En días recientes, y por coordinación de la Cámara Americana de Comercio en nuestro país, AmCham, se presentó en un hotel local el estudio denominado “Las telecomunicaciones latinoamericanas en la encrucijada de la compartición de infraestructuras pasivas”, desarrollado por el doctor Raúl Katz y un equipo de profesionales, con datos e información de varios países de la región.
Ante una audiencia variada, que incluyó representantes de la empresa privada, las empresas de telecomunicaciones, academia, gobierno, sociedad civil, y otros, el doctor Katz presentó los principales hallazgos y recomendaciones del estudio, apoyado en una buena cantidad de datos, estudios previos, análisis y preparaciones propias de tablas, gráficos y datos para sustentar sus conclusiones.
Después de la presentación, se desarrolló un panel de preguntas y respuestas que incluyó al mismo doctor Katz y a tres expertos nacionales, Rafael Arbizú (SIGET), Fredy Villalta (SBA) y quien escribe (SVNet). Este panel agregó y matizó algunos elementos adicionales y complementarios, sobre todo desde la óptica salvadoreña.
Conclusiones del estudio
La principal hipótesis del estudio es que si los operadores de telefonía móvil, con la capacidad actual que permite a los usuarios de celulares el acceso a Internet a velocidades bastante buenas, y mejorando cada vez, comparten las torres donde colocan las antenas celulares, se obtienen mejoras importantes.
En la introducción, el documento dice “Uno de los factores que ha contribuido a impulsar este progreso es la capacidad de los operadores para compartir infraestructura, al tiempo que se mantiene la intensidad competitiva”. Parte de la propuesta es que una empresa independiente de los operadores sea la que administre las torres.
Del estudio: “Por ejemplo, un país con una cobertura inicial de 4G del 80 % y una adopción de usuarios únicos de banda ancha móvil, equivalente a 60 % (niveles comunes en la región), se beneficiaría de la introducción de la implementación de las mejores prácticas regulatorias de compartición de infraestructuras por lo siguiente:
• El nivel de cobertura 4G, del 80,00 %, pasaría al 93,03 %.
• Como consecuencia del aumento de la cobertura 4G, los usuarios únicos de banda ancha móvil aumentarían del 60,00 % al 61,55 %.
• El aumento de usuarios únicos de banda ancha móvil generaría, a su vez, un incremento del producto interno bruto (PIB) per cápita del 0,41 %”.
Los reguladores nacionales deben estar involucrados, y el estudio presenta siete recomendaciones para ellos:
1. No es necesario acordar una concesión del servicio
2. Necesidad de una aprobación rápida de los permisos de despliegue, basados en plazos coherentes y razonables
3. Regulación para evitar el despliegue exagerado de infraestructura
4. Establecimiento de un límite en tasas, impuestos y derechos de construcción
5. Aplicar políticas que promuevan el desarrollo de infraestructuras compartidas para el despliegue de la 5G
6. No imponer una regulación de los contratos de las empresas de torres con los proveedores de servicios móviles
7. Definir garantías a largo plazo en la normativa y los permisos
Por supuesto, tanto estas recomendaciones como los demás argumentos, datos y conclusiones del estudio, se muestran con mucho más desarrollo en el documento, descargable en forma libre.