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¿Papel o pantalla? Del papiro a la tinta electrónica

No está claro que sea un tema generacional. Tampoco está motivado por la protección a los árboles que se usan para producir papel, aunque está claro que podría tener un efecto en la tasa de deforestación mundial. Ni siquiera el atractivo tan contemporáneo de la miniaturización de dispositivos es un factor realmente decisivo. Se trata más bien de hábitos, cultura y gusto personal lo que incide en el medio que se selecciona para desarrollar la lectura.

Con los avances en el diseño y tecnología empleada en los lectores electrónicos más recientes, la alternativa digital a los libros, revistas y publicaciones en papel comienza a ser un contendiente más digno de consideración que hace unos pocos años atrás.

A partir de la necesidad de los humanos de almacenar registros y anotaciones que perduraran en el tiempo, primero los egipcios con sus papiros, y posteriormente los chinos con la invención del papel en el año 105 de nuestra era, la humanidad logró desarrollar y perfeccionar la tecnología para contar con un medio físico en el que fuera posible escribir, guardar, transportar, y leer todo tipo de mensajes, frases, pensamientos, descubrimientos, experimentos, fantasías e historias.

Papiro egipcio: planta y proceso de elaboración
Papiro egipcio: planta y proceso de elaboración. Foto del autor.

La importancia del papel para el avance de la humanidad se vio incrementada exponencialmente gracias a la invención de la imprenta, que además de hacer crecer la demanda por el papel, difundió aun más el uso de los libros y los documentos impresos. Paulatinamente, muchas más personas en el mundo se encontraron con la posibilidad de conocer y aprender más, por medio de la lectura. La habilidad de leer y escribir, al menos en el idioma materno de cualquier ser humano, es considerada hoy en día como un derecho y una fortaleza fundamental para cualquier nación que busque mejorar sus niveles de vida.

Percepciones, ventajas y desventajas

Con el surgimiento de la computadora, y sobre todo con el desarrollo de la computadora personal y los sistemas de almacenamiento masivo y despliegue en pantallas, grandes y pequeñas, mono y multicromáticas, se planteó la facilidad de contar con grandes cantidades de información en formato digital. Esta cantidad y variedad de información escrita podría ser presentada para la lectura del ser humano por medio de la iluminación selectiva de pequeños elementos visuales, llamados pixeles, en los monitores convencionales.

Al principio en forma silenciosa y sin mayor aspaviento, empezó a presentarse la disyuntiva de leer en papel o en pantallas digitalizadas, una creciente variedad de piezas de información. Desde los programas de computadora, los manuales de usuario y de instrucciones para dispositivos, hasta las lecturas tradicionales de novelas, cuentos, y publicaciones periódicas, todas fueron trasladadas, con mayor o menor éxito, a un formato digital.

Hasta hace relativamente poco, sin embargo, y aun en la actualidad, hay argumentos a favor y en contra de los dispositivos electrónicos como medios de lectura, alternativos al tan querido papel.

“La pantalla brilla mucho, y me cansa los ojos al pasar mucho tiempo frente a ella”

“No puedo llevar cómodamente la pantalla a cualquier lado”

“No puedo marcar mi lectura, subrayar pasajes o hacer anotaciones al margen”

“Me gusta el olor del papel, sobre todo cuando el libro está nuevo”

“El libro cabe en cualquier pequeño espacio para transportarlo”

La respuesta: los “e-readers” y la tinta electrónica

Después de algunos intentos iniciales infructuosos, parece ser que los recientes desarrollos tecnológicos están logrando dar respuestas satisfactorias a un buen número de usuarios, de forma que los libros electrónicos (“e-books”) han incrementado sus ventas, así como las alternativas de proveedores, y la cantidad de seguidores de los mismos.

La batalla de los “e-readers”, los dispositivos electrónicos diseñados expresamente para contener y presentar para su lectura los títulos de libros y otras publicaciones, tradicionalmente impresos solamente en papel, está arreciando cada vez más.

Uno de los factores más importantes en esta nueva “batalla” es la invención de la tinta electrónica. Usando una analogía sencilla, la tinta electrónica consiste en unas pelotitas que son blancas de un lado y negras del otro. Según sea la letra que se desea presentar en la pantalla del lector electrónico, unas pelotitas estarán del lado blanco y otras del lado negro. Cuáles están de un lado y cuáles del otro es una configuración que es determinada por la carga electromagnética que se envía a los electrodos que rodean y controlan cada pelotita.

Algunas ventajas señaladas por usuarios y fabricantes son:

– La pantalla no presenta brillo propio que cansa la vista. De hecho, los lectores electrónicos necesitan una fuente de luz externa para ser visualizados, de igual forma que un libro de papel.

– El consumo de energía es muy bajo, pues prácticamente lo requieren solamente para “pasar la página”.

– Pueden contener cientos o miles de libros, simultáneamente.

– Se pueden hacer anotaciones, marcas y señales en cualquier parte del texto.

– El tamaño de la letra puede ser ajustado a la necesidad de cada persona (por si se olvidaron los lentes).

– El peso es menor que muchos libros tradicionales.

– No se consumen árboles para fabricar el papel en que son impresos.

– Los títulos de libros pueden ser descargados de Internet u otras fuentes digitales. Algunos títulos son gratuitos.

– No se rompe el papel ni se deteriora ni se mancha. Por supuesto, el aparato puede dañarse eventualmente y en ese caso, se perderán todos los títulos contenidos en ese dispositivo.

Quizá lo que hará falta es embotellar el aroma del papel, y acompañar un frasco de este aroma en la venta de cada lector electrónico.

Versatilidad de uso

La tecnología de la tinta electrónica y los lectores electrónicos puede tener más fanáticos y muchos más usos en el futuro cercano.

Por ejemplo, así como ya se está probando en el país los computadores de OLPC, también podría ser posible contar con unos lectores electrónicos, precargados con todos los títulos de libros que los niños y niñas requieren para su educación, desde primer grado hasta su último nivel de bachillerato, además de las lecturas recomendadas y establecidas en el currículo, de autores nacionales y extranjeros, así como acerca de valores y otros temas importantes para su formación.

A los maestros y directores de centros educativos tampoco les vendría mal poder contar con un “e-reader” que contenga todos los libros de texto que pueden utilizar, así como títulos en pedagogía y en algunos otros temas que el Ministerio de Educación podría establecer como parte del acervo que todo docente debe conocer.

Los precios actuales y los ahorros por compra de volumen, harían sumamente interesante un planteamiento como el anterior, una vez salvados los temas de derechos de autor, además de empezar a acostumbrar a nuestros jóvenes y a nuestros profesores y profesoras a estos dispositivos, sin mencionar los ahorros en papel y árboles talados que podríamos tener.

Formación en línea para el ciudadano

Es interesante confirmar la relación que hay entre los avances tecnológicos y los cambios culturales en la sociedad. Las formas en que nos comunicamos, las palabras que usamos, las maneras en que realizamos nuestras tareas, los mecanismos y dispositivos que utilizamos para aprender, por ejemplo, han venido cambiando en los últimos años, motivado en buena parte por la inclusión de las tecnologías en esas actividades.

Actores clave en dirigir y motivar estos cambios son las empresas, las entidades educativas, y las instituciones gubernamentales, pues al modificar los procedimientos y las formas en que se comunican e interactúan con sus clientes y usuarios para resolver las transacciones que les competen, marcan el paso del desarrollo de la población a la que sirven.

A su vez, estas organizaciones privadas, académicas y públicas se mueven según lo determine su nivel de creatividad. Una parte del proceso de innovación que ocurre en las organizaciones se basa en conocer, estudiar y asimilar una realización tecnológica (dispositivo, procedimiento, paradigma), y luego buscar ponerla al servicio de los fines de la misma empresa o institución.

Por otro lado, también es posible reconocer una tendencia al traslape de funciones y áreas de acción de las profesiones y disciplinas. Esto es propiciado por la facilidad de uso (a veces llamada “usablidad”) de los dispositivos tecnológicos, y la estrategia de los fabricantes de ampliar mercados haciendo que los utensilios y aplicativos sean accesibles por una gran cantidad de personas. En particular, gracias a las herramientas tecnológicas accesibles en la actualidad, las empresas e instituciones gubernamentales pueden establecer programas de educación y formación para sus clientes y para los ciudadanos en general, en temas específicos, prácticos, coyunturales y/o estratégicos que sean de su interés y beneficio.

Educación continua para todos

Para el caso del gobierno, la Nueva Gestión Pública, que entre otras cosas, busca transformar al Estado de servicio a un Estado que faculta al ciudadano, entiende de esta forma el gobierno centrado en el ciudadano. En este esquema, es importante contar con un ciudadano formado e informado, y un Estado que faculte a sus funcionarios, a sus instituciones y a sus pobladores, de forma que la interacción entre los distintos actores produzca los resultados esperados, en forma eficiente y eficaz.

En este punto, la incorporación de las plataformas y herramientas para la educación en línea a través de Internet como un componente poco convencional del gobierno electrónico, puede resultar un aporte relevante para lograr la formación continua y permanente del público meta de cada institución, así como de sus propios empleados.

De acuerdo a Leopoldo Díaz-Moure, en un trabajo presentado en el panel La formación online como instrumento de profesionalización de la función pública latinoamericana” en el XIV Congreso de CLAD (Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo), el uso de Internet en la función educativa puede mostrar algunas fases, en forma progresiva.

Los “pininos” salvadoreños

Esta forma de aprovechar Internet ha comenzado a aparecer en nuestro ciberespacio. Por supuesto, las universidades y otras entidades y empresas dedicadas a la educación hacen uso de estas plataformas desde hace ya algunos años, pero su utilización en el sector público, y en algunas gremiales, es un poco más novedoso.

El Consejo Nacional de la Judicatura, a través de su Escuela de Capacitación Judicial “Dr. Arturo Zeledón Castrillo”, ha incursionado recientemente en esta modalidad, a través de su Campus Virtual, en la que ofrece los siguientes cursos en línea, utilizando la plataforma de software libre y código abierto Moodle:

– Derecho penal: Innovaciones en el nuevo código procesal penal

– Derecho privado: Principales instituciones del nuevo proceso civil y mercantil

– Derecho de familia: Ley de protección integral para la niñez y adolescencia (LEPINA) Aspectos fundamentales

Otro ejemplo es el Programa de Educación Financiera, auspiciado por el Banco Central de Reserva, la Superintendencia del Sistema Financiero, la Superintendencia de Valores, la Superintendencia de Pensiones, el Instituto de Garantía de Depósitos y la Defensoría del Consumidor. Este programa tiene como objetivo “Fortalecer la comprensión de usuarios e inversionistas, actuales y potenciales, sobre los beneficios, costos y riesgos de los servicios financieros para tomar decisiones informadas que permitan mejorar el bienestar y calidad de vida”.

En este sitio se desarrollan, en forma didáctica, temas comprendidos dentro de las grandes áreas de Ahorro, Crédito, Mercado de valores, Cultura previsional, Seguros, Medios de pago, Especies monetarias, Seguro de depósitos, Lavado de dinero, y una sección especial sobre Finanzas para niños. Aunque hay algunos videos, la mayor parte de los materiales contenidos en este sitio están publicados en formato PDF, y como tal, pueden leerse en línea o ser descargados a la propia computadora.

En la sección para niños, hay material especialmente diseñado para ellos, incluyendo cuentos, rompecabezas, juegos, y otras formas pedagógicas para los pequeños. Por ejemplo, los pequeños pueden armar interactivamente un rompecabezas de 3 niveles de dificultad, de los billetes de distintas denominaciones, usando el ratón y las flechas del cursor.

Siempre en el tema financiero, la Asociación Bancaria Salvadoreña, ABANSA, ha habilitado un sitio de formación a distancia, llamado “Maneja Tu Dinero”, en el que, también a través de una plataforma educativa Moodle, cualquier persona puede registrarse y atender al curso “El manejo efectivo de tu dinero”.

Un gran potencial, totalmente realizable

Muchas instituciones de gobierno, centrales, autónomas y de municipalidades, adscritas a los tres poderes del Estado, así como una buena cantidad de empresas privadas, asociaciones gremiales y de profesionales, cámaras, y otras organizaciones no gubernamentales, tienen una gran oportunidad de formar a sus principales usuarios y al público en general, en forma permanente, con inversiones financieras relativamente menores, haciendo uso de las tecnologías de información y comunicaciones.

Para concretar esta oportunidad, se debe trabajar al menos en los siguientes aspectos, de forma sistemática, estratégica y coordinada:

1) Desarrollo de competencias de alfabetismo digital en todos los ciudadanos y clientes, con la finalidad de que los usuarios sepan utilizar las herramientas que les permitirán crear, administrar y/o aprovechar sus propios espacios de aprendizaje permanente. Esta es una necesidad transversal de cualquier comunidad que se encamine hacia la sociedad de la información y el conocimiento.

2) Diseminación y facilitación de conectividad, centros de acceso público y dispositivos de interacción con Internet en todas las poblaciones, urbanas y rurales, independientemente de su ubicación, con énfasis en las ciudades de menor desarrollo humano.

3) Desarrollo de habilidades, competencias y conocimientos en los tutores digitales, de forma que los facilitadotes e instructores de las diversas temáticas que se enseñarán a distancia, puedan diseñar entornos de aprendizaje abiertos que permita a los aprendices seguir desarrollando sus competencias digitales, comunicarse con sus compañeros e intercambiar conocimiento.

4) Instalación y configuración de las plataformas expresamente diseñadas para la educación en línea, como por ejemplo, Moodle, que es ampliamente utilizada en el país y en el mundo (hemos citado dos ejemplos de acceso público), con la ventaja de no tener costo de adquisición. Es recomendable establecer en el gobierno esta plataforma como un estándar para la formación en línea, y desarrollar, tanto dentro como fuera del aparato gubernamental, equipos humanos de soporte y apoyo técnico, que se conviertan en expertos técnicos en todas las potencialidades de Moodle.

Acceso, utilización y conocimiento: midiendo la Sociedad de la Información

La Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por sus siglas en inglés), en su rol como la agencia de Naciones Unidas para todos los temas de Información y Comunicación, acaba de publicar el estudio “Medición de la Sociedad de la Información 2010”.

En esta edición, que abarca 159 países, la UIT revisa el Índice de Desarrollo de las TIC (ICT Development Index, IDI) y el Índice de Precios de las TIC, analiza algunas tendencias regionales y mundiales, y examina la evolución de la brecha digital mundial entre 2002 y 2008. Por ejemplo, uno de los temas en que profundiza es el del “milagro móvil”, que simboliza el alto incremento en uso de telefonía móvil y conectividad a banda ancha móvil que se ha dado en el mundo.

Aunque no es el único estudio de esta naturaleza que se publica en forma sistemática (el Foro Económico Mundial hace lo propio), siempre es importante ampliar el horizonte de análisis, contar con la mayor cantidad de información posible, y conocer lo que otros estados y regiones están llevando a cabo en las áreas de desarrollo de la utilización productiva de las herramientas construidas en el mundo digital.

Cuando se habla de índices, indicadores, rankings y evolución, es importante no reducir los enfoques a criterios aislados. Hace años se ha reconocido la necesidad de abordar distintos frentes de trabajo, en forma simultánea y coordinada, para hacer avanzar a cualquier país en los temas relativos a la sociedad del conocimiento. Esto se halla reflejado en las propuestas de UNESCO, CEPAL, BID, BM, así como en los planes estratégicos de varios países, incluyendo el Programa ePaís de El Salvador.

Las mediciones que instituciones globales como la UIT realizan sirven como una referencia para determinar el impacto que las políticas públicas, los proyectos y las acciones de varios sectores de la sociedad tienen en la propagación de los efectos y competencias necesarias para apoyar el desarrollo nacional por esta vía.

El Índice de Desarrollo de las TIC (IDI)

El índice propuesto por la UIT consta de 3 subíndices y 11 indicadores, de naturaleza más cuantitativa que cualitativa (lo que puede ser discutible, pero que sin duda aporta igualmente información valiosa).

El reconocimiento de que las TIC pueden ser un facilitador del desarrollo si se aplican y se usan apropiadamente, es fundamental a los países que están avanzando hacia sociedades del conocimiento. El proceso de desarrollo de las TIC, y la transformación de un país para convertirse en una sociedad de la información pueden ser descritos mediante un modelo de tres etapas:

Etapa 1: preparación para las TIC (nivel de infraestructura de red y de acceso a las TIC)

Etapa 2: intensidad de las TIC (nivel de uso de de las TIC en la sociedad)

Etapa 3: impacto de las TIC (resultado de la utilización eficiente y eficaz de las TIC)

Moverse a través de estas tres fases depende de la combinación de tres componentes: la infraestructura de TIC / de acceso (etapa 1), la intensidad de las TIC / uso (etapa 2), y las habilidades en TIC. En consecuencia, las primeras dos etapas se encuentran en los primeros dos componentes del IDI. Llegar a la tercera etapa, y maximizar el impacto de las TIC, depende de manera crucial del tercer componente: las competencias.


De hecho, las competencias personales en TIC determinan el uso efectivo que se hecho de las TIC y son esenciales para maximizar el potencial de de impacto de las TIC en el desarrollo socio-económico. El crecimiento económico y el desarrollo se mantendrá por debajo de su potencial si las economías no son capaces de explotar las nuevos tecnologías y la realización de sus beneficios.

Con base en este marco conceptual, el índice se divide en los siguientes tres subíndices:


Subíndice de acceso: mide la preparación para las TIC, e incluye 5 indicadores de infraestructura y acceso (telefonía fija, telefonía móvil, ancho de banda internacional, hogares con computadoras y hogares con Internet). Tiene un peso de 40% en el IDI.


Subíndice de uso: capta la intensidad de uso de las TIC e incluye 3 indicadores (usuarios de Internet, banda ancha fija y banda ancha móvil). Tiene un peso de 40% en el IDI.

Subíndice de habilidades: reporta la capacidad o habilidades TIC como e incluye 3 indicadores (alfabetización de adultos, escolarización secundaria y terciaria en cifras brutas). Tiene un peso de 20% en el IDI.

Resultados para Centroamérica

El siguiente gráfico, elaborado a partir de los datos que presenta el estudio en mención para los países de la región centroamericana, muestra que durante 2007 y 2008 los seis países del área lograron incrementar levemente sus índices, de acuerdo a esta medición.

Esa es una buena noticia, aunque sin duda no es suficiente. La tendencia a mejorar de estos seis países es prácticamente inercial, y casi llevados por la tendencia “natural” de lo que las instituciones, empresas y personas hacen en esa calidad. Guatemala mostró el mayor incremento en el valor de su índice y Nicaragua reflejó el menor incremento absoluto de la región.

Visto en el conjunto mundial, lo que podría habernos causado una alegría, se revela como lo que es: un descuido y una diferencia con lo que están haciendo, en forma explícita otros países. La siguiente gráfica muestra la evolución en esos años de la posición en el ranking mundial, de acuerdo al mismo índice en análisis.

Puesto que es un ranking, es mejor tener un valor bajo (cercano al 1) que uno alto. En ese caso, todos los países de Centroamérica, excepto Panamá, experimentaron un deterioro en su posición relativa en el entorno mundial. Analizado así, el país con el mayor decremento en su ubicación fue El Salvador. Esto significa que, aunque sea verdad que hayamos mejorado algunos aspectos de nuestra particular sociedad de la información y el conocimiento, también es cierto que los demás países del mundo hicieron aun más, y lograron mejorar en mayor medida que nosotros.

Como en muchos casos, si no hay un propósito explícito de todos los sectores de modificar la realidad del acceso, utilización y conocimiento de las mejores formas de aprovechar los beneficios que se pueden lograr por medio de las TIC, no será posible remontar esos indicadores, los índices y las posiciones relativas y, lo que es peor aun, la inercia y el momentum “natural” tenderá a irse amortiguando, y nuestra brecha digital será aun mayor.

Estrategia nacional en una cápsula 3 x 15

En la entrada anterior hablamos del documento que la UNESCO ha preparado y publicado, recopilando los lineamientos generales que los estados podrían seguir, como una lista de verificación, para diseñar y establecer políticas nacionales en los temas relacionados con la sociedad del conocimiento, y que se puede encontrar en una Plantilla para la formulación de Políticas Nacionales de Sociedad de la Información.

Es un documento pragmático, puesto que sintetiza los grandes aspectos que una política de estado en los temas de sociedad de información debería contener, definiendo 3 grandes objetivos, y asociando a éstos una cantidad de áreas de acción, dentro de las cuales se pueden definir proyectos, iniciativas y acciones concretas, que pueden variar en cada país, y que pueden ser conducidas por diversos actores de la sociedad, de cualquiera de los sectores de la vida nacional.

Al leer las áreas de acción, todos podemos pensar en proyectos que se han realizado, o al menos iniciado, en nuestro país, que podrían ser clasificados en alguna de las áreas. La tarea más importante no es la definición de esas ideas, sino la concreción, el apoyo político y financiero y, sobre todo, la continuidad de estos esfuerzos.

A continuación el esquema del Alcance Básico de una Política Nacional de la Sociedad de la Información, de acuerdo a esta publicación.

3 objetivos y 15 áreas de acción

Objetivo 1: Democratizar el acceso

Para poner al alcance de todas las personas, los medios de acceso y uso de la información y tecnologías de información y comunicación, garantizar el disfrute de los derechos de los ciudadanos, el fomento de la educación, el desarrollo local, la erradicación de la pobreza, la equidad de género, la inclusión digital, el acceso universal público, la transparencia y eficiencia, y la gobernanza participativa.

Bajo este objetivo, UNESCO identifica 10 áreas de acción:

Áreas de acción

Descripción

Infraestructura de comunicaciones e información

Proporcionar y desarrollar el acceso físico a la infraestructura de información y comunicación a través de planes y modelos sostenibles. Considerar diversas alternativas tecnológicas (cable e inalámbrico) tales como banda ancha, “Wimax”, “bluetooth”, y otros.

Acceso a información

Garantizar un acceso amplio a la información de la administración pública y otros sectores sociales del Estado, y acerca del patrimonio cultural, histórico, científico y educativo a través de diferentes medios y formatos.

Costos accesibles

Garantizar costos bajo para acceder a las tecnologías de información y comunicación para todos los grupos sociales, especialmente los más vulnerables, a través de incentivos para la competencia, y mediante la regulación. Los gobiernos pueden ayudar a reducir los costos de acceso a las TIC mediante la inversión en infraestructura de información y comunicación. Participar activamente en la creación de capacidades de banda ancha por medio de redes troncales regionales.

Sistemas nacionales de información

Facilitar y generar sistemas para recopilar, ordenar, almacenar y difundir
información acerca de diferentes disciplinas tales como la estadística, la cartografía, la meteorología geoespacial, la ciencia y la tecnología, entre otras, y diferentes sectores, como agricultura, pesca, educación, salud bovina, etc.

Aplicaciones y software

Promover y fomentar el desarrollo de aplicaciones y software para satisfacer
las demandas nacionales con parámetros altos de calidad, eficacia, accesibilidad e interoperabilidad, especialmente en los ámbitos de educación, salud, gobernabilidad, gestión ambiental, justicia y otros.

Bibliotecas públicas y fortalecimiento de la lectura

Garantizar el desarrollo y la creación de bibliotecas, tanto digitales como
convencionales, la promoción de la lectura y el valor de los libros mediante el fomento de producción y distribución a través de planes nacionales de lectura.

Difusión de información científica y tecnológica

Reforzar los organismos públicos que trabajan en ciencia y tecnología y promover la producción y difusión de información científica y técnica.

Puntos públicos de acceso

Alentar el establecimiento de varios puntos comunitarios multi funcionales de acceso público, de forma sostenible, en lugares próximos a las bibliotecas, oficinas de correos, archivos y museos, escuelas y otros similares, para facilitar el acceso equitativo a la información, y a la tecnología de información y comunicación, de forma que puedan llegar a ser generadores de contenido, especialmente en las zonas rurales y urbano marginales.

Preservación de la información

Promover acciones para preservar y conservar registros y documentos en cualquier formato, generando fondos patrimoniales de información. Esto incluye bienes intangibles del patrimonio cultural y la identidad cultural de los pueblos, lo que refuerza su diversidad.

Acceso universal

Lograr el uso más extendido posible por parte del público de las tecnologías de la información y la comunicación. El acceso / servicio universal implica seguir un proceso de cinco etapas: a) El establecimiento de la red de telecomunicaciones b) Ampliar el alcance de la red c) Ampliación a un mercado masivo d) Expansión de la red completa e) Prestación de servicios

Objetivo 2: Desarrollar las capacidades

Para crear, apoyar y promover estrategias, herramientas y metodologías para generar capacidades y habilidades para utilizar la información y las tecnologías de la comunicación en todos los sectores y grupos sociales, en todos los niveles de la educación formal e informal, también la difusión de las posibilidades que ofrecen los diferentes modelos de gestión de la información. En particular, para crear capacidad de investigación y de innovación tecnológica, orientados hacia la generación de conocimiento de uno mismo, y para generar contenidos nacionales por parte de las instituciones públicas y contenidos locales por parte de diferentes grupos sociales.

En este caso, las acciones se pueden agrupar bajo 4 áreas:

Áreas de acción

Descripción

Contenido nacional

Generar capacidades para que las instituciones públicas puedan producir importantes contenidos para el desarrollo nacional y promover la creación de capacidad en la ciudadanía para que los ciudadanos también puedan producir para su propio desarrollo.

Alfabetismo digital

Estructurar los planes nacionales de enseñanza sobre el uso de la información y las tecnologías de información y comunicación, en todos los niveles de educación formal e informal. Incluir metodologías y herramientas específicas para los grupos con necesidades especiales. La capacitación debe estar orientada a fomentar la equidad entre géneros.

Innovación, investigación, desarrollo y transferencia de tecnología

Promover y patrocinar programas de formación en investigación, innovación y desarrollo tecnológico, especialmente en la educación superior y los
organismos de ciencia y tecnología, en áreas tales como hardware, middleware
y software.
Desarrollar la capacidad para adaptar la tecnología de acuerdo a especificidades y características nacionales. Promover la conexión con las redes regionales y mundiales de investigación.

Protección de conocimiento tradicional

Proteger el patrimonio cultural inmaterial y preservar los conocimientos tradicionales, reconociendo la riqueza cultural y el respeto de la diversidad cultural de los países.
Alentar la producción de los productos culturales que contribuyen a la promoción de la diversidad cultural.


Objetivo 3: Lograr un marco jurídico y reglamentario adecuado

Para crear las normas y reglamentos necesarios para garantizar el derecho a la información, para fomentar la utilización de la información y de las tecnologías de información y comunicación, y a través de los órganos jurídicos, la creación de un adecuado marco legal estable. Los objetivos de la Política Nacional de Información deben ser diseñados para reforzar todas las formas de acceder y utilizar la información, tanto en los formatos tradicionales como en los digitales.

Aunque hay varias actividades posibles para alcanzar este objetivo, el documento de la UNESCO establece una sola área de acción:

Áreas de acción

Descripción

Convergencia de normativas

Adaptar la legislación nacional a las nuevas condiciones de la convergencia tecnológica, a fin de promover la creación de derechos individuales. Promover la armonización de la legislación en toda la región, para crear un entorno jurídico y reglamentario seguro y confiable.
Promover y garantizar un marco jurídico y reglamentario favorable para crear
y fortalecer los medios comunitarios, y fomentar la diversidad de modelos de propiedad de los medios.
Promover leyes que hagan posible que la competencia sea leal y transparente. Desarrollar y fortalecer las normas de protección de uso.
Definir normas para el Estado para garantizar un entorno con «múltiples
proveedores, asegurando precios competitivos, variedad de canales de abastecimiento, innovación y diferenciación de productos… interoperabilidad en un ambiente de proveedores multiequipo, integración de los mercados y formación de sistemas eficientes de producción».

Una plantilla para la Sociedad del Conocimiento

A pesar de tener una serie importante de problemas y necesidades concurrentes, un buen número de países, por medio de sus gobiernos, han considerado en uno u otro momento de su gestión, y en distintos niveles de profundidad, la creación, ejecución y seguimiento de un plan estratégico para desarrollar la llamada Sociedad del Conocimiento en sus poblaciones.

Existen además numerosas declaraciones presidenciales y multilaterales, así como encuentros, foros y acuerdos, regionales y mundiales, que comprometen recursos y voluntades políticas para buscar el desarrollo de los países por la vía de la expansión de la Sociedad de la Información y el Conocimiento. Otra cosa diferente es que tales compromisos se cumplan y se honren.

En la base de esta actitud y forma de ver la posibilidad de mejorar la calidad de vida de las naciones, se encuentra la comprensión de la relevancia que tiene en cualquier actividad humana el elemento clave de la información y el conocimiento. Múltiples estudios y reflexiones confirman y establecen una correlación entre buenos indicadores de desarrollo (en salud, educación, pobreza, acceso a servicios básicos, alimentación, seguridad, etc.) y un acertado, integrado y completo dominio sobre la información y el conocimiento. Asumiendo, por supuesto, que antes que todo ello hay una verdadera vocación de servicio a la comunidad.

Una guía para comparar con el propio plan

A partir de estas ideas, y reconociendo la necesidad latente de los pueblos y gobiernos, de contar con un mapa de ruta, una lista de verificación y una serie de ejemplos de concreción de las ideas, la Organización Educativa, Científica y Cultural de Naciones Unidas (UNESCO), a través de su Programa “Information for All”, publicó recientemente una Plantilla para la formulación de Políticas Nacionales de Sociedad de la Información (PNSI, o NISP, por sus siglas en inglés).

El libro consta de tres partes. El primer módulo presenta un marco teórico breve y las definiciones de los principales conceptos utilizados en el documento y se identifica la información existente sobre la políticas de la sociedad nacional de información: documentos en el ámbito de la planificación, la legislación, políticas y declaraciones, experiencias en diversos países (programas de agenda digital, políticas de la sociedad de la información a nivel nacional, regional y local, medidas legislativas, etc.), y los documentos internacionales relacionados. También describe brevemente los aspectos jurídicos en diversos contextos económicos, sociales y tecnológicos en relación con una sociedad de la información, así como políticas explícitas a nivel nacional, regional y/o locales, ya sean generales o específicos para determinados sectores (administración electrónica, e-inclusión, e-educación, e-salud, etc.)

El segundo módulo, el aporte diferenciador y concreto de este trabajo, es una metodología de orientación, un modelo para el desarrollo de las políticas de la sociedad de la información y la legislación nacional, de modo que el diversos actores sociales (gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales, u otras organizaciones) involucrados en la creación, implementación y actualización de su programa para desarrollar estas políticas pueden tener acceso a la información existente, las metodologías, los ejemplos, los procesos, mecanismos y fuentes de información. La plantilla incluye tres fases principales: el punto de partida o la formulación de una PNSI, su aplicación y el seguimiento, la adaptación y actualización de la misma. Esta metodología pretende ser dinámica, flexible y adaptable a los países con diversos los niveles de desarrollo. Por otra parte, se proponen diversas actividades para que los individuos y los grupos encargados de la formulación de la PNSI puedan comprobar si han tomado todas las medidas necesarias para completar su trabajo. El módulo también incluye una bibliografía general.

Por último, el tercer módulo es un amplio glosario de los términos y expresiones utilizados en la actualidad sobre las políticas de sociedad de la información y estrategias. Este glosario también proporciona fuentes de información y enlaces a sitios web relevantes relacionados con estas cuestiones.

Tres metas fundamentales

De acuerdo a esta publicación, los anhelos y trabajo de un país que desee encaminar a su población hacia la Sociedad del Conocimiento, debería perseguir los tres siguientes objetivos, que engloban y comprenden una serie de actividades.

Objetivo 1: Democratizar el acceso

Para poner al alcance de todas las personas, los medios de acceso y uso de la información y tecnologías de información y comunicación, garantizar el disfrute de los derechos de los ciudadanos, el fomento de la educación, el desarrollo local, la erradicación de la pobreza, la equidad de género, la inclusión digital, el acceso universal público, la transparencia y eficiencia, y la gobernanza participativa.

Objetivo 2: Desarrollar las capacidades

Para crear, apoyar y promover estrategias, herramientas y metodologías para generar capacidades y habilidades para utilizar la información y las tecnologías de la comunicación en todos los sectores y grupos sociales, en todos los niveles de la educación formal e informal, también la difusión de las posibilidades que ofrecen los diferentes modelos de gestión de la información. En particular, para crear capacidad de investigación y de innovación tecnológica, orientados hacia la generación de conocimiento de uno mismo, y para generar contenidos nacionales por parte de las instituciones públicas y contenidos locales por parte de diferentes grupos sociales;


Objetivo 3: Lograr un marco jurídico y reglamentario adecuado

Para crear las normas y reglamentos necesarios para garantizar el derecho a la información, para fomentar la utilización de la información y de las tecnologías de información y comunicación, y a través de los órganos jurídicos, la creación de un adecuado marco legal estable. Los objetivos de la Política Nacional de Información deben ser diseñados para reforzar todas las formas de acceder y utilizar la información, tanto en los formatos tradicionales como en los digitales.

ePaís: nuestra propia hoja de ruta

Como hemos sostenido en repetidas ocasiones, en éste y otros espacios, El Salvador ya cuenta con una agenda de conectividad, que puede y debe actualizarse, pero que, sobre todo, debería estar siendo ejecutada, apoyada y acompañada por todos los sectores del país.

El trabajo de la UNESCO comentado aquí proporciona una serie de ideas y experiencias en varios países que estaría bien conocer, comentar y discutir, pero conociendo e impulsando lo que localmente se ha venido realizando y que, debidamente coordinado, priorizado y enfocado, puede producir alentadores resultados.

El Libro Blanco de las Redes Académicas latinoamericanas

La investigación científica ya no se hace en solitario. Ya no puede hacerse en forma aislada. Por una gran cantidad de razones: distribución del trabajo, especialización, condiciones de prueba y experimentación distintas, recolección de datos variados, elementos naturales y climáticos diversos según el sitio en el planeta, facilidades y recursos para desarrollar el método científico, equipos altamente especializados y de alto costo, etc.

Afortunadamente, los investigadores, científicos, docentes y tecnólogos de todo el mundo cuentan con herramientas actuales, eficientes y cada vez más poderosas, para comunicarse entre sí y establecer esos vínculos que permiten desarrollar investigaciones conjuntas que desembocan en resultados favorables para la humanidad.

La Cooperación LatinoAmericana de Redes Avanzadas (CLARA), organización que reúne a las redes académicas de América Latina, ha producido un Libro Blanco llamado “Redes Avanzadas en América Latina: Infraestructuras para el desarrollo regional en ciencia, tecnología e innovación”, y pronto será publicado en papel y en versión digital.

Las reflexiones, conclusiones e información contenida en este breve documento (un poco más de 60 páginas) proveen un insumo y un sólido argumento para el diseño de políticas públicas que apoyen este esfuerzo nacional y regional, como la manifestación de una apuesta a la ciencia, tecnología y la innovación.

Por ejemplo, los autores del libro blanco, Alberto Cabezas y Soledad Bravo, afirman que “desde el punto de vista del diseño de las políticas públicas, y del financiamiento a las infraestructuras habilitantes para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (CTI de aquí en adelante), es benéfico apoyar el despliegue y fortalecimiento de estas redes avanzadas, así como el uso cada vez más masivo de Internet entre la población. Estos dos objetivos políticos poseen igual importancia, ya que son infraestructuras complementarias y no sustitutas”.

Las redes avanzadas

También se establece que las redes avanzadas son clave para la investigación y el avance de la ciencia y tecnología, porque:

§ Sobre ellas se desarrollan nuevos servicios y aplicaciones que permiten sostener el crecimiento y fortalecimiento de Internet.

§ La comunidad científica más amplia requiere una infraestructura para la colaboración, educación y acceso a instrumental que el sector privado no puede ofrecerle.

§ La red en sí misma es un laboratorio para probar nuevos protocolos, mejorar la calidad de servicio y velocidades que no existen en Internet comercial.

§ La infraestructura permite un espacio de colaboración para afrontar temas que son desafíos mundiales y requieren de muchos grupos de investigadores trabajando sobre ingentes volúmenes de datos.

§ La negociación en conjunto permite rebajas considerables de los costos de conexión a las instituciones de investigación.

En particular, la RedCLARA ofrece un verdadero ejemplo de solidaridad y trabajo colaborativo latinoamericano. Su personal directo, unas 10 personas, se encuentra distribuido en varios países de Latinoamérica, laborando desde sus lugares de residencia, con objetivos y planes de trabajo comunes y coordinados. Las redes nacionales que son miembros representan más de 1,000 instituciones de educación superior y de investigación en América Latina.

La estrategia es clara: en vez de que cada país deba realizar su propia inversión y esfuerzo para conectar a su red académica a las redes avanzadas, se construye un “backbone” entre los países miembros, de forma que sea propio, sostenible, escalable, eficiente y de uso privado, solamente para las instituciones miembros de las redes nacionales. Hay importantes ahorros financieros en este esquema, además de que puede ser un catalizador para los países más rezagados.

Pero además, y esto es lo más importante, este acuerdo de instituciones de educación superior y de investigación de la mayoría de países en Latinoamérica ha probado ser el vehículo gracias al que países pequeños y menos desarrollados, como El Salvador, puedan integrarse, si así lo desean, a estas redes académicas avanzadas en el mundo, con el propósito de realizar investigaciones conjuntas, impartir clases en forma remota, o coordinar proyectos de mutuo beneficio.

El rol de las políticas públicas

Algo que se vuelve tangible en cualquier país, es que si existen políticas públicas, del Estado y no sólo del gobierno de turno, que realmente favorezcan el desarrollo de las actividades científicas, es posible que los demás actores se alineen y que, en efecto, se logre identificar nichos, motores de la economía e industrias que puedan traer riqueza a esos países, por medio de la aplicación de la ciencia y la tecnología a los procesos de producción, a la generación de nuevas ofertas, y a la innovación en general.

En América Latina, no obstante, -de acuerdo al Libro Blanco- la política pública explícita sobre las redes avanzadas como elementos centrales para el sistema nacional de innovación es casi inexistente, con la excepción de Brasil y, en menor medida, de México y Colombia; además, ellas suelen tener más apoyo desde el punto de vista económico. Si bien, otras redes reciben un tibio soporte financiero desde los gobiernos, lo cierto es que ningún organismo regional exhibe hoy un discurso constante y de largo plazo que apunte a la integración de sus comunidades de investigación a través de las redes avanzadas.

A ello se suma la concentración de la masa crítica en un solo país, Brasil, que reúne casi al 50% de los investigadores de la región. Luego se agregan Argentina y México. Si se añade a la lista a Chile, Colombia y Venezuela, se configura un cuadro que involucra a más de 80% de la masa crítica de los usuarios naturales de las redes avanzadas.

La conclusión es obvia, al mirar la experiencia europea. Las políticas públicas explícitas sí pueden hacer una diferencia en el crecimiento incremental de las redes y su sostenibilidad.

Desafíos de las redes académicas

De acuerdo al Libro Blanco, después de hacer una relación de las redes en Europa y otros países económicamente desarrollados, y revisar la situación de nuestros países, algunos de las lecciones y los desafíos más importantes que las redes académicas se enumeran a continuación:

§ El solo llamado a concursos o fondos sin una visión y exigencias de colaboración que produzcan sinergias, no conduce a esfuerzos sostenidos en el tiempo y con los impactos requeridos, o a infraestructuras nacionales.

§ Una red que no produce externalidades de redes; es decir, que no cuenta con la membresía completa de su comunidad, tiene problemas de legitimación para acceder al financiamiento nacional.

§ Desde el sector universitario la presión la colocan los usuarios más activos y que requieren estas facilidades. Si bien es parte de las prioridades de las universidades, es probable que sus promotores sean las instituciones más dedicadas a la investigación. A la vez, el simple hecho de una globalización de la enseñanza las coloca en el escenario del uso masivo de videoconferencias y sistemas colaborativos para la educación.

§ El sector privado es un motor de la I&D en países desarrollados. Por ello, las redes han flexibilizado sus políticas de uso para que ingresen otros actores.

§ Los hospitales públicos crecientemente, y con ayuda de los gobiernos, serán actores claves, dadas las necesidades en todos los países de la telemedicina en sus diversas manifestaciones.

§ Por último, en la educación la tendencia que se avizora indicaría que los modelos y enseñanzas de esta red se trasladen a ese sector. Dependerá fuertemente de la políticas educacionales de cada gobierno o Estado el nivel de conectividad y grado de colaboración con las redes avanzadas.

Una nueva década

¿La década de los dieces? ¿Los años diez? ¿Los diez años diez? Independientemente de cómo se le llame, una vez concluida, es seguro que la decena de años que estamos comenzando estos días estará repleta de innovaciones, descubrimientos, logros y más cambios en nuestras vidas, tal como nos hemos venido acostumbrando en los tiempos recientes.

Aun así, considerando las velocidades y los ritmos de cambio de los que hemos sido testigos en los años recientes, la cantidad de transformaciones, nuevos paradigmas, artefactos y formas de vida que la humanidad experimentará en estos próximos 10 años, será equivalente a una cantidad de años “pasados” mucho mayor. En otras palabras, la evolución de la tecnología sigue un trazo exponencial, pues los mismos avances tecnológicos apoyan a la ciencia, a la ingeniería, al mercadeo, a la producción, y demás procesos involucrados en la invención, creación, difusión y distribución de nuevos productos.

Viene a la mente la “Ley de Moore”, basada en una observación empírica hecha por Gordon Moore, cuando era director de los laboratorios de Fairchild Semiconductors (y antes de co-fundar Intel), en 1965, que establecía, en pocas palabras, que aproximadamente cada 18 meses se duplica la cantidad de transistores en un circuito integrado, con lo que esto implica, por ejemplo, en la capacidad, tamaño y velocidad de procesamiento de los microprocesadores de nuestras computadoras personales y todos los dispositivos que utilizan dichos procesadores.

Ley de Moore
Ley de Moore

Aun más, el mismo Moore ha predicho más tarde, en 2007, que su ley dejará de cumplirse en 10 a 15 años más, a partir de esa fecha, pero que otras tecnologías vendrán a reemplazar lo conocido, estableciendo implícitamente que otra formulación de esa observación tendrá que ser desarrollada (más o menos agresiva, está por verse). Esta nueva predicción, de cumplirse, podría suceder en la década que estamos iniciando actualmente.

Más leyes futuristas

Otra ley empírica y epónima, al igual que la de Moore, es la “Ley de Gilder”. Formulada por George Gilder, tecnólogo y futurista, director del Media Lab, en Massachussets, establece que La capacidad de las comunicaciones que poseemos como individuos, pero también como empresas o instituciones, se triplica cada doce meses”. En esta ley, también conocida como la “Ley de la Banda Ancha”, se involucra la potencia de las telecomunicaciones que nos permite enviar documentos, conversar en tiempo real o vernos en cámaras web, entre dos puntos del planeta a altas velocidades y a precios relativamente bajos.

Por su parte, la “Ley de Metcalfe” establece que el valor de una red de comunicaciones aumenta proporcionalmente al cuadrado del número de usuarios del sistema. Aunque posteriormente han existidos revisiones de esta ley, tanto argumentando que Metcalfe sobreestima la importancia de la cantidad de usuarios de una red (Andrew Odlyzko y Benjamin Tilly), como discutiendo que la ley original subvalora el potencial de las redes (Ley de Reed), la esencia de dicha ley se mantiene.

Al margen de los argumentos empleados para definir y afinar la fórmula para establecer la proporcionalidad del valor de una red, lo cierto es que todos comprendemos el alto potencial que la cantidad de usuarios de un servicio para darle valor al mismo. De hecho, este principio es uno de los valores clave de la Wikinomía y el Web 2.0: El servicio mejora automáticamente mientras más personas lo usan; es decir, los usuarios agregan valor.

Adopción de tecnologías

El comportamiento de la cantidad de usuarios de un servicio y/o una tecnología también ha evolucionado, desde las formas de conseguir los adeptos, hasta la velocidad en que éstos se adhieren (o abandonan su uso, lo que también es interesante y digno de estudio aparte). El siguiente gráfico nos muestra esta realidad:

Adopción de tecnologías
Adopción de tecnologías

El ciclo de adopción de tecnologías se divide habitualmente en 5 grupos de personas: 1) Innovadores, 2) Visionarios (Early adopters), 3) Pragmáticos (Early majority), 4) Conservadores (Late majority) y 5) Escépticos (Laggards).

Tal como muestra la siguiente gráfica, los innovadores son apenas el 2.5% de la población, y junto con los visionarios, constituyen apenas el 16% del total de la población. El siguiente grupo, los pragmáticos o la “mayoría temprana” es el que, al sumarse a los dos grupos iniciales, hace llegar el total de usuarios de una tecnología, servicio o producto a la mitad de la población que tenía posibilidad de adquirir dicha tecnología, servicio o producto.

Ciclo de adopción de tecnologías
Ciclo de adopción de tecnologías

Nuevas ofertas en la nueva década ¿dónde estaremos?

De acuerdo al ciclo de adopción de tecnologías, y la gráfica del tiempo real de adopción que han mostrado algunos servicios basados en tecnología, se puede pensar que hay cada vez más usuarios visionarios y pragmáticos, y probablemente hay una aproximación por parte de los conservadores y algunos escépticos hacia la “mayoría temprana”.

Es válido considerar que los consumidores en una buena parte del planeta, con relativo poder adquisitivo, estarán más dispuestos a usar y probar una nueva oferta en esta nueva década en forma temprana, pero también hay que saber que igualmente estarán dispuestos a dejarla por una nueva oferta con relativa facilidad. Además de la innovación en el producto o servicio mismo, es preciso ser innovadores en las estrategias de fidelización.

Considerando los distintos planteamientos vertidos hasta el momento, es bueno preguntarse “¿dónde estaremos, como país, como empresas, como industrias, como usuarios, a lo largo de esta década incipiente, dentro del ciclo de adopción de tecnologías?”.

Y una vez resuelta esa primera interrogante, atendamos a la segunda: “¿qué debemos hacer desde ya, para estar donde queremos estar, en esta década de los dieces?”.

Balance 2009 de nuestra Sociedad de la Información

Siguiendo la tradición de realizar un balance de lo que hemos logrado realizar y lo que dejamos pendiente en el período del año que termina, y dado que este espacio intenta dar seguimiento al desarrollo, avances y frenos, de nuestra salvadoreña Sociedad de la información, del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación, intentemos hacer un pequeño recuento de algunas acciones positivas y tareas inconclusas en este ámbito.

Sin ningún orden particular

· El 17 de mayo se celebró, por primera vez en nuestro país, el Día de Internet. Durante los días anteriores, auspiciado por SVNet y Conexión, en compañía de otros patrocinadores, se llevaron a cabo conferencias, rifas, acceso gratis a Internet en los telecentros Conexión y otros actos alusivos.

· La quinta edición del concurso de Arte Digital, organizado por Fundación Clic, se llevó a cabo, en esta ocasión reconociendo las expresiones artísticas hechas con teléfono celular.

· En el tema de concursos, se celebró, por primera vez, el certamen de animación digital, llamado Pixels Digital Animation Awards 2009”, organizado y auspiciado por el Ministerio de Economía, a través del Sistema Nacional de Innovación (INVENTA).

· Dentro de la gestión del Presidente Funes, se dio a conocer la conformación de la unidad de Innovación Tecnológica e Informática del Gobierno de El Salvador (ITIGES), bajo la Secretaría Privada de la Presidencia, la que ha tenido un buen comienzo, al retomar el trabajo hecho anteriormente en el país por múltiples actores, entre ellos el plan estratégico ePaís, y otros insumos, de forma que se puedan realizar acciones concretas de inmediato.

· Inició el trabajo práctico y concreto para desarrollar el Gobierno Electrónico en El Salvador. Para este fin, y dentro de este proceso, se realizó un primer taller de trabajo en el gobierno que contó con la presencia y apoyo de varios de los titulares (ministros, viceministros, superintendentes, etc.) del Ejecutivo, así como del Vicepresidente de la República y del Secretario Técnico, entre otros.

· Inició la consulta y discusión de las nuevas propuestas de ley para redefinir el actual Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONACYT. En términos generales, las propuestas de ley contemplan la creación de cuatro institutos (acreditación, normalización, metrología y reglamentación técnica), que junto al Consejo Nacional de Calidad, formarán del Sistema Nacional de Calidad, y estarán adscritos al Ministerio de Economía. Adicionalmente, para la conducción de los temas de Ciencia y Tecnología en el país, se propone la constitución de una unidad ejecutiva bajo el Viceministerio de Ciencia y Tecnología, en el Ministerio de Educación, y la participación de un consejo asesor multisectorial.

· Resurgimiento del cluster de Tecnologías de Información, sobre todo enfocado en el desarrollo de software, e integración al proyecto regional (Guatemala, Honduras y El Salvador) de GTZ para la promoción de esta industria en el país. Este esfuerzo ha recibido el decidido apoyo del Ministerio de Economía.

· Se ha retomado interés por el Proyecto Mesoamérica (antes Plan Puebla Panamá), y se espera, por ejemplo, que el tendido de fibra óptica que cruza toda la región, acompañando la infraestructura del Sistema de Interconexión Eléctrica SIEPAC, esté listo para el último trimestre de 2010.

· Inauguración de la alianza de la Asociación Conexión al Desarrollo de El Salvador, a través de su telecentro Don Rúa con el proyecto POETA (Programa de Oportunidades para el Empleo a través de las Tecnologías en las Américas), con la finalidad de capacitar a las personas con capacidades especiales en el uso de las herramientas tecnológicas.

· Continuación de los proyectos de investigación bajo el Fondo de Investigación en Educación Superior (FIES), completando la primera convocatoria y arrancando los proyectos de la segunda convocatoria. En la primera convocatoria se desarrollaron 7 investigaciones con una inversión de más de $409 mil, de los cuales un poco más de $303 mil provienen del FIES y el resto de las instituciones beneficiadas. En la segunda convocatoria 6 investigaciones se realizan con una inversión de más de $617 mil, de los cuales un poco más de $453 mil provienen del FIES y el resto es el aporte de las Instituciones de Educación Superior beneficiadas.

· Continuación del proyecto ALICE2, para dar seguimiento al avance de la conectividad de Redes Avanzadas en América Latina, a través de CLARA en la región y RAICES en El Salvador. RAICES está conformada por siete instituciones de educación superior (UCA, UDB, UES, UFG, UTEC, EEI-ITCA y UNICAES).

· Anuncio de la incorporación de nuestro país al proyecto OLPC (One Laptop Per Child, “Una computadora por niño”), por parte del Ministerio de Educación, para estimular el aprovechamiento y la apropiación de estas herramientas por parte de docentes y estudiantes.

· Dándole continuidad a la difusión de T-Box Planet, por la empresa Edge (antes Futurekids), se amplió la utilización de la plataforma a otros países como Uruguay, Argentina, Costa Rica y Panamá. Esta es una de las primeras concreciones en la educación de los conceptos de Web 2.0, en una forma innovadora, estructurada y supervisada.

· Tanto la cantidad total de nombres de dominio SV, como su distribución en los subdominios disponibles se mantuvieron en niveles similares a los años recientes, como se aprecia en la siguiente gráfica y tabla, que tienen como fuente a SVNet.

Un compás de espera

· Uno de los proyectos y organizaciones más emblemáticas y elogiadas a nivel mundial de nuestro país, Infocentros, tuvo que cerrar sus operaciones. Para tratar de mantener vivo su espíritu y sus logros, surgió, a partir de la iniciativa de un pequeño grupo de los colaboradores de Infocentros, la nueva Asociación Conexión al Desarrollo de El Salvador. Es de esperar que esta asociación siga creciendo y manteniendo viva y activa la memoria histórica de su predecesora.

· El apoyo político y financiero a la entidad encargada de la ciencia y tecnología en el país, que desde su creación en 1993 fue tanto o más pequeño que la mayoría de otras instancias autónomas, ha recibido nuevas esperanzas en la nueva gestión. Habrá que continuar observando su evolución, que ojalá sea muy favorable al país.

· El papel de ITIGES, en y desde Casa Presidencial, ofrece muy buenas perspectivas. Se espera ver acciones concretas en 2010 dentro del gobierno, que reflejen el interés y trabajo planeado dentro del mismo gobierno, y el inicio de las acciones en las que hay interacción entre los diversos sectores de la vida productiva y de nuestra sociedad del conocimiento en El Salvador.

Por ahora, nos corresponde a todos brindar un compás de espera a lo que el gobierno está realizando y por realizar en este ámbito, pero también continuar empujando las tareas de cada una de nuestras organizaciones, instituciones y empresas, con el objetivo de seguir nuestra ruta en este mundo global de la información y el conocimiento.

Desarrollo de software como industria en El Salvador

Aunque se trata de un mercado muy competitivo y bastante concurrido, también es real y ampliamente global, con una demanda grande, creciente y diversa, altamente rentable, y con posibilidades, para países como el nuestro, de superar las barreras de entrada.

Así es. La industria y el mercado del desarrollo de software, en su más amplia concepción, tiene características que la hacen interesante y atractiva, sobre todo para países que no tienen demasiados recursos naturales, ya que es posible “construir” los elementos necesarios para participar en la misma. El componente principal es la capacidad de los seres humanos involucrados para producir en forma eficaz y eficiente las líneas de código que se requieren para que un dispositivo determinado realice las funciones que se han definido.

Aunque es también necesario contar con equipos, computadores, servidores, equipos de red, licencias de programas que sirven para desarrollar, almacenar, respaldar, probar y transferir la producción intelectual, así como unidades de comercialización, gestión, y demás funciones de apoyo, típicas de cualquier empresa con alcance y visión global, el rasgo más diferenciador en este tipo de empresas es la calidad del recurso humano que va a escribir el software.

Posibilidades de la industria

Éste es un sector de la economía global que se mantiene en constante evolución y crecimiento. Hace apenas unos treinta o treinta y cinco años, al hablar de desarrollo de software, nos debíamos limitar a pensar en programas de aplicación en oficinas y empresas que buscaban apoyar la gestión administrativa: contabilidad, planillas, cuentas por pagar y por cobrar, inventarios, facturación, etc.

Más cerca en el tiempo, con la producción y difusión masiva del microprocesador, fue necesario también aprender a programar máquinas que realizaban funciones físicas. En este caso, la lógica incluida en los programas escritos debía conocer las posibilidades de los dispositivos particulares para obtener resultados de los mismos: máquinas que fabrican, seleccionan, prueban, empacan, cortan, giran, ensamblan, imprimen, graban, etc., sobre productos tangibles.

Aun más próximos en la historia reciente, los mercados se hallan llenos de pequeños y grandes aparatos que cuentan con minúsculos procesadores que, haciendo uso de la versatilidad que la electrónica digital y cada vez más, la micro y nano tecnología, hacen posible. Esta tendencia tiene una gran correlación con la miniaturización, flexibilización y potenciación de los productos que actualmente encontramos en las vitrinas.

El ejemplo más común hoy en día de esta realidad se puede apreciar con la gran variedad de funciones que realizan los teléfonos celulares contemporáneos. Además del empaquetamiento de elementos físicos de hardware (teclas, pantallas, lentes de cámara, parlantes, etc.), la gran versatilidad de funciones es lograda por medio de programación en software que controla hardware, lo que en algunas ocasiones es llamado “firmware”.

Pero también otros aparatos comunes, como los controles remotos, proyectores de cañón, televisores, tostadores, licuadoras, cámaras fotográficas y de video, lámparas, termómetros, etc. están cada vez más dotados de “inteligencia”, si se permite la atrevida analogía.

Diversas áreas de trabajo

Por su misma naturaleza evolutiva y cambiante, probablemente no sea posible encontrar una taxonomía completa de las áreas en las que el desarrollo de software puede encontrar su nicho de mercado y diferenciación. Algunas de estas áreas pudieran ser:

Aplicaciones de oficina

Aplicaciones para el hogar

Firmware para dispositivos de consumo masivo

Arte, animación, video juegos

Control de dispositivos industriales

Servicios para web

Computación en la nube

Aplicaciones científicas

Nanotecnología

Simulación de fenómenos reales

Paralelización de aplicaciones científicas

Software para dispositivos de red activos y pasivos

Por supuesto, cada una de estas áreas (y las que seguramente están ausentes de la lista) requiere una profundización de conocimientos y experiencia en la parte de la realidad en la que están enfocadas. Buena parte del posible éxito comercial de las empresas en este campo depende del grado de especialización y el nivel de experiencia que se logra en cada uno de estos rubros.

La competencia no es sencilla, pero tampoco lo es la potencial recompensa.

Apoyo GTZ para iniciativa regional

Atendiendo a estas consideraciones, la agencia alemana de cooperación internacional GTZ, en conjunto con socios locales, está promoviendo una iniciativa para estimular el desarrollo de esta industria de desarrollo de software en los países de Guatemala, Honduras y El Salvador.

Para este fin, las delegaciones correspondientes han sostenido reuniones de trabajo en los países mencionados, tanto con empresarios privados, como con representantes del gobierno y del sector académico, con el fin de reconocer los intereses y posibilidades de construcción de sinergias entre los actores principales.

En El Salvador, la respuesta de todos los sectores ha sido positiva, y con buenas dosis de esperanza de que se pueda construir alguna propuesta de valor en conjunto, con el objetivo de desarrollar, ampliar y profesionalizar la base de empresas que se dedican a este rubro. Ambos viceministros de Economía (Economía y Comercio e Industria) atendieron con interés la reunión que fuera convocada por eXsource Group, el grupo de empresas del sector de desarrollo de software que en El Salvador ha estado impulsando esta iniciativa, como el cluster de Tecnologías de Información, con énfasis en empresas en desarrollo de software.

Sector TIC de la economía
Sector TIC de la economía

Tanto desde el punto de vista país, como desde la cooperación internacional, nos interesa que el desarrollo de la industria de Tecnologías de Información y Comunicación sea lo más extensa posible. Es decir, que además del desarrollo de software, aun en su más amplia concepción, como las áreas listadas antes, también se fortalezca o, si es el caso, surjan empresas en las demás áreas de producción y servicios en esta industria de alta tecnología.

De extrema importancia es que realmente haya un sentido de unificación de objetivos entre las empresas que, normalmente son competidores. Tradicionalmente, al menos en este sector nuestro país, no ha sido posible lograr que las empresas que están en el mismo rubro compartan trabajo, se recomienden mutuamente ante posibles contratantes o inversionistas, o constituyan una verdadera Cámara de Desarrollo de Software (hubo una época en que había 2 iniciativas simultáneas compitiendo por socios, y ninguna logró concretarse), haciendo surgir a un gremio fuerte y competitivo a nivel mundial.

Aunque esto requiere tiempo, esfuerzo, experiencia, incentivos, formación de recursos humanos, equipamiento, calidad de los servicios asociados necesarios, políticas nacionales, y otra serie de condiciones y prerrequisitos, si no hay unos primeros pasos, no se llega nunca.

La tercera fase de GÉANT, la red de redes académicas de Europa

El mundo es uno solo, y una de las enseñanzas y efectos más relevantes del fenómeno llamado globalización es que lo que ocurre en un punto del planeta puede tener incidencia, grande o pequeña, en los demás lugares del mundo.

Las redes de comunicación, teniendo como máxima expresión la conectividad mundial lograda por Internet, logran hacer realidad esta sinergia de una forma expedita y completamente visible. Muchos de nosotros experimentamos esta realidad casi a diario, cuando realizamos nuestro trabajo o desarrollamos alguna forma de entretenimiento, yendo por la vía electrónica hasta confines remotos de nuestro globo.

La base de todos los avances y mejoras en las formas de vida que la humanidad puede disfrutar hoy en día está en el ejercicio de la ciencia, la investigación, la docencia, y sus parientes más concretas, la tecnología y la innovación. Entonces, si se fortalece el progreso de la actividad científica por medio del enorme potencial que los computadores, los instrumentos y herramientas de investigación digitales, los repositorios de datos y las redes de telecomunicaciones tienen, no es de extrañar los altos niveles de desarrollo humano que algunas naciones y regiones muestran consistentemente.

¿Qué es GÉANT?

GÉANT es la organización que reúne y coordina el trabajo de las redes académicas europeas, conectando actualmente a 36 países de Europa, a través de 32 Redes Nacionales de Investigación y Educación (NREN, por sus siglas en inglés). Esta importante infraestructura tiene un costo de 45 millones de euros anuales, y su financiamiento está compartido por la Unión Europea y la NREN que participan en la misma.

Parte de sus objetivos son crear y mantener un ambiente de red innovador, híbrido y multidominio, usando tecnologías avanzadas de transmisión y enrutamiento; habilitar a sus usuarios de Investigación y Educación a través de sus organizaciones, por medio de servicios de producción de calidad que sean flexibles y escalables; habilitar una comunidad virtual global de investigación, conectando investigadores y profesores en todo el mundo, y apoyando iniciativas de e-ciencia; y otros.

Para los científicos y autoridades de la mayoría de Europa, muchos proyectos de investigación y estudios científicos innovadores en la vanguardia de sus disciplinas no serían posibles sin la existencia de redes de investigación de alta velocidad como GÉANT. Uno de los mayores y más heterogéneos grupos de científicos e investigadores reside y trabaja en Europa, y cada mes, una cantidad extraordinaria de datos se produce colectivamente y se comparte entre los investigadores de distintos países. Es muy importante que puedan trabajar juntos y compartir datos en tiempo real, pues el trabajo en las fronteras de la ciencia depende de grandes bancos de datos y masivo poder de procesamiento.

Decodificar información genética, simular cambios de clima y demandas de energía, o predecir y gestionar los brotes epidémicos, entre otros importantes procesos científicos, no son posibles a través del uso de Internet comercial, ya que no cuenta con los niveles de eficiencia y disponibilidad requeridos por los proyectos actuales y futuros.

Los países (y sus NREN) que pertenecen a GÉANT son los siguientes:

Austria (ACOnet), Bélgica BELnet), Bulgaria (BREN), Croacia (CARNet), Chipre (CYNET), República Checa (CESNET), Estonia (EENet), Francia (RENATER), Alemania (DFN), Grecia (GRNET), Hungría (NIIF), Irlanda (HEAnet), Israel (IUCC), Italia (GARR), Latvia (SigmaNet), Lituania (LITNET), Luxemburgo (RESTENA), Macedonia (MARNet), Malta (Universidad de Malta), Montenegro (MRnet), Región Nórdica (incluye Suecia, Finlandia, Dinamarca, Noruega e Islandia) (NORDUnet), Polonia (PSNC), Portugal (FCCN), Rumania (RoEduNet), Serbia (AMRES), Eslovaquia (SANET), Eslovenia (ARNES), España (RedIris), Suiza (SWITCH), Holanda (SURFnet), Turquía (ULAKBIM), Reino Unido (JANET).

La tercera fase de GÉANT

La red y organización GÉANT ha venido desarrollándose por más de veinte años. Su tercera fase fue lanzada este 1 y 2 de diciembre, en Estocolmo, y se basa en la tecnología y elementos de servicio de las fases previas.

En esta fase del proyecto, el enfoque se pone en entrega de servicios y colaboración. En las etapas anteriores, como era lógico, existió un énfasis en construir la red híbrida, pero ahora que ya se cuenta con la infraestructura, GÉANT se concentrará en desarrollar y diseminar servicios hacia las Redes Nacionales, sus usuarios, instituciones y proyectos, para que puedan obtener el mejor desempeño de la red.

Para lograr estos objetivos, es necesaria la colaboración de todos los miembros del consorcio. Dado que se cuenta con la red de alta velocidad extendida y operando en todo el continente europeo, es importante desarrollar una batería de servicios que hagan fácil la experiencia para los equipos y grupos de investigadores y docentes en las instituciones miembros de las NREN de estos países. “Se debe contar con la alta velocidad y eficiencia de las redes avanzadas en el mismo escritorio de cada científico e investigador de Europa”, fue una de las conclusiones del lanzamiento.

Como muestra del uso de la red en forma artistica, se presentó este conjunto musical en Estocolmo, con música compuesta a partir de las señales del tráfico de la red, y coreografía de danza realizada desde Kuala Lumpur, Malasia, comunicados a través de la red, a alta velocidad.

¿Y América Latina? ¿Y El Salvador?

La Cooperación Latinoamericana de Redes Avanzadas (CLARA) es la organización en América Latina equivalente y aliada a GÉANT. Para el caso, CLARA, al igual que GËANT reúne y coordina a 14 redes académicas avanzadas en nuestro continente. En El Salvador, la Red Avanzada de Investigación, Ciencia y Educación Salvadoreña (RAICES), conformada por siete instituciones de educación superior salvadoreñas, es miembro fundador de CLARA, y por ende, es uno más de los aliados internacionales de GÉANT.

En la práctica, esto significa que los investigadores, docentes y estudiantes de las siete instituciones que forman RAICES pueden establecer proyectos de cooperación con los grupos de trabajo de las NREN de GÉANT (y las de CLARA también, por supuesto), y lograr capitalizar la experiencia y el conocimiento científico de otras partes del mundo, impulsando realmente el desarrollo de la ciencia, la tecnología, la investigación y la innovación en cualquier disciplina del saber, usando las herramientas de la tecnología de procesamiento, almacenamiento y transmisión de información a alta velocidad, disponibles en las Redes Avanzadas.