Comenzando el año, no es extraño que por una mera actitud psicológica, después de unos días de descanso, vengamos a cambiar de calendario, botando la última hoja del anterior, escribiendo una nueva cifra en todos los documentos fechados y abriendo nuevas carpetas para clasificar correspondencia, pero sobre todo con ganas e impulso para iniciar nuevos proyectos.
Frases que inspiran, modelos admirados, consignas a seguir, metas propuestas, anhelos rezagados, ideas innovadoras, sueños pospuestos, nuevos deseos. Todas son fuente de motivación para la energía creativa y emprendedora que tenemos los seres humanos, y que ha provocado la mayoría de adelantos científicos, tecnológicos, culturales y artísticos que la humanidad ha vivido. Todos comienzan a partir de la voluntad de una persona, y arrancan con el primer paso.
Lo mismo puede ser dicho de todo emprendimiento personal de cada uno de nosotros. Además del propósito y la voluntad, es necesario trazar un plan, aunque sea mínimo, dotarse de paciencia y tolerancia a los posibles retrasos temporales, y saber manejar los altibajos de toda iniciativa y proyecto, administrando los éxitos y analizando los fracasos, sin dormirse en los laureles o perderse en los lamentos.
Se ha dicho de varias formas que el triunfo en los emprendimientos es 10% inspiración y 90% transpiración, queriendo decir que no es suficiente una buena idea, sino que muchas veces es más relevante el trabajo, la dedicación y sobre todo la correcta puesta en práctica de la misma, como negocio, si es el caso, o como actividad personal, si es un objetivo más particular.
Fortalezas necesarias
Dentro del campo de la tecnología, hemos sabido desde hace años que es posible, aun para habitantes de países como el nuestro, que carecen de muchos recursos naturales, lograr destacarse en las diferentes, vastas y ricas disciplinas que existen en este campo, ya que el principal requisito es conocer y entender cómo funciona la tecnología por un lado, y por el otro encontrar una necesidad que pueda ser resuelta por medio de dicha tecnología.
Hemos observado en eventos a nivel nacional en los pasados dos o tres años, tales como Desarrollando América Latina, distintos hackatones, los retos de los distintos “apps challenges”, concursos locales, presentaciones en las jornadas de Día de Internet y el LAN Party, los trabajos e intercambios en Campus Party, el Startup weekend, el certamen del Premio Pixels, la semana de la innovación, las ferias de ciencia y tecnología, los eventos de robótica, la copa Kodu de juegos de vídeo, los eventos de docentes innovadores, y muchos más, que hay talento en los jóvenes salvadoreños que participan en estos eventos.
Es necesario continuar puliendo esos talentos, para que sean competitivos a escala mundial. Por ahora, muchos de estos proyectos e ideas están llenas de entusiasmo y trabajo, pero deben ser fortalecidas con elementos de mercadeo, finanzas, comercialización y, sobre todo, planes de negocio que garanticen sostenibilidad.
Para buscar desarrollar éstas y otras habilidades y fortalezas, se han desarrollado esquemas tanto desde el sector público como privado, que incluyen instituciones promotoras, fondos concursables, apoyos no reembolsables, organizaciones incubadoras, parques tecnológicos y otros programas de soporte e inversión, así como formación de recursos humanos, de equipos multidisciplinarios y de empresarios padrinos.
Un potencial por descubrir y animar
Muchos de nuestros jóvenes tienen la inquietud, el gusto y la voluntad para realizar grandes proyectos. Algunos tienen buenas ideas para realizar negocios, y tienen claro que su mercado potencial es tan grande como el mundo. Pero son muy pocos los que, además, cuentan con las habilidades o el acompañamiento para persistir en la concreción de ésas y otras ideas que les puedan rendir beneficios a ellos, sus familias y el país.
A los mayores, seamos empresarios, académicos, inversionistas, funcionarios o simplemente entusiastas del desarrollo del país por medio de los esfuerzos tecnológicos, nos toca trabajar en conjunto con los emprendedores para buscar y encontrar formas de apoyo y refuerzo, para cultivar las competencias que son necesarias y aun no están desarrolladas, para que los productos y servicios de alto contenido tecnológico y mucho valor agregado, comercializables en el mercado mundial, sean competitivos y atractivos para los millones de consumidores y compradores por medio de Internet.
Nuestro país tiene muchos problemas. No hay duda. Pero también cuenta con grupos de jóvenes y adultos que creemos en nosotros mismos, específicamente dentro de las disciplinas tecnológicas que representan mercados potenciales en el mundo. Es necesario que, al mismo tiempo que se abordan las soluciones a los problemas actuales, veamos en paralelo la forma de hacer posible ese desarrollo a futuro, antes incluso de que logremos ver resultados en otros aspectos. Es el equivalente de lanzar una vanguardia de negocios, a cargo de nuestros entusiastas jóvenes.
Esperemos y trabajemos para que este año que inicia podamos contribuir, entre todos, a encontrar, estimular, desarrollar y convertir en productivo y rentable a la tecnología de información y comunicaciones, como un motor de la economía que nos permita encaminar nuestro país hacia el progreso y desarrollo humano, social y económico.
Dificil tarea con unos diputados de la ALegilslativa q NO aprobaron el prestsmo para Conacyt del BID,y esoq tuvieron 2-2yrs para «estudiralo» eso me suena a baboseria politica!!