Archivo de la etiqueta: Internautas nativos

Han tenido Internet toda su vida

Con más de 51 años de existencia como tecnología, casi 40 años de haber dado inicio su popularización en el mundo con la creación de los navegadores o el World Wide Web, y en países como el nuestro con más de 25 años de conectividad, las generaciones van siendo cada vez más de usuarios de Internet de toda su vida.

Tomando El Salvador como referencia, esto significa que todos los nacidos en el país después de diciembre de 1995, sin duda, han vivido toda su vida en un país conectado a Internet. Por supuesto, la experiencia personal depende de muchos factores, entre ellos el nivel de escolaridad, la capacidad de adquisición y el ambiente que rodea a cada persona.

Adicionalmente, hay un período en el que, por ser muy pequeños y con nuestra mente en desarrollo, no somos conscientes de lo que sucede en nuestro entorno, por lo que resulta indiferente si en esa corta edad, digamos hasta los 3 años, contamos o no con la conectividad en casa.

Las eras pre y post Internet

Como pasa con muchas invenciones y creaciones humanas, sobre todo las de índole tecnológica y de difusión popular, con algún impacto y trascendencia, como es el caso de Internet, es posible para algunos recordar cómo era la vida antes de contar con tales invenciones, y para otro grupo, para los que la invención ha estado presente desde su nacimiento, no hay una etapa previa.

Así, para todos los que vivimos en la actualidad, no recordamos la vida antes de que la fotografía existiera, inventada en 1824, o el automóvil, inventado en 1886. Es posible que haya algunas pocas personas viviendo que aún recuerden la era antes del televisor, inventado en 1926, y más personas podrán recordar la era previa al horno microondas, inventado en 1945.

En todos los casos, después de su invención, pasó un período en cada caso para lograr una versión que fuera posible comercializar y popularizar, luego un período en el que se logra bajar los precios de adquisición, y en que la tecnología es adoptada masivamente.

Aunque Internet fue diseñada y probada por primera vez en 1969, no comenzó su popularización sino al principio de la década de 1990, y aún no llega a todos los habitantes del planeta. Aún así, hay muchas personas que han contado con el acceso y aprovechamiento de la red de redes desde su nacimiento y uso de razón.

Para muchos de ellos, el aprovechamiento del pequeño tamaño físico del inmenso poder computacional con que se cuenta en la actualidad es algo casi natural, y es difícil pedirles que comprendan a las personas que, por cualquier razón, no utilizan, no comprenden o no aprovechan estas ventajas.

Para esta generación, es difícil comprender que hace unos cuantos años no se podía encontrar casi cualquier dato o información con unos cuantos movimientos de los dedos, o leer obras completas (o resumidas), y enterarse de inmediato sobre lo que pasa en cualquier parte del mundo, ordenar comida o artículos, pagarlos y rastrear su ruta de entrega, entre otras actividades.

Sin embargo, sigue siendo importante recordar y trabajar por que el resto de nuestros conciudadanos estén conectados y saquen el mayor provecho de esta poderosa herramienta de comunicación, colaboración, educación, comercio y trabajo.

No dar nada por hecho

Una de las lecciones que deberíamos haber aprendido, o mejor dicho, recordado, a partir de la situación que estamos viviendo a partir del 2020, es que no podemos ni debemos dar nada por sentado. Asumir que lo que tenemos, lo que hacemos, las formas, estilos y procesos que, como humanidad y como nación, continuará de la misma manera que hasta el momento, no es una premisa válida.

El cambio ha sido siempre algo inherente al ser humano. Ya sea por la evolución, la revolución o la involución en algunos casos, las formas y métodos para realizar algunas actividades van cambiando. En otras ocasiones, los cambios son más bien inesperados, sorpresivos y quizá abruptos. En cualquier caso, la resiliencia y capacidad de adaptación son las características de los seres vivos que nos permiten sobrellevar estas modificaciones.

Un ejercicio interesante es detenerse a pensar cada cierto tiempo en cómo hacían una actividad nuestros antepasados, o nosotros mismos, antes de realizarla de la forma en que lo hacemos. Algo relevante es que cada vez con más frecuencia hemos desarrollado nuevas formas de ejecutar ciertas acciones.

¿Cómo era el mundo antes de Internet?

Una de las herramientas que más transformaciones ha introducido es, claramente, la red de redes, Internet, que trajo la posibilidad de estar en contacto vía los canales y los símbolos digitales con prácticamente todos los habitantes del planeta.

Habiendo llegado a los 25 años de estar conectados en forma dedicada en El Salvador, es claro que hay una gran porción de nuestra población que toda su vida ha convivido, aunque no necesariamente utilizado, por diversas razones, este poderoso recurso. Hay países con más años de conexión, aunque también persiste una alta cantidad de personas sin conectividad.

Para los Internautas nativos es muy difícil imaginar la vida sin tener acceso a la comunicación mediada por los dispositivos que los enlazan, sin que ellos deban hacer algo o siquiera estén conscientes, a Internet, y a través de ella, al resto del mundo.

Para los que somos mayores, también es fácil dejar de lado en nuestra mente que hace algunas décadas no existían los vehículos automotores, el teléfono en su más primitiva versión, la energía eléctrica ni las computadoras, por mencionar sólo unos pocos ejemplos.

Esta tendencia, natural en el ser humano, a dar por sentado la existencia de una infinidad de inventos, creaciones e innovaciones, puede en algunos casos, hacer que pasemos por alto reflexionar, con gratitud, acerca de la historia de la humanidad, cercana y lejana, en tiempo y espacio, y valorar apropiadamente el trabajo de muchas personas que, incluso antes de nuestra existencia, realizaron valiosos aportes que, sumados a los otros esfuerzos, nos han facilitado llegar a donde estamos.

Al iniciar este 2021, dediquemos unos minutos a recordar y agradecer a los miles de seres humanos que dedicaron su talento, ingenio, creatividad, esfuerzo, tiempo y recursos, a darnos los inventos, ecuaciones, teorías, principios, tecnologías y avances científicos que en la actualidad hacen posible y facilitan toda nuestra existencia y convivencia con otros y con el mundo.