Es importante, por un lado, asegurar los relevos generacionales en cualquier actividad para que lo bueno que se va logrando, así como los avances logrados, se mantengan y desarrollen; y por otro lado, igualmente relevante es saber inculcar valores positivos en esas nuevas generaciones para que sea posible la continuidad.
Ambos desafíos son cumplidos en el Centro Escolar España, por parte del profesor Ramón Benjamín Recinos. Sus alumnas de robótica, por iniciativa y voluntad propia, pero con la orientación del profe, vienen realizando acciones que continúan transformando las vidas de un número creciente de jóvenes en situaciones vulnerables.
Estas jóvenes han creado un grupo autodenominado “STEAMGirls”, utilizando el conocido acrónimo, en inglés, de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemática. Su principal objetivo y labor, por ahora, es brindar clases de robótica en forma gratuita a diversos grupos de niñas y niños de menores recursos, en los lugares en que se los permiten y las apoyan.
CDI San Marcos San Luis, en el Tabernáculo Bíblico San Luis
Uno de estos lugares que brindan y reciben este apoyo a y de las SteamGirls, al que acuden sábado a sábado para encontrarse con sus pequeños alumnos, es el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) San Marcos, ubicado en las instalaciones del Tabernáculo Bíblico San luis.
El 13 de agosto, a partir de las 9 de la mañana, comenzó la competencia entre los equipos de niñas, niños y jóvenes, en dos categorías, según las edades, para comprobar, por medio de juegos y animados eventos (carreras de robots siguiendo la línea negra, boxeo entre robots y pruebas de fuerza halando entre 2 robots, competencia de sumo entre robots, y otros), lo que han aprendido.
Si bien se trata de competencias que producen ganadores y vencidos, y se otorgan premios, también es cierto que todos los equipos aprenden, tanto acerca de la lógica y la habilidad para construir sus robots, dotarlos de habilidades para moverse por medio de los motores, así como del trabajo en equipo, a veces trabajo contra reloj y, no menos importante, a asimilar la derrota y aprender de la misma.
La actividad es intensa, con ratos llenos de adrenalina apoyando al equipo preferido, pero aplaudiendo y felicitando a los vencedores con mucha generosidad. Tanto padres, maestros, los jóvenes y sus instructoras comprenden que la actividad va mucho más allá del certamen y los premios.
De esta forma, estas niñas y niños tienen acceso a un conocimiento, experiencia y práctica que, con alguna posibilidad, no tendrían si no es por el trabajo generoso, conjunto y coordinado de varios actores.
Un rol clave lo juegan las chicas de SteamGirls, que esperan seguir aumentando el número de sus integrantes, para poder continuar llevando sus programas de formación de niñas, niños y jóvenes en robótica en otros lugares del país. Las felicitamos, agradecemos lo que hacen por el país, y les deseamos el mayor éxito en sus propósitos y objetivos.