Recientemente el gobierno de Estados Unidos ha lanzado una propuesta de política y legislación que aparentemente tiene buenos propósitos, pero que puede llegar a complicar y, posiblemente dañar en forma importante una de las características más apreciadas de la red redes: la unicidad.
Se trata de la iniciativa para una Red Limpia (Clean Network), en cuya presentación, se autodefine como “El programa Clean Network es el programa integral de la Administración Trump, enfocado en proteger la privacidad de nuestros ciudadanos y la información más sensible de las empresas, de intrusiones agresivas por parte de actores malignos, como el Partido Comunista Chino”.
Este programa comprende 5 iniciativas: Clean Carrier (operadores mayoritarios), Clean Store (almacenamiento), Clean Apps (aplicaciones), Clean Cloud (uso de la nube), Clean Cable (cables submarinos). La idea es prohibir que cualquier operador Chino, o de países no amigos de Estados Unidos, provean estos servicios.
Un riesgo inminente: La fragmentación de Internet
Iniciativas como ésta, juntos con otras que en algún momento han anunciado países poderosos como China y Rusia, se convierten en un riesgo para la Internet como la única red de redes que nos permite a los ciudadanos del mundo comunicarnos, hacer negocios e intercambiar ideas, ciencia, cultura, bienes y servicios, y más, con cualquier otra persona en el planeta.
Introducir en el sistema de Internet cualquier tipo de separación entre redes atenta directamente contra el principio de una sola red para un solo mundo. Internet Society lo expresa en un comunicado reciente: “Internet es una red global de redes, donde las redes se interconectan de forma voluntaria sin una autoridad central. Es esta arquitectura la que ha hecho que Internet tenga tanto éxito. El anuncio del programa Clean Network desafía esta arquitectura en su esencia”.
Continúa el comunicado de ISOC: “Que un gobierno dicte cómo las redes se interconectan de acuerdo con consideraciones políticas en lugar de consideraciones técnicas, es contrario a la idea misma de Internet. Estas intervenciones tendrán un impacto significativo en la agilidad, resistencia y flexibilidad de Internet”.
La fragmentación de Internet ha sido, desde hace algunos años, un riesgo inminente, debido exclusivamente a razones de índole política, donde los líderes de algunas naciones, en su visión egocéntrica, ven la creación de su propia Internet como algo que sirve su autonomía y les permite ejercer un control más directo y activo en lo que circula por la red, que nació abierta e inclusiva.
El cierre de la expresión del documento de ISOC es lacónico: “Si este enfoque se extendiera aún más, la capacidad de Internet para brindar los beneficios más amplios de la colaboración, el alcance global y el crecimiento económico se verá seriamente amenazada”. Lo que se perdería sería más relevante que lo positivo que se puede generar de medidas como ésta.