No cabe duda de que en la mente de una gran cantidad de seres humanos que lo utilizan a diario, Internet no es la compleja y completa herramienta tecnológica que comenzó a operar al final de la década de 1960. Para muchos, representa su principal fuente de comunicación, entretenimiento, consulta y conexión con el resto del mundo, el cercano y el lejano, sin importar ni conocer los aspectos tecnológicos que deben operar correctamente para que eso sea posible.

Esta percepción se debe a la posibilidad de acceder e interactuar por medio de Internet salvando solamente los aspectos tecnológicos y financieros relacionados con la red y el dispositivo para conectarse. No es necesario pedir permiso o licencia a alguna autoridad superior, nacional o internacional, ni para entrar ni para publicar lo que se desee, y no se espera recibir algún tipo de censura o impedimento para acceder la información buscada.

Para muchas personas, si bien la red de redes les facilita la búsqueda de información, la diversión y las relaciones personales, también ha significado algún inconveniente, molestia, problema más o menos serio, vergüenza y decepción, sobre todo por situaciones como la intrusión de virus, robo de contraseñas, desvío de fondos, publicación de textos, fotos, mensajes críticas, quejas, ofensas y comentarios sobre personas conocidas, organizaciones de las que se forma parte, o incluso de sí mismos.

A nivel de instituciones, empresas o aun gobiernos, el uso de Internet para difundir documentos, relación de acciones, juicios de valor, opiniones y otros componentes de información, real o falsa, a favor o en contra, se ha vuelto un tema importante de agenda, en algunos casos hasta parte de los temas de seguridad nacional y debate jurídico en tribunales civiles, comerciales y penales.

Con todo y los beneficios que se obtienen de Internet, entonces, los perjuicios que entidades poderosas, incluyendo gobiernos, grandes empresas transnacionales y otras organizaciones pueden también recibir por medio de la red, lleva a algunos actores relevantes en el mundo a mostrar interés en ejercer algún tipo de control sobre la gran red.

Internet nació y se mantiene libre ¿o no?

El desarrollo de Internet es curioso. Si bien el diseño de su tecnología principal es original y con gran capacidad de sobrevivir los bloqueos y obstáculos que pudieran sobrevenir a partir de un gran cataclismo, como una guerra nuclear, al principio sobre todo utilizaba los mismos medios de transporte que la telefonía, otra gran tecnología que permitió el inicio del acortamiento de distancias en la comunicación.

Cuando el tráfico por Internet era pequeño, porque eran muy pocos los usuarios, las empresas y organizaciones dedicadas a la telefonía le prestaban poca atención, y no existían propuestas de regulación, y menos de parte de estas instituciones, ocupadas como estaban en que los circuitos telefónicos y las llamadas nacionales e internacionales que viajaban por ellos funcionaran bien y generaran los ingresos que iban en crecimiento.

Así que Internet se empezó a organizar en torno a las comunidades técnicas, sobre todo académicas, alrededor del mundo, poniéndose de acuerdo sobre la gestión de los recursos fundamentales: nombres de dominio, direcciones IP y protocolos técnicos de comunicación e intercambio de datos.

Acostumbrados a mantener operando los sistemas y creaciones de la ingeniería, los técnicos también se han preocupado de la estabilidad, seguridad y continuidad del funcionamiento de Internet, por lo que, en general, estos aspectos no requieren supervisión adicional por parte de otras entidades. Para estas comunidades, formadas por personas de todo el mundo y de diversos sectores (academia, gobierno, empresa privada, sociedad civil) la prioridad es proveer el servicio abierta y libremente.

¿Por qué algunos hablan de control?

Las dudas surgen entonces cuando se incluye la valoración del contenido que circula en la red. Creencias políticas, religiosas, sociales, ideológicas, filosóficas, deportivas, mitológicas, sobre preferencias sexuales, derechos humanos, discriminación, y una larga lista de temas sobre los que los humanos hemos discrepado en toda la historia.

Estas diferencias de opinión y visión del mundo son ahora la razón última por la que, bajo la excusa de aplicación de principios moralistas, defensa de la seguridad nacional, protección de la niñez y juventud, preservación de la identidad nacional, y otras más, algunas entidades con poder buscan por un lado, frenar o bloquear la publicación, difusión y recepción de mensajes contrarios a sus principios, y por otro lado, se arrogan el derecho de investigar, allanar y conocer información y comunicaciones personales privadas.

Afortunadamente, la mayor parte de la humanidad que tiene acceso a Internet ha comprendido la importancia de mantener este medio libre de tales intromisiones, y ya hemos sido testigos, gracias a la misma Internet, de movimientos importantes en varios sitios en el mundo, que han movido regímenes gubernamentales y consiguen el apoyo de miles de personas en el planeta.

Esta experiencia de nivel planetario hace poco probable un control masivo importante del acceso a Internet, aunque no imposible. En diciembre de 2012 algunos países, entre ellos El Salvador, firmaron algunas modificaciones al reglamento internacional de telecomunicaciones en la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones) en las que se mencionan algunos aspectos relativos a Internet.

 

Es importante aclarar que lo firmado no establece ningún tipo de facultades para controlar Internet. Algunas delegaciones anticipan que, sin embargo, puede ser el primer paso para que, específicamente, los gobiernos de algunos países, en forma colegiada, intenten ejercer dicho control.

Si bien es importante estar atentos a esos desarrollos, también es relevante dar seguimiento a la evolución de la transición que la NTIA de Estados Unidos ha pedido a ICANN el 14 de marzo de 2014, en la que explícitamente se solicita que la administración de recursos en Internet se mantenga, como está, en la responsabilidad de instancias multipartitas (multistakeholder) y no en instituciones intergubernamentales.