Ya hemos conversado sobre este tema en este espacio, así como acerca del papel de las mujeres en la historia de la computación, y cómo, tristemente, la relevante y destacada participación de las ingenieras, matemáticas y técnicas en el desarrollo de la relación de los humanos con las computadoras ha sido una historia que no ha recibido el crédito y la difusión suficiente.
El libro “Proving Ground: The untold story of the six women that programmed the world’s first modern computer”, de la autora, y también informática, Kathy Kleiman, que se puede traducir como “Polígono de Pruebas: La historia no contada de las seis mujeres que programaron la primera computadora moderna del mundo”, publicado este año, entra en un extenso y agradable detalle sobre las vidas de estas mujeres, y los eventos que rodearon este histórico suceso.
Kathleen “Kay” McNulty Mauchly Antonelli (1921-2006), Frances “Fran” Bilas Spence (1922-2012), Frances Elizabeth “Betty” Snyder Holberton (1917-2001), Marlyn Wescoff Meltzer (1922-2008), Ruth Lichterman Teitelbaum (1924-1986) y Jean Jennings Bartik (1924-2011) son los nombres de estas seis mujeres cuya historia habría quedado en el desconocimiento, y nadie habría podido conocer acerca de sus importantes hazañas en su temprana interacción con la primera computadora electrónica del mundo, de no haber sido por la obstinación e investigación de la autora.
¿Por qué debemos conocer la historia de estas seis mujeres?
Kathy realizó una gran labor al investigar, documentar y publicar un documental de 20 minutos y un libro de un poco menos de 300 páginas sobre las vidas profesionales, personales y familiares de las jóvenes que, en medio y después de la II Guerra mundial, en los Estados Unidos, y con tareas y objetivos concretos, estudiaron, analizaron, descifraron, se auto enseñaron y documentaron los primeros métodos y procesos para programar una computadora.
Si bien la invención, diseño y construcción de ENIAC, en 1946, en la Universidad de Pensilvania, la primera computadora electrónica del mundo, con más de 18 mil tubos electrónicos al vacío, miles de metros de cables, cientos de interruptores, botones, luces indicadoras y mucho metal en forma de gabinetes, es un evento pivotal dentro de la narración escrita, las verdaderas protagonistas del libro, con toda justicia, son estas “computadoras”.
Todas las personas, pero especialmente las niñas y mujeres, interesadas o no en la programación de las computadoras y la informática, deben conocer este relato, que la autora logró documentar de primera mano, al poder conversar con cuatro de las seis heroínas, a las que encontró aún con vida y entrevistó, para el documental de vídeo y para el libro.
El relato es sumamente ameno, y nos permite conocer casi en primera persona a las seis protagonistas y las personas que las acompañaron en este suceso histórico, las dificultades y satisfacciones con las que se encontraron, y las soluciones que fueron dando a los obstáculos. Conocemos de sus historias personales, sus padres, hermanos, condiciones familiares y, eventualmente, acerca de sus matrimonios, hijos y legados en el área de la computación digital.
Para todos a los que nos interesa el origen y la evolución de la ciencia de la computación, la programación, y el desarrollo del mundo digital, que con sus dispositivos, computadores personales, laptops, móviles, y demás aparatos, nos acompaña hasta la fecha, este libro es una lectura necesaria y muy recomendable.