En la célebre obra “Alicia en el país de las maravillas”, de Lewis Carroll, el personaje principal, Alicia, se encuentra en un momento dado en un salón que, entre otras cosas, tiene en uno de sus costados una diminuta puerta, cerrada con llave, que da acceso a un hermoso jardín, al que Alicia quiere dirigirse.
Dentro del salón hay una mesa de tres patas, y sobre ella, una pequeñísima llave, que sin dudas corresponde a la puertecita. Sin embargo, el tamaño normal de Alicia le hace imposible abrir la puerta y salir al jardín. En la fantasía de Carroll, aparece sobre la mesa una botella con un letrero que dice “BÉBEME”, lo que Alicia hace con cierto temor. Al hacerlo, comienza a reducir su tamaño, hasta llegar a medir un poco menos que la diminuta puerta.
Sin embargo, Alicia ha olvidado la llavecita sobre la mesa, y ahora es muy pequeña para recuperarla fácilmente. Encuentra una caja de cristal con un pedacito de pastel, que tiene el letrero con la leyenda “CÓMEME”. En esta ocasión, después de comer todo el pastel, Alicia comienza a crecer hasta ser más grande que su tamaño normal.
El relato continúa, repleto de personajes extraordinarios y situaciones llenas de fantasía, gracias a la profusa imaginación del autor, y lleva a Alicia a través de una de las aventuras más pintorescas y creativas que se mantienen en la literatura universal.
De la fantasía a las posibilidades reales
Por la coincidencia de los acrónimos, el proyecto ALICE lleva el mismo nombre que el personaje de este cuento, y representa para la región Latinoamericana una oportunidad especial para desarrollar e impulsar sus competencias en el área de la investigación y aplicación de la ciencia y la tecnología. Metafóricamente, para la mayoría de países latinoamericanos es una puerta a los hermosos jardines y a las grandes fantasías del país de las maravillas de la investigación, educación y desarrollo científico y tecnológico.
ALICE significa “América Latina Interconectada Con Europa”, y fue una cooperación por parte de la Comisión Europea con varios países latinoamericanos por un valor de 12.5 millones de euros (financiados en la proporción 80% UE – 20% AL), que dejó varios resultados importantes para la ciencia, la investigación y la tecnología en América Latina, entre los cuales cabe destacar:
- La creación de la organización CLARA (Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas), un esfuerzo privado, realmente latinoamericano, que asocia a las Redes Nacionales de Educación e Investigación de 13 países latinoamericanos
- La participación en CLARA de las redes académicas que ya existían en la región (México, Venezuela, Chile, Brasil, Argentina)
- La organización de redes académicas formales en 9 países que no las tenían (Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Ecuador, Uruguay)
- La motivación para conformar redes académicas y asociarlas a CLARA en otros países y regiones (Cuba, Honduras, Bolivia, Paraguay y la región del Caribe).
Estos resultados constituyen la principal gran maravilla de la primera aventura de esta ALICE, que sigue construyendo su propio país de grandes logros para la ciencia y la tecnología en Latinoamérica.
¿Qué es ALICE2?
ALICE2 (América Latina Interconectada Con Europa 2) es un Proyecto cofinanciado por la Comisión Europea a través del Programa @LIS 2, que le da continuidad al primer esfuerzo (2004 – 2008), llamado ALICE. Iniciado en diciembre de 2008, y con una duración establecida de 45 meses, ALICE2 busca estimular y apoyar la investigación colaborativa dentro de América Latina y de la región con Europa, a través del fortalecimiento de CLARA y su infraestructura de red, RedCLARA, y el fomento a la creación y mantenimiento de comunidades de investigación que trabajen en temáticas relativas a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ONU – Millenium Development Goals – MDG) y a las planteadas por el FP7 (7º Programa Marco – Comisión Europea).
Objetivo: Estimular y apoyar la investigación colaborativa dentro de América Latina y de la región con Europa, a través del fortalecimiento de CLARA (Cooperación Latino Americana de Redes Avanzadas) y su infraestructura de red, RedCLARA, y el fomento a la creación y mantenimiento de comunidades de investigación que trabajen en temáticas relativas al desarrollo (UN – Millenium Development Goals – MDG) y a las temáticas planteadas por el FP7 (7º Programa Marco – Comisión Europea).
Plan de trabajo: Mediante el desarrollo de una infraestructura de red óptica, se implementará en la región una red con prestaciones equivalentes a las de GÉANT2; bajo el nombre de RedCLARA2, ésta sustentará las acciones de las comunidades de investigación que se generarán en el proyecto para trabajar en pos de la creación de soluciones para los problemas identificados en las metas de desarrollo del milenio (MDG) y por el 7º Programa Marco. Se enfatizará la inclusión de todos los países de la región, la sustentabilidad permanente de la red y sus acciones, y la formación de recursos humanos altamente calificados.
Resultados esperados de ALICE2:
- Una infraestructura mejorable de alta calidad con bajos costos de mantención, RedCLARA2, la cual pasará a ser la infraestructura de elección para la colaboración en investigación y educación al interior de América Latina y con Europa.
- Un conjunto de comunidades de usuarios (investigadores, educadores, estudiantes) que trabajen juntos para resolver los asuntos relacionados con los MDG y que participen en los llamados de ALFA y FP7.
- Una organización sólida, bien administrada, participativa y sustentable con un claro modelo de financiamiento.
- Una red con amplia cobertura en la Región Latinoamericana con firmes lazos con el Caribe.
- Un gran grupo de técnicos, gerentes y líderes comunitarios, con facultades para colaborar con sus contrapartes europeas y sacar partido de las oportunidades de financiamiento.
América Latina en el país de las maravillas
Nuestros países son parte de este esfuerzo. El Salvador, a través de RAICES, la Red Avanzada de Investigación, Ciencia y Educación Salvadoreña, conformada por 7 instituciones de educación superior, ha estado presente desde el inicio de CLARA y los proyectos ALICE y ALICE2.
Esta concertación de esfuerzos y recursos, entre las redes nacionales de América Latina y las de Europa, representa la puerta que Alicia quería atravesar para ir a un lugar mejor, a un espacio de mayor desarrollo y bienestar.
En varios países, incluido el nuestro, estamos aun buscando la botellita con el rótulo “BÉBEME” y el pastelito con el letrero “CÓMEME”, para tratar de de encontrar el tamaño correcto, es decir, la estructura organizativa, el plan de trabajo, la estrategia de formación de recursos humanos, la disposición para construir y dotar laboratorios, y la voluntad política que nos permita dar el salto, y ser parte activa de los avances científicos y el aprovechamiento de los mismos para mejorar nuestros niveles de vida.
Con beneplácito, hemos conocido que el actual Viceministerio de Ciencia y Tecnología, adscrito al Ministerio de Educación, está empeñado en lograr estos objetivos para nuestro país. Es importante entonces que acerquemos estas iniciativas y coordinemos estos propósitos, de los que son parte más de 700 instituciones de investigación, ciencia, educación y tecnología, en todas las disciplinas del saber, a lo largo de todo el continente americano.
La ciencia no puede avanzar por medio de esfuerzos individuales, ni de personas, ni de países. En el fondo, la razón para que la Comisión Europea tomara en 2003 la iniciativa de buscar a los científicos e investigadores de América Latina para incitarlos y apoyarlos a constituir lo que hoy es CLARA, es que reconocieron y reconocen que hay un inmenso potencial en el trabajo colaborativo entre los científicos del mundo, mucho mayor que si los esfuerzos se desarrollan en forma más aislada.
Fuera de la ficción del país de las maravillas, está en nuestras manos y en nuestras decisiones y acciones, hacer que ALICE2 logre realmente catapultar a nuestros países a otra etapa, por medio del dominio y aplicación de la ciencia, la tecnología, la investigación y la innovación, en forma colaborativa.