En El Salvador, los temas relacionados con la conformación de calidad, acreditación, metrología, normalización y reglamentación técnica, así como armonización regional, interfaz con la Organización Internacional para Estandarización (ISO) y reciprocidad en las certificaciones son funciones, desde su creación, de nuestro Organismo Nacional de Ciencia y Tecnología, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, CONACYT.
Además de estos temas de calidad, el CONACYT salvadoreño también es responsable, de acuerdo a su ley, por la definición, promoción y seguimiento de los aspectos de política pública que define la agenda nacional de ciencia y tecnología.
Fue hasta 1992 que este país contó con la ley de creación de esta entidad autónoma, adscrita al Ministerio de Economía, y probablemente en esa época se consideró adecuada la propuesta de combinar en una misma institución las obligaciones relativas a la supervisión y reglamentación de los aspectos de calidad y los temas referidos al avance de la ciencia, la investigación y la tecnología.
Desde entonces, y hasta el presente, el CONACYT ha hecho un buen papel, no siempre reconocido, sobre todo en los temas de difusión y promoción del cuidado de la calidad, considerando el reducido presupuesto anual total (menos de 500 mil dólares) que tiene asignado para todas sus funciones en ambas áreas, calidad y ciencia.
Propuesta de un nuevo esquema
Desde hace más de tres años, se viene gestando y gestionando, con el concierto del propio CONACYT, su junta directiva y personal, el Ministerio de Economía y la cooperación internacional, sobre todo europea, una propuesta para configurar una nueva estructura nacional que atienda, por un lado, los temas de ciencia y tecnología, y por otro, los relativos a la observación y cuidado de la calidad de nuestros productos y servicios, tanto fabricados en el país como los recibidos y usados provenientes del extranjero.
Así, en estos días se estará discutiendo en la Asamblea Legislativa la propuesta de ley para crear una estructura llamada Sistema Nacional de Calidad, conformada por el Consejo Salvadoreño para la Calidad y la Productividad (CONCALIDAD), una entidad autónoma, y las instituciones encargadas, por separado, de las cuatro funciones principales de calidad: Acreditación (ISAC – Instituto Salvadoreño de Acreditación), Normalización (ISANOR – Instituto Salvadoreño de Normalización), Reglamentación Técnica (IRTEC – Instituto de Reglamentación Técnica) y Metrología (ISAMET – Instituto Salvadoreño de Metrología).
Adicionalmente a estos cuatro institutos de calidad, al derogar la actual ley de CONACYT, se espera un decreto ejecutivo por medio del que se adjudicarán las demás funciones del actual CONACYT, las relacionadas a la ciencia y la tecnología, al Vice ministerio de Ciencia y Tecnología, adscrito al Ministerio de Educación.
Al darse estos cambios, las funciones de calidad quedarán asociadas al Ministerio de Economía (como el actual CONACYT), y las funciones relacionadas con la ciencia y la tecnología quedarán asociadas al Ministerio de Educación. Esta distribución de tareas tiene más sentido, pues la calidad incide directamente en la productividad y competitividad de nuestros productos y servicios, y la ciencia tiene una relación primaria más cercana con la educación, la docencia y la investigación. Ambas carteras compartirán los temas de innovación, cada uno desde su propia perspectiva.
Algunas recomendaciones
El mismo CONACYT, basado en la experiencia de todos estos años al frente de los temas vinculados a la calidad, ofrece algunas recomendaciones a considerar en la nueva ley del Sistema Nacional de Calidad:
Financiamiento
Uno de los mayores problemas que ha enfrentado el CONACYT para desarrollar el sistema nacional de la calidad y sus funciones institucionales ha sido la falta de un presupuesto adecuado a los requerimientos del mismo, por lo que es importante que se defina mediante los mecanismos correspondientes la asignación de un presupuesto adecuado y además el apoyo legal para que algunos servicios de la evaluación de la conformidad tengan el reconocimiento de las instituciones que conforman el sistema nacional de la calidad , tales como el reconocimiento de la Red Nacional de Laboratorios Acreditados, organismos de inspección, calibración, etc. Lo que permitirá, además de generar ingresos propios, que los servicios sean desarrollados bajo los esquemas de normas internacionales.
Apoyo institucional
Un Sistema Nacional de la Calidad permitirá que el esfuerzo para desarrollar la infraestructura de la calidad no solamente recaiga en una institución si no que se espera contar con el apoyo de las instituciones del sistema. Las instituciones del sistema deberán prestar apoyo complementario a la institución.
Autonomía
Es importante para el reconocimiento internacional que la independencia técnica de cada instituto u organismo de calidad, integrados en la autónoma se materialice en la composición institucional de las comisiones técnicas de cada uno de los organismos de calidad.
Representatividad multisectorial
Al considerar la composición tanto del Consejo como de las Comisiones Técnicas de Calidad que aparecen en la propuesta de ley y bajo la premisa de que este Sistema de Calidad debe tener la mayor representatividad de los sectores interesados, se recomienda:
- Una mayor participación del sector académico con tres representantes incluyendo a la Universidad de El Salvador
- Asegurar la particiación activa, representativa y permanente del sector privado
- Aumentar la representación del sector profesional
- Aclarar quiénes integran el sector científico tecnológico, para los efectos de esta ley
- Agregar representantes de los institutos tecnológicos