Informática verde, o ¿Tienen huella de carbono las TIC?

Todos hemos conocido, más o menos, acerca del cambio climático, el calentamiento global, la huella de carbono y el efecto invernadero. Independientemente del debate sobre si estos fenómenos se deben a la acción de la humanidad o se trata de un comportamiento cíclico del planeta, es un hecho que el clima no se comporta como hace unos años, y que hay recursos naturales que se están consumiendo debido la modernización de nuestras ciudades y estilos de vida.

Las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y la Electrónica de Consumo (EC) utilizan energía eléctrica, tanto de los enchufes de la pared, como de las baterías que la mayoría usa como fuente de poder total o parcial. Esto las hace partícipes del consumo mundial de electricidad, y por ende les adjudica una huella de carbono.

La definición de sustentabilidad aceptada y difundida por Naciones Unidas nos invita a “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”. Es claro que las TIC juega un papel en esta tarea.

Se estima que las TIC contribuyen en un 2% a la generación mundial de CO2, desde la perspectiva de ser consumidores de combustible fósil, energía hidráulica, eólica, térmica, nuclear, y todas las formas de generación y distribución de electricidad. En Estados Unidos, la EC representa el 12% del consumo energético de los hogares y un 4.4% del total del país, y en Japón, en 2012, los PC e impresoras serán el 19% de la factura energética del país

La paradoja del mayor uso de TIC

Curiosamente, sabemos que un buen uso de la informática permite realizar una buena cantidad de tareas más eficientemente, y somos varios los que consideramos que la mayor parte de la población de nuestro país debería estar facultada para utilizar tecnología, y contar con la posibilidad de hacerlo.

Por ello, si bien aumentan las ventas de dispositivos TIC y EC, lo que significa que hay más usuarios con dispositivos cada vez más eficientes en cuanto al uso de energía, también se incrementa el consumo directo, así como se genera mayor desecho y desperdicio electrónico.

El mercadeo y el avance tecnológico provocan que un nuevo producto quede obsoleto al ser superado por los nuevos desarrollos o al ser incompatible con las viejas versiones.

De acuerdo a estimaciones, si no se hace algo, para 2050 el consumo energético de las TIC se multiplicará por cinco sobre el que había en 2005 y el uso de energía por la EC lo hará por seis.

Un cargador de teléfono móvil, por ejemplo, emplea menos de 0.4 watts cuando está en espera (enchufado a la red eléctrica, pero sin cargar el teléfono) y entre 3 y 5 watts cuando está activo, cargando la batería.

Sin embargo, hay buenas noticias

Los diseñadores y fabricantes están trabajando desde hace años estos temas, e incluyen como criterios de diseño el de la eficiencia en el consumo de energía eléctrica. A continuación algunos ejemplos.

Los PC y laptops mejoran su eficiencia energética por el uso de componentes que requieren menos potencia y por software de gestión de la energía que optimiza su consumo.

Los procesadores multi-núcleo que ayudan a decrecer el consumo de energía eléctrica por dos vías: 1- Consumo directo: una leve reducción de la tensión de cada núcleo genera una reducción importante del consumo. 2- Rendimiento: gracias a la potencia adicional de procesamiento que proporciona la arquitectura dual-core puede realizarse un mayor trabajo con igual consumo.

Las impresoras actuales pueden imprimir a doble cara o múltiples páginas en una hoja y con diferentes densidades de tinta, incluyendo las fuentes (fonts) de letras ecológicas.

Un solo equipo multifuncional (impresora, fotocopiadora, escáner y fax) reemplaza de media a una copiadora, cuatro impresoras pequeñas y un fax, ahorrando un 50% de consumo de energía.

Los móviles con cámaras fotográficas o correo electrónico son dispositivos multifuncionales clásicos, con gran potencial de ahorro energético. El beneficio más evidente de recoger en un solo dispositivo un número creciente de funciones es que se generan menos desperdicios cuando se desecha, se requiere menos energía para su uso y menos espacio para su almacenamiento.

¿Qué podemos hacer?

Tanto a nivel personal como dentro de nuestras empresas y organizaciones, hay algunas medidas que se pueden tomar:

Aparentemente, la eficiencia energética no ha sido tradicionalmente uno de los criterios de compra de equipamientos TIC, y por eso los proveedores no han tenido ningún incentivo especial a la hora de facilitar equipos energéticamente más eficientes. Podríamos incluir este rubro en los carteles de licitación.

La mayoría de los equipos pueden gestionar el consumo energético, pero los usuarios no lo conocen o no se molestan en activar estas opciones. Por ejemplo, el 53% de los computadores tienen “hibernación” pero sólo 3% de ellos lo usa, y el 86% permite el modo de standby, pero sólo se usa en el 22% de ellos. Podríamos aprender a usar estas posibilidades en nuestros equipos.

Según algunos reportes, 1.7 millones de PCs dejados encendidos en Reino Unido durante la noche y fin de semana, desperdician 1,500 millones de KWh de electricidad al año (700,000 Toneladas CO2). Entonces, podemos apagar el computador cada día, antes de irnos a casa, lo que multiplicado por el número de empleados de la compañía, supone un importante alivio para el medioambiente

Resumiendo, entre otras cosas, podemos:

  • Apagar los servidores y computadores que no se usen y activar siempre los sistemas de ahorro de energía.
  • Desconectar los cargadores que no estemos usando de los enchufes de la pared.
  • Dotar de interruptores la regleta de enchufes en la mesa de trabajo. De esta manera sería sencillo apagar el computador y tras ello, desenchufar en un solo movimiento todos los cargadores conectados a la regleta
  • Utilizar software eficiente y que permita controlar los consumos de energía.
  • Desactivar el protector de pantalla.
  • Cuando se compre un equipo, fijarse en los estándares de eficiencia que cumple.
  • Hacer copias de seguridad en CDs regrabables.
  • Imprimir sólo si es necesario, y por las dos caras. Si es posible, en opción borrador o con EcoFonts.
  • Impulsar el desecho adecuado de chatarra electrónica para disposición o reciclaje. Esto puede significar incluso promover leyes que dispongan los procedimientos y entidades a cargo del desperdicio electrónico.

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