La innovación como necesidad básica

Aunque ha existido desde que la humanidad habita el planeta tierra, es hasta hace poco que se ha comenzado a prestar atención de forma sistemática a la innovación.

Planes empresariales, políticas públicas, agencias de desarrollo y programas académicos de todas las áreas y de todos los tamaños, incluyen como una de sus palabras clave la innovación, y se refieren a ella como una acción que debe buscarse, fomentarse y ser premiada, con el objeto de ser más competitivo, lograr ventajas comparativas o simplemente sobrevivir.

Algunos han realizado investigaciones sobre cómo se desarrolla el proceso de innovación en los seres humanos, para buscar maneras de reproducirla en las empresas e instituciones, por un lado, y preparar a las nuevas generaciones para dotarlas de esa habilidad, por otra.

Así, en muchos países hay agencias para la innovación, sistemas nacionales de innovación que promueven, financian y evalúan la innovación, así como estructuras articuladas que reúnen a potenciales inversionistas y entidades de apoyo con los innovadores, propiamente dichos.

¿Qué es la innovación?

Existe cualquier cantidad de definiciones de la innovación, y no debiera ser una preocupación elegir una sola de ellas. Como suele suceder, cada forma de ver un concepto, en este caso el de la innovación, abona nuevas consideraciones relevantes para lo que se busca hacer.

Siendo embajador de Japón en nuestro país, el doctor Akio Hosono publicó un interesante libro basado en sus propios escritos y presentaciones, llamado “Desafíos, innovación y desarrollo: una visión basada en las experiencias japonesas”. Como enfoque de trabajo, el dr. Hosono segmenta su análisis de la innovación intentando reflexionar en torno a las preguntas ¿porqué…? ¿cómo…? ¿cuándo…? ¿dónde…? ¿quién…? y ¿qué…? …innovamos.

¿Por qué innovamos?

Los desafíos, retos, problemas y metas que alcanzar son una de las motivaciones más importantes para innovar. La existencia y persistencia de problemas en un producto, servicio o proceso, puede estimular el proceso natural de innovación que los humanos tenemos, probablemente adormecido.

¿Cómo innovamos?

Además de la innovación de rompimiento (“breakthrough”), se puede lograr la innovación incremental o gradual, por medio de la mejora continua (Kaizen, en japonés). Esto resulta de gran importancia, porque abre la puerta a una forma más dosificada de la innovación, más accesible a la mayoría de personas y empresas. La más publicitada y admirada manera de innovar, a través de un golpe de gran impacto, producido por una idea espectacular, en la realidad no es muy usual, y por ello se vuelve más difícil perseguir solamente este tipo de innovaciones.

¿Cuándo y dónde innovamos?

Hay entornos más propicios que facilitan, favorecen e incentivan la innovación. Aquí entran en juego los sistemas nacionales y locales de innovación. En las naciones, es habitual que los ONCYT (Organismos Nacionales de Ciencia y Tecnología) desarrollen programas dirigidos tanto a los empresarios como a los académicos y científicos, de forma que se faciliten los entornos para desarrollar, registrar y producir ideas innovadoras en las diferentes áreas de la tecnología. En las empresas, los sistemas locales de innovación se implantan como parte de la cultura empresarial: comités de mejora continua, Manejo de Calidad Total (TQM), etc.

¿Quiénes innovan?

Los principales actores de la innovación podemos ser todos. Aunque existen programas específicos para encontrar, reconocer y estimular a los emprendedores y empresarios innovadores, no es extraño que muchas personas, puestas a pensar sobre problemas concretos en los productos, servicios y procesos de cualquier naturaleza, conocidos a profundidad por ellos mismos, generen ideas y sugerencias que se traducen en innovaciones destacadas. Esta pregunta también puede extenderse a la posibilidad de “crear” innovadores desde cortas edades.

¿Qué innovamos?

Se reconoce que, en general, se busca innovar los productos o servicios en su diseño, prestaciones, empaque, alcance, duración, modalidad, costo, eficiencia, etc. o bien los procesos establecidos para realizar determinadas actividades, en su duración, eficacia, eficiencia, seguridad, control, etc. En este aspecto de “qué innovamos”, la tecnología de información y comunicaciones (TIC) ha venido jugando un rol clave desde hace algunos años, pues las innovaciones basadas en TIC han hecho posible hacer más eficientes, de mayor alcance, con más prestaciones, acercar al consumidor y otras ventajas, los servicios y los productos, así como los procesos en las empresas e instituciones de todos los sectores.

¿Para qué innovamos?

Además de las preguntas que comprenden la definición de la innovación, también es fundamental reflexionar acerca de si necesitamos la innovación, o si realmente queremos fomentarla. En este sentido, una definición alterna, mucho más sencilla, de la innovación, nos dice que es “todo cambio basado en conocimiento que produce valor”. Es decir, de acuerdo a esta definición, si no se produce un valor, que puede ser cultural, organizacional, monetario, económico o de cualquier tipo, no debemos hablar de innovación.

Según el Manual de Oslo, “Innovación es un proceso por el que utilizando el conocimiento existente, o generándolo si fuera necesario, se crean productos (bienes o servicios) o procesos, que son nuevos para la empresa, o se mejoran los ya existentes, consiguiendo con ello tener éxito en el mercado”.

“En la innovación la generación de valor es la meta; si ésta no se logra, podrá hablarse de que se han realizado quizás actividades innovadoras, pero nunca de innovación. El cambio es la vía que permite conducir hacia ese valor añadido y el conocimiento es la base que permite concebir y llevar a buen término el cambio (Fundación Cotec, 2006)”.

Otras reflexiones sobre la innovación, sobre todo en las empresas, nos dicen lo siguiente:

“Un proceso mediante el cual las empresas generan productos y procesos nuevos o mejorados, ahorros de capital, reducción de costos o mejora de la calidad”

“La habilidad de manejar el conocimiento creativamente en respuesta a demandas del mercado”

“La forma más eficiente de que una empresa se diferencie de sus competidores y construya ventajas competitivas”

“Cuando una empresa produce un bien o un servicio, o usa un método o insumo que es nuevo para ella, hace un cambio técnico…..Su acción es una innovación”

Educar para la innovación

Podemos aseverar, entonces, que la innovación es deseable para un país como El Salvador, y que se está volviendo una necesidad básica para nosotros, sobre todo para asegurar la supervivencia y la competitividad en el entorno actual mundial.

La formación de recurso humano para la innovación, para la investigación, para la ciencia y la tecnología es uno de las deudas que tiene El Salvador para el mediano y largo plazo. Necesitamos más doctores y titulados en maestría en las áreas de ciencia y tecnología, y un mayor impulso a la investigación, para procurar la innovación desde la base de la ciencia y el conocimiento tecnológico.

También es importante la financiación, tanto la que viene del sector público como la que aporta el sector privado. Las iniciativas de incubación de empresas y estímulos a los innovadores y emprendedores, personales o institucionales, deben proliferar. Existen varios de estos programas, ya en marcha en nuestro país, que deben coordinar esfuerzos y trabajar en objetivos comunes.

La siguiente figura muestra la dinámica de estos factores y actores que deben ser impulsados en forma coordinada.

Innovación, formación e investigación
Innovación, formación e investigación

La innovación requiere de la formación (educación) y la investigación, y hay una clara interrelación entre estos procesos, que tiene en el centro la creación y propagación del conocimiento. La ciencia, la tecnología y la ingeniería son los conjuntos estructurados en torno a los que se realizan estos procesos.

Algunos pasos se han dado, otras iniciativas se mantienen aisladas, y otras más aun necesitan surgir. Pero más importante que el mapeo de estas acciones y actores, para países como el nuestro, con recursos contados, la palabra clave es coordinación.

3 comentarios sobre “La innovación como necesidad básica”

  1. Excelente entrada.

    Innovar debiera ser una necesidad importante, ojalá que la cultura del «siempre se ha hecho así» se pueda desarraigar de nuestras mentes.

    La innovación es indispensable para que evolucionemos como individuos, como familias y como pueblo.

    Ojalá que los educadores inculquen a los niños y a los menos niños, la importancia de dejar de flotar, de acomodarse a lo fácil, que sepan inculcarles el amor a la excelencia desde dentro, por propia convicción.

    Gracias Lito.

  2. Lito.

    1.- Muy buen artículo.

    2.- Ojalá que nuestras Instituciones de Educación Superior hagan énfasis en la Innovación.

    3.- Ojalá que a los estudiantes en los trabajos de investigación y proyección social de cátedra se le desarrolle el espíritu de la innovación paa producir valor agregado.

    4.- Y Pienso que este enfoque de lograr valor agregado a través de la innovación sea un acpecto que priorice CLARA.

    Te aprecia,

    Carlos Newton

  3. Estimado Lito : tu articulo es muy acertado para entender que la innovación es la llave para enfrentar el entorno tan cambiante y lograr mantener nuestras empresas avantes.
    Tienes idea de donde se esta aplicando la gestión del conocimiento en El Salvador?
    Saludos
    Jesus Dueñas

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