Del 3 al 7 de septiembre se llevó a cabo el evento TICAL (Tecnologías de Información y Comunicaciones en América Latina), que como todos los años, es coordinado y preparado por RedCLARA, la organización que reúne a las redes académicas de los países de Latinoamérica. Por una parte, durante los 3 primeros días, se presentan conferencias de utilidad a los directores de TI de las universidades, y en los 2 días finales se realizan reuniones de trabajo de las RNIE (Redes Nacionales de Investigación y Educación) de los miembros.
TICAL es la puesta en común de soluciones y avances en el uso, despliegue y desarrollo de tecnologías de información y comunicaciones en el ámbito de instituciones de educación superior. Es un evento que fue concebido para que los gerentes y directores de informática de las universidades compartieran las implementaciones específicas de tecnología en los campus universitarios.
Además de los desarrollos y nuevo servicios que muchas universidades de Latinoamérica comparten entre sí y con colegas y homólogos en el mundo, es importante la reflexión continua que hacen los administradores de las redes nacionales académicas, identificados con la misión de sus instituciones, acerca del papel que estas herramientas tiene en el panorama completo.
¿Por qué son relevantes las redes académicas para las universidades?
A pesar de que el origen de la red de redes, en septiembre de 1969, precursora de Internet, tuvo lugar entre cuatro universidades de Estados Unidos, y que fue la academia la que creó muchos de los cimientos de la actual tecnología, las universidades latinoamericanas no siempre aprovechan la tecnología.
Es importante enfatizar que las redes académicas avanzadas, la conectividad, los repositorios digitales, la supercomputación, el uso de equipos sofisticados y caros usando la red, las videoconferencias y videoclases, y muchas otras facilidades usando tecnología no deben ser adoptadas por las universidades por la razón de ser percibidas como modernas y actualizadas y como un argumento de mercadeo.
Este error de concepción manifiesta su realización cuando se nombra a los directores de tecnología de información de las universidades como representantes institucionales ante las redes académicas. Los directores de TI tienen un papel específico dentro de las instituciones de educación superior, que es garantizar, mantener y desarrollar una buena y estable operación de las redes, servidores, bases de datos y otros elementos operativos.
La visión estratégica es de los rectores y juntas directivas
Los desafíos de las universidades actualmente van mucho más allá de la conectividad y la dotación de tecnologías recientes en los campus, y la capacitación de docentes, la inclusión de tecnologías en las clases y el servicio de cursos en línea.
La internacionalización de los estudios, la cooperación entre universidades, los planes de estudio compartidos, las investigaciones colaborativas, las pasantías de docentes y estudiantes, la vinculación con el sector privado y el alineamiento con objetivos y planes de nación, sean o no liderados por los gobiernos de turno, son algunos de los temas relevantes estratégicos que los rectores y sus juntas de gobierno deben estar discutiendo permanentemente.
Por supuesto, la tecnología tiene un rol clave en esos debates, pero no hay excusa para delegar estas decisiones y visiones a los encargados de la función operativa de la tecnología en el ambiente universitario.
Si los líderes con poder de decisión en cada institución y en cada país no colocan en su justa dimensión el apoyo de la tecnología en esos objetivos, planes y metas a mediano y largo plazo, colocando a disposición los recursos adecuados, es difícil que la tecnología deje de ser para ellos apenas un argumento de venta de servicios educativos.