Nos ha correspondido vivir una época muy especial. Esto es así, sobre todo en cuanto a la velocidad de transformación de mucho de lo que nos rodea, de lo que nos facilita el trabajo y la vida, así como de la propia cultura y forma de hacer las cosas. La mediación tecnológica de muchas de las actividades intelectuales, industriales, comerciales, académicas, sociales, artísticas e incluso filosóficas que realizamos, mantiene una influencia particular en la manera en que apreciamos la realidad y actuamos sobre ella.
Como la mayor parte de avances de la humanidad, el conjunto de sucesos, descubrimientos, iniciativas, empresas, productos y servicios que nos ayudan a identificar lo que colectivamente llamamos la sociedad del conocimiento, pueden proporcionarnos importantes elementos de reflexión e inspiración.
A partir de la narración, el estudio y análisis de los más importantes avances tecnológicos que nos han traído a la actual era digital, el autor Walter Isaacson, en su libro “Los Innovadores”, recapitula algunos de los principales eventos, personas y emprendimientos que nos han hecho posible llegar hasta donde estamos en este momento, considerando estos veloces cambios motivados por la tecnología.
El libro recorre desde los primeros pensamientos sobre las máquinas que podrían realizar cálculos, desarrollados por Charles Babbage y su máquina analítica, y acompañados por Lady Ada Lovelace, pasando por la invención, construcción y desarrollo de la computadora, el proceso de programación de las mismas, la concepción del transistor, la creación del microcircuito integrado, el desarrollo de los videojuegos, la formación de la red de redes Internet, el advenimiento de la computadora personal, el surgimiento del software, el salto a las comunicaciones en línea, la concepción de la web, concluyendo con las reflexiones, aun válidas, de Lady Lovelace.
Construcción de equipos ganadores
Como parte de las reflexiones del autor, a la luz de esta historia de menos de 200 años, se pueden identificar tres formas en que los equipos de trabajo que lograron resultados han sido ensamblados y puestos a trabajar en conjunto.
1. Financiamiento y coordinación del gobierno
Las primeras computadoras, Colossus y ENIAC, así como la primera “versión” de Internet, llamada ARPANET, fueron desarrolladas gracias al financiamiento y la organización de equipos de trabajo realizados por el gobierno, en este caso, de los Estados Unidos. En ese país, sobre todo a partir de 1950, bajo el presidente Eisenhower, existía mucho consenso acerca de que es el gobierno el que debe tomar a su cargo proyectos como el programa espacial y el sistema de carreteras interestatales, que buscan el beneficio de la comunidad.
2. Empresas privadas
Otros equipos exitosos, tales como los que se formaron en Laboratorios Bell o en las instalaciones de PARC de Xerox, así como en nuevas empresas como Texas Instruments e Intel, Atari y Google, Microsoft y Apple, fueron reunidos por medio de iniciativas completamente privadas y con fines de generar riquezas particulares. Una idea principal acá es la protección y confidencialidad de las ideas y desarrollos intelectuales. El atractivo financiero funciona tanto para reclutar y mantener personas talentosas dentro de la organización, como para atraer inversionistas privados e inyecciones de capital importantes. Este esquema ha producido avances clave en los transistores, semiconductores, computadoras, teléfonos, dispositivos y servicios web, por ejemplo.
3. Producción entre colegas por el bien común
Una tercera forma de producir cambios tecnológicos ha surgido, además de las desarrolladas por gobiernos y las empresas privadas, cuando se produce la colaboración entre pares y homólogos teniendo como motivación fundamental la búsqueda del bien común, sin esperar mucho en retorno. La misma Internet ha sido desarrollada en buena medida usando este esquema, donde los profesionales de varias disciplinas aportan su experiencia, ideas, diseños y productos terminados o semi-acabados para que la comunidad continúe su desarrollo. Algunos ejemplos exitosos de este modelo son Wikipedia, los navegadores web, software libre y abierto, como OpenOffice, GNU, Firefox, y Linux, en los que la motivación principal de contribuir no es financiera.
Lo importante es hacerlo
En países como el nuestro, lo mejor es intentar una combinación de estas modalidades, ya que nuestros gobiernos no cuentan con fondos suficientes o, puesto de otra forma, no consideran estos temas una prioridad dentro de sus planes de trabajo y, por tanto, no les asignan recursos. Sin embargo, pueden ser facilitadores de otros aspectos también relevantes, como la producción de leyes, políticas públicas y programas de fomento.
Las empresas privadas siempre tendrán un papel importante en el progreso de estas ideas, siempre y cuando consideren importante destinar parte de sus ganancias a la investigación y desarrollo de nuevos productos o servicios, aun con el riesgo de no conseguir la recuperación de esta inversión.
La colaboración entre pares ha comenzado a surgir, poco a poco, gracias a una conciencia social mayor entre aquéllos que conocen y dominan la tecnología. Este es un fenómeno menos fácil de identificar y, sobre todo, de dar impulso, fomento y sostenimiento, ya que implica la donación de tiempo personal y profesional, en adición al tiempo que todos dedicamos a las actividades que generan nuestro ingreso familiar, así como al tiempo que dedicamos a nuestras familias y actividades de entretenimiento personal, igualmente necesario.