Ya hemos conversado en este espacio sobre la transformación digital, esa tendencia que se ha vuelto tan mencionada y anhelada por las empresas y organizaciones de todos los sectores, tamaños y países, sobre todo exacerbado por las evidencias y necesidades que la pandemia nos ha traído.
Mucho se escribe constantemente, en muchos lugares y por muchos autores sobre qué es la transformación digital, cómo debe realizarse en las empresas, y aún nos encontramos en las etapas en que cada organización debe encontrar su propio camino para llegar a ese destino. Un artículo en la revista Harvard Business Review señala cuatro elementos relevantes a considerar.
“La transformación digital no se trata solo de la tecnología. El éxito implica mucho más que simplemente la obtención de proveedores competentes y hacer algún entrenamiento de usuarios. Necesitamos hacer más que solo implementar tecnología. Los objetivos básicos, como la optimización de costos y la mejora del proceso ya no pueden ser el objetivo final. Los líderes deben inspirar y capacitar a toda su organización para reimaginar audazmente su entorno de trabajo, las necesidades de los clientes, la oferta del producto e incluso el propósito de la empresa”.
Cuatro ideas para considerar
Transformación digital no es lo mismo que innovación
Dado que casi han emergido en conjunto, muchos piensan que ambas tendencias se mueven juntas. Con las tecnologías avanzadas disponibles hoy en día, como la automatización de procesos robóticos, el aprendizaje de la máquina, la computación en la nube y mucho más que forma la Industria 4.0, es fácil para los líderes perderse en todas las posibilidades increíbles. Sin embargo, la transformación digital no se trata de la innovación. Se trata de lograr mejores resultados de negocios.
Hay que involucrar a los entusiastas
Como en todos los procesos de transformación, puede existir alguna resistencia al cambio, aunque se proclame y se prevea que lo que viene será mejor. El status quo siempre tiene inercia de su lado y nunca está dispuesto a ceder su lugar fácilmente. Sin embargo, ninguna organización es monolítica. Siempre hay grupos y áreas dentro de las empresas con un entusiasmo y deseos de mejorar que pueden identificarse y aprovecharse. Es importante comenzar en un área donde los entusiastas se encuentren en la mayoría, con algún proyecto que enganche y atraiga a todo el equipo.
Comience con un cambio clave
Es importante materializar y concretar el concepto de transformación digital, y sacarlo de los libros y los discursos a algo tangible, ejecutable y cercano a la mayoría de los involucrados. Estos primeros logros y efectos servirán de ejemplo y referencia para lo que vendrá a continuación en toda la organización. El cambio de los líderes puede intentar articular la visión general y estratégica, pero a menudo es difícil para las personas internalizar la fuerza suficiente para superar su sesgo innato por la aversión de la pérdida y el temor al fracaso. Es clave mostrar que el cambio positivo es posible.
Aproveche la transformación digital para reimaginar la empresa.
Pensar fuera de la caja, reinventar los servicios o productos que se ofrecen, imaginar nuevos mercados, nuevas formas de comercialización, y una reinserción en el sector económico donde nos encontramos, deben ser resultados buscados por medio de la transformación digital. La tecnología no es un fin en sí misma, sino un medio para un fin. Debe estar al servicio de la empresa, y no al revés. El valor real de la transformación digital no se puede lograr en una iniciativa particular u otra. El objetivo final debe ser una reinvención a gran escala del negocio que transforma cómo crea, entrega la organización, y captura el valor en el mercado.