conexión operativa a CLARA, y ha sido uno de sus miembros fundadores, y permanentes desde el inicio, logrando desarrollar esa cooperación conjunta, tanto dentro de El Salvador, como con las demás instituciones, redes y países.

RAICES
RAICES