Buscando en los archivos y documentos históricos, encontramos que la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) “fue adoptada por las Naciones Unidas (ONU), que acababa de establecerse, el 10 de diciembre de 1948, como respuesta a los “actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad” cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Su adopción reconocía que los derechos humanos son la base de la libertad, la justicia y la paz”.
La Declaración contiene 30 derechos y libertades que pertenecen a todas las personas y que nadie nos puede arrebatar. Muchos países han adoptado y tratan de asegurar y garantizar el respeto a estos derechos para sus ciudadanos, pero lamentablemente esto no ocurre en todo el mundo de igual forma. Existen muchas organizaciones que observan, alertan, denuncian y apoyan de diversas formas para lograr este cumplimiento en forma universal.
Por su parte, si bien Internet fue diseñada y probada como tecnología de comunicación en 1969, fue hasta la década de 1990 en que comenzó a convertirse en una herramienta más cercana al ciudadano común para comunicarse, gracias a los esfuerzos de muchas personas alrededor del mundo.
Declaración sobre la libertad de expresión e Internet
Gracias a la innovación continua y el desarrollo tecnológico acelerado, Internet se ha convertido, sin duda, en una poderosa herramienta que se extiende a todos los ámbitos de la vida, comunicándonos y permitiéndonos la realización de muchísimas actividades con amplio alcance, flexibilidad y facilidad de uso.
Uno de los 30 derechos incluidos en la DUDH es la libertad de expresión, que implica la posibilidad de comunicar, con respeto y otras consideraciones éticas, nuestras opiniones, ideas y planteamientos, respecto a todos los temas y ámbitos. Si bien no es la única, Internet es una de las formas posibles en la actualidad para difundir esas ideas propias y personales.
En general, el derecho de acceso a Internet debe garantizar la conectividad y el acceso universal, ubicuo, equitativo, económicamente accesible y de calidad adecuada, a la infraestructura de Internet y a los servicios de las tecnologías de la información y la comunicación.
El 1 de junio de 2011 se emitió la Declaración Conjunta sobre Libertad de Expresión e internet, que incluye el acceso a Internet como un derecho para los pobladores del mundo. Aunque abarca más aspectos, en lo que se refiere al derecho al acceso a Internet, incluye las siguientes obligaciones para los estados, en síntesis:
* Promover el acceso universal a Internet para poder garantizar el disfrute efectivo de derecho humanos como la libertad de expresión, el derecho a la educación, la atención de la salud y el trabajo, entre otros derechos fundamentales.
* Generar mecanismos regulatorios que fomenten el acceso a Internet, especialmente en las poblaciones más vulnerables ya sea por escasez de recursos o por encontrarse en zonas rurales o alejadas de los centros urbanos.
* Ofrecer puntos de acceso públicos a tecnologías de información y comunicación.
* Concientizar a la población sobre el uso adecuado de Internet y los beneficios que de ello se deriva.
* Asegurar el acceso equitativo a Internet para personas con discapacidad.
Hay algunos países, como Argentina, México y España, que incluyen estos principios en sus respectivas legislaciones, como parte de los derechos digitales de sus ciudadanos.