En la actualidad, cada minuto que pasa, cada uno de los seres humanos que utilizamos alguna forma de tecnología, en línea o fuera de ella, en cualquier parte del planeta, estamos generando más y, en algunos casos, nuevos contenidos de información en forma digital. Adicionalmente, los mismos computadores y miles de dispositivos distribuidos en todo el mundo también contribuyen en buena parte a la creación de más datos, tablas, gráficas, vídeos, audios, textos, informes, fotografías, dibujos, etc. en formato digital.
Cuando estamos navegando, conversando, divirtiéndonos, así como cuando en forma deliberada estamos creando un nuevo texto, como éste, o un vídeo, mensaje, solicitud, llamada telefónica, fotografía, etc., estamos contribuyendo al incremento del uso de algún tipo de almacenamiento en algún lugar servidor o red ubicada en un sitio del mundo.
Al margen del aprecio personal que cada uno puede sentir por los elementos generados o recibidos, estos contenidos tienen distinto valor para diversas personas y organizaciones, desde una perspectiva eminentemente histórica y documental.
Una colección de artículos científicos, vídeos de sucesos que no volverán a repetirse, fotografías documentales, mapas antiguos, y muchos ejemplos más, forman parte del acervo histórico sobre el que la humanidad basa sus avances y adelantos en la ciencia, cultura, historia, política, medicina, ingeniería y todas las disciplinas del saber y del quehacer.
Sobre los hechos se basa el futuro
La preservación de mucha de la información generada en cada momento de la historia es importante pues evita tener que volver a repetir experiencias para obtener conclusiones. Es el fundamento del método científico y es lo que bibliotecarios y catalogadores del mundo a lo largo de la historia han depurado, facilitando de esta forma el avance de la humanidad.
Hay muchas más razones que nos impulsan a almacenar en forma adecuada la información digital, en cualquiera de sus formas. Existen regulaciones locales, leyes internacionales, estándares y normas mundiales, así como razones comerciales y académicas para preocuparnos por almacenar en forma adecuada una buena parte del inmenso volumen de datos y demás presentaciones de la información digital con que contamos hoy y generamos continuamente.
Los números pasados de cualquier publicación, revista, periódico, programa radial o televisivo, así como los vídeos de seguridad, contratos de todo tipo, acuerdos de autoridades públicas como las cortes de justicia o los decretos legislativos de los congresos, son apenas algunos ejemplos de elementos que interesa preservar en forma inalterada e inalterable, así como garantizar la mayor duración posible en años.
En buena medida, los vertiginosos avances tecnológicos que disfrutamos en la actualidad se deben a que la información y el conocimiento generado previamente, y necesario para avanzar en cada campo, fue preservado, cuidado y catalogado por aquéllos que nos precedieron en la vida, y que tuvieron la visión de mantener este conocimiento adecuadamente almacenado.
Por el contrario, es probable que algunos descubrimientos o inventos hayan sido retrasados, o aun no lleguen a nuestra vida, debido a la pérdida, voluntaria o errónea, mal intencionada o accidental, de importantes anotaciones, vídeos, registros, fotografías documentales.
Una tecnología más segura y longeva
Hasta hace poco, las formas en que se preserva la información digital incluyen la cinta, el casete y el cartucho magnéticos, los discos duros en arreglos RAID (Arreglo Redundante de Discos Independientes, por sus siglas en inglés) o SAN (Red de Área de Almacenamiento, por sus siglas en inglés), y los CD y DVD de distintas capacidades.
Sin embargo, cada uno de estos medios tiene sus inconvenientes, tanto en fiabilidad, durabilidad, susceptibilidad a modificaciones de la información contenida, consumo de energía y posibilidad de ataque por hongos, óxidos y otros agentes destructivos.
La tecnología estándar de Blu-ray, conocida así por el fino rayo láser de color azul que se utiliza para grabar la información en el medio diseñado y fabricado para este fin, ha sido utilizada exitosamente para comercializar películas y vídeos de gran resolución, durabilidad y calidad de grabación.
Esta misma tecnología, haciendo uso de medios (discos) aun de mayor calidad, está siendo utilizada para preservar la información digital que se considera por cada institución, organización o empresa como muy importante para la propia entidad, para un país o incluso para la humanidad.
Entre las razones que le conceden este sitial relevante al Blu-ray se encuentran:
- Fiabilidad: una vez que se graba en un disco Blu-ray la información no puede ser alterada de ninguna forma, salvo destruyendo el medio.
- Longevidad: se estima que cada disco actual puede durar entre 50 y 100 años, al menos.
- Invulnerabilidad: dado que los discos de alta calidad están recubiertos por capas de origen mineral y no orgánico, agentes externos como hongos, moho y otros no puede afectarlo.
- Capacidad: existen discos con capacidad de 25 GB, 50 GB y 100 GB, y se están desarrollando medios para almacenar 200 GB, 300 GB y hasta 400 GB.
- Facilidad de uso: Cada disco mide 12 cm de diámetro y existen dispositivos en el mercado que vuelven su manejo muy sencillo y automatizado.
Si hay coincidencia en la importancia de preservar la información, debe también haberla en que las tecnologías utilizadas para garantizar su estado sin modificaciones ni daños durante la mayor extensión de tiempo deben ser las mejores que se puedan encontrar.