Jwebes de Apps arranca en El Salvador

Uno de los valores más apreciados y reconocidos en todo el desarrollo de muchas aplicaciones, sistemas operativos, programas de computadoras y software de negocios y entretenimiento es el compartir. Esto se volvió más evidente y, sobre todo, alcanzó a todo el mundo, con el advenimiento de Internet.

Miles y miles de programas, rutinas, algoritmos, manuales, documentos de especificaciones, portafolios de diseño y código de lenguajes de programación, para todos los dispositivos, pasados y actuales, de cualquier tamaño, potencia y procedencia, se encuentran en la red como una forma de colaboración desinteresada por parte de sus creadores.

¿Desinteresada? Quizá no tanto. Las personas que regalan su tiempo y lo donan al mundo, en la forma de productos desarrollados y amparados bajo licencias de Creative Commons, GPL (General Public License) u otras formas de garantizar las libertades de uso, copia, modificación y distribución de la creación, lo hacen movidos por el interés de hacer avanzar la ciencia y el conocimiento.

Bajo estos principios de colaboración y aporte de las experiencias y el conocimiento, a partir de la iniciativa de un grupo de desarrolladores de aplicaciones salvadoreños, y con la colaboración de La Casa Tomada, del Centro Cultural de España, han dado inicio los Jwebes de Apps en El Salvador.

Sesiones para aprender y compartir

Las charlas están abiertas para todo público, y de la misma forma, se espera que quienes deseen presentar un tema de índole técnica se comuniquen con los organizadores para proponer y establecer la fecha, un día jueves, en la que se lleve a cabo dicha presentación.

Los temas con los que ha iniciado esta iniciativa tienen que ver con el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles que utilizan sistemas operativos como iOS y Android, por ejemplo. El intercambio de experiencias entre programadores, desarrolladores y diseñadores de estos aplicativos hace posible que los que van iniciando en este campo conozcan de primera mano acerca de los errores, los atajos, las posibilidades y alcances de cada entorno de desarrollo y de cada plataforma móvil.

De esta forma, quizá un poco más adelante, será posible llegar a plantear proyectos más ambiciosos, de mayor alcance, complejidad y elaboración, que puedan ser desarrollados por un grupo de personas no necesariamente reunidas en una misma empresa o institución, además de los tradicionales productos hechos por innovadores individuales.

Un mercado mundial competitivo

La cantidad de usuarios de dispositivos móviles en el mundo continúa creciendo de forma exponencial. El caso de nuestro país, con más del 100% de cobertura, donde hay más teléfonos celulares que personas, no es extraño alrededor del planeta, y ese solo hecho hace evidente que el de las aplicaciones para móviles es un mercado en pleno crecimiento.

La gran ventaja de este mercado es que no se necesita viajar o tener contactos de negocio en todos los países. A veces es posible llegar a tener éxito sin siquiera establecer una empresa formal o abrir sucursales en el extranjero o firmar acuerdos de distribución con muchas organizaciones. Las ventas de aplicaciones con precios de $0.99 o de menos de $10, vía los canales de distribución más populares en Internet hacen posible que la generación de ingresos por volumen compense la estrategia de mercadeo de los precios bajos.

Hay un requerimiento importante, sin embargo, que debe ser satisfecho por los que desean ingresar a ese promisorio mercado mundial. Los desarrollos deben cumplir con los niveles de exigencia y calidad que los usuarios demandan a nivel global. Si una aplicación no es todo lo eficiente, robusta y funcional que debe ser, tal como lo esperan los consumidores, será difícil que logre sobrepasar las ventas iniciales y, lo que es peor, el nombre del productor asociado a la misma quedará señalado como indigno de confianza, dejando también al país de origen con malos antecedentes en el mercado general.

La competitividad a nivel mundial viene establecida, sobre todo, por los estándares de calidad que se siguen, respetan y cumplen. Más que una interfaz atractiva, facilidad de uso y funcionalidad eficiente, todos requisitos importantes, el consumidor mundial espera cumplimiento de estándares y desarrollos de calidad, y lo requiere a precios bajos y con soporte técnico adecuado.

El apoyo mutuo y la reflexión en base a experiencias de propios y extraños pueden ser la base para desarrollar una verdadera industria nacional de desarrollo, producción y mercadeo de aplicaciones para móviles. Si hay acompañamiento de entidades públicas, internacionales, organizaciones de la sociedad civil o empresas interesadas en el tema será una ganancia adicional para estos potenciales empresarios, pero no podrán sustituir ni soslayar las exigencias globales de calidad.

De ahí la relevancia que tienen iniciativas como la de los Jwebes de Apps en la Casa Tomada. La próxima cita es el jueves 25 de julio, a partir de las 6 pm. Toda aquella persona, profesional, estudiantes, catedrático, funcionario público o empresario, interesado en hacer avanzar una potencial industria de aplicaciones móviles en El Salvador, hará bien en acercarse a estos eventos para conocer de primera mano las experiencias y, más que nada, a sus autores.

 

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